martes, 25 noviembre 2025

Caída del pelo: Las 5 recetas naturales que más resultados dan según la ciencia

- Un vistazo honesto a lo que los tratamientos naturales pueden —y no pueden— hacer por tu cabello.

Cuando el pelo empieza a cambiar, todos buscamos respuestas. En los últimos años he notado —y seguramente tú también— que cada vez más gente pregunta por remedios naturales para frenar la caída del cabello. Y no es raro: aunque hoy tenemos tratamientos médicos realmente eficaces, como la mesoterapia o ciertos fármacos, no todo el mundo quiere medicarse, gastar mucho dinero o someterse a los famosos “pinchacitos”. Así que muchos buscan alternativas más suaves, más caseras, más de toda la vida.

A partir de esa necesidad, un análisis reciente se sumergió en un libro que recopila 20 plantas tradicionalmente utilizadas para combatir la alopecia. Y no lo hizo desde el “dicen que…”, sino desde un enfoque científico: revisando artículos, autores, fechas de publicación… vamos, separando el grano de la paja. El resultado es una especie de mapa honesto de lo que parece funcionar, lo que podría ayudar un poco y lo que, por ahora, pertenece más al terreno del mito que al de la evidencia.

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Entre la tradición y la ciencia

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Infusión de romero aplicada tras la ducha para fortalecer el cabello. Fuente:Canva

Lo interesante es que no todas las plantas juegan en la misma liga. Algunas, sencillamente, no tienen respaldo suficiente o pueden causar efectos indeseados. Otras, en cambio, sí muestran utilidad en forma de infusión, y unas pocas han dado buenos resultados aplicadas sobre el cuero cabelludo. Seguro que te suenan algunas de las más populares: pipas de calabaza, cafeína, Sau Palmeto, menta, cebolla… La lista es variada y cada elemento ofrece un nivel de evidencia distinto.

La conclusión global es más sensata que grandilocuente: las plantas pueden ayudar, sí, pero como complemento, como ese plus que suma pero no transforma un escenario complicado. Para una alopecia androgenética avanzada, por ejemplo, ninguna planta va a hacer milagros. Por mucho que nos gustaría.

El romero: el clásico que sigue sorprendiendo

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La cafeína como estímulo capilar, siempre con moderación. Fuente:Canva

Entre todas las opciones, el romero se lleva un protagonismo especial. Y es curioso, porque su fama viene más del saber popular que de los laboratorios. Aun así, varios estudios respaldan que mejora la calidad del cabello cuando se usa de manera tópica.

Las dos formas de uso más extendidas —y con mejores resultados— son:

1. Aceite de romero aplicado mediante masaje
La manera más intuitiva y probablemente la más antigua. Muchos estudios han observado que mejora la densidad y apariencia del cabello. Nada sofisticado: un masaje y un poco de constancia.

2. Infusión de romero como enjuague
La receta es casi de abuela, pero funciona:
Hierve un litro de agua con tres ramitas de romero durante cinco minutos, cuélalo y aplícalo sobre el pelo tras el champú. Puedes aclararlo después… o no, según te guste.

Además, están esas creencias pintorescas: que si el romero “oscurece el pelo”, que si “es muy celoso” y si lo dejas, el cabello vuelve a caer. Esta última frase me hizo sonreír porque, en realidad, lo que describe es algo común a cualquier tratamiento capilar: si lo abandonas, deja de hacer efecto. No es magia; es biología.

Eso sí, una aclaración importante: tomar romero por vía oral no sirve como tratamiento para la alopecia. Ahí la ciencia es clara.

La cafeína: buena… pero con cabeza

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Plantas usadas tradicionalmente como apoyo en la caída del cabello. Fuente:Canva

La cafeína es otra de las sustancias con estudios sólidos detrás. Se sabe que estimula el folículo, pero no está claro cuántos cafés tendríamos que beber para notar esos beneficios desde dentro. Alguien habló de “40 cafés al día”… lo cual, seamos honestos, no lo aguantaría nadie.

Y aquí aparece el matiz: demasiada cafeína puede disparar la ansiedad, los nervios y las palpitaciones. Y ese estrés, lejos de ayudar, acelera el ciclo del cabello y favorece la caída. Así que, como casi todo en la vida, se trata de encontrar el equilibrio.

La gran traba: investigar lo “natural” cuesta caro

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Una de las razones por las que existe tan poca evidencia sobre plantas medicinales es, simplemente, el dinero. Investigar es caro, y si el producto final es algo que puedes cultivar en casa —como el romero—, la industria no tiene incentivos para financiar estudios. El Sau Palmeto es una excepción, aunque muchos de sus trabajos están costeados por quienes luego venden el propio producto, así que conviene leerlos con ojo crítico.


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