La tensión que rodea desde hace meses el relato del llamado episodio de la manguera ha alcanzado un nuevo punto de ebullición después de que Raquel Bollo decidiera romper su prolongado silencio y responder de manera directa a Isa Pantoja, cuya desgarradora entrevista de finales de 2024 dejó expuestas heridas familiares que parecían imposibles de reabrir. La colaboradora de Fiesta, visiblemente alterada, ha querido dejar claro que “condena cualquier tipo de maltrato”, al mismo tiempo que ha ofrecido su propia reconstrucción de unos hechos que siguen generando controversia, dudas y una profunda conmoción pública. La intensidad con la que Raquel se ha expresado pone de manifiesto su hartazgo acumulado durante años, así como la necesidad que siente de aclarar su papel en un asunto en el que, según recalca, nunca tuvo una versión directa de los protagonistas hasta que Isa habló por primera vez. En un relato cargado de énfasis, la sevillana ha intentado aclarar qué sabía, qué creía y por qué durante tanto tiempo no intervino de manera más contundente en la defensa de la hija de Isabel Pantoja.
3Raquel Bollo se ha posicionado
La colaboradora, además, quiso desmontar categóricamente la teoría del ritual, recalcando que nunca creyó que Isabel Pantoja llamara a Kiko para que “regara” a su hija con el fin de purificarla o devolverle la virginidad. “Yo no me creía lo que se contaba porque Isa no había hablado”, aclaró, añadiendo que en más de una ocasión llegó a discutir con Amor Romeira por defender a la propia Isa, aunque la opinión pública creyera lo contrario. Raquel explicó que siempre hubo demasiadas versiones contradictorias y que en ese mar de especulaciones decidió mantenerse prudente hasta escuchar la voz directa de la afectada, algo que finalmente ocurrió en la entrevista que removió por completo la imagen de la familia Pantoja.
Con todas estas explicaciones, Raquel Bollo intenta poner fin a una controversia que la salpica de manera indirecta pero continua, y que vuelve a demostrar hasta qué punto el mundo de los Pantoja arrastra conflictos que parecen no cerrarse nunca. Su testimonio, cargado de emoción y de frases contundentes, deja clara su postura actual: condena total al maltrato, distancia respecto a las versiones más fantasiosas y una defensa firme de su derecho a no ser juzgada por hechos en los que, afirma, nunca tuvo participación ni conocimiento directo. En cualquier caso, la historia sigue abierta y la repercusión de las palabras de Isa continúa generando ondas expansivas que, como se ha demostrado este fin de semana, aún tienen fuerza para desestabilizar cada rincón mediático y personal que toca.








