Esta es la principal conclusión del último informe de la Red Europea de Operadores de Sistemas de Transmisión de Electricidad (ENTSO-E), que confirma que la mayoría de los países de la Unión Europea afrontan el invierno con una posición energética sólida y sin riesgos relevantes de suministro. La combinación del fuerte crecimiento en capacidad renovable de Europa durante el último año y la mayor solidez del sistema gasista europeo, gracias a la diversificación de fuentes, contribuyen a un escenario de estabilidad incluso ante condiciones climáticas adversas.
El informe se apoya en un exhaustivo análisis compuesto por 31 escenarios climáticos elaborados a partir de los datos del Programa Europeo de Observación de la Tierra (Copernicus), que permiten simular distintos inviernos posibles: desde periodos suaves hasta episodios extremos de frío y baja generación renovable.
A estos escenarios se suman 20 patrones de fallos técnicos, que contemplan combinaciones aleatorias de indisponibilidades no planificadas en centrales térmicas, nucleares o infraestructuras de red. La finalidad es anticipar cómo se comportaría el sistema eléctrico europeo si la meteorología adversa coincidiese con incidencias relevantes en la generación o en las líneas de transmisión.
Incluso en las simulaciones más exigentes, únicamente se detectan riesgos significativos en islas o sistemas poco interconectados, como Malta, Irlanda o Chipre. Y aun en estos casos, ENTSO-E aclara que no se producirían pérdidas generalizadas de suministro, sino posibles tensiones puntuales gestionables mediante recursos no comerciales o mecanismos de emergencia en toda Europa. Para el resto del continente, el estudio considera que el sistema está preparado para absorber tanto el incremento de la demanda como posibles episodios de estrés invernal.
La razón principal de esta solvencia energética reside en el fuerte crecimiento de la capacidad renovable a lo largo del último año. Según la Red Europea de Operadores de Sistemas de Transmisión de Electricidad (ENTSO-E), Europa dispone ahora de 60 GW adicionales de potencia limpia respecto al invierno pasado, con un peso muy elevado de la energía fotovoltaica, que ha crecido en casi 50 GW, y de la eólica, que suma alrededor de 14 GW.
Europa: El sistema gasista es más sólido que el de 2022
Este avance reduce la dependencia de combustibles fósiles y aporta una mayor producción nativa, especialmente en las horas centrales del día y en los días de viento intenso. En paralelo, la progresiva retirada de instalaciones de carbón continúa en línea con los objetivos climáticos europeos, consolidando al gas como energía de transición en los momentos de menor generación renovable.
Otro factor decisivo al que apunta el informe del ENTSOE-E es la recuperación de los niveles hidráulicos, que se sitúan por encima de los registros de años anteriores. La mejora de los embalses en Europa permite disponer de un margen adicional de flexibilidad para cubrir picos de demanda en episodios fríos o en jornadas con baja generación renovable, reduciendo la necesidad de activar centrales térmicas o importar electricidad desde otros países.
En relación con el gas, el informe dedica un apartado al análisis del volumen crítico de gas (CGV), mostrando que el sistema gasista europeo está notablemente más protegido que en 2022, uno de los años más tensos de la crisis energética derivada de la invasión rusa de Ucrania.
ENTSO-E subraya que Europa cuenta ahora con mayor flexibilidad de suministro, mejores alternativas logísticas y un flujo constante de gas natural licuado (LNG) procedente de Estados Unidos, Noruega y otros mercados globales. Las centrales de ciclo combinado, esenciales en la respuesta a picos de demanda, pueden aportar hasta 50 GW de respaldo, garantizando una capacidad estable incluso en los días más fríos del invierno.
Todo ello resulta especialmente importante ante la previsión de un incremento de la demanda del 2,9 % respecto al año anterior, motivado por una mayor actividad económica y por las expectativas de un invierno más frío, sobre todo en enero y febrero.
En el caso de España, el informe indica que en ninguno de los 31 escenarios climáticos, ni de los 20 modelos de fallos técnicos plantea riesgo de pérdida de suministro. El sistema español se beneficia de un alto peso renovable, un respaldo térmico robusto basado en gas y unas interconexiones con Francia y Portugal que, aunque limitadas, resultan suficientes para garantizar el equilibrio regional.
En resumen, el informe del ENTSO-E refleja una Europa que encara el invierno con una infraestructura sólida, con sistemas eléctricos coordinados y con suficientes mecanismos de flexibilidad para compensar deficiencias puntuales. Un escenario que confirma la resiliencia energética del continente y su creciente capacidad para gestionar inviernos más fríos y demandantes.








