La tensión acumulada desde que Andy y Lucas anunciaran su separación como dúo musical ha desembocado en un cruce de declaraciones que amenaza con eclipsar dos décadas de amistad, carretera y éxitos compartidos. Durante semanas, las especulaciones sobre una ruptura traumática se han disparado, alimentadas por testimonios indirectos, versiones incompletas y un clima de reproches que parecía imposible de reconducir. En medio de esa tormenta mediática, ha surgido una teoría especialmente dañina: la supuesta pelea física entre ambos cantantes, un episodio que muchos han señalado como el detonante definitivo del final del grupo. Ahora, tras un silencio que aumentaba la presión a su alrededor, Lucas González ha hablado alto, claro y con un evidente pesar para explicar, desde su propia voz, qué ocurrió realmente y cómo es su relación actual con Andy. Lo ha hecho en una charla telefónica de 22 minutos para D Corazón, donde el cantante se ha mostrado más vulnerable que nunca y ha querido frenar en seco las especulaciones que han intensificado una brecha que él insiste en que todavía puede cerrarse si ambos logran desactivar el ruido exterior. Para Lucas, nada de lo que ocurre se entiende sin tener en cuenta el cariño que asegura seguir sintiendo por quien durante tantos años fue “como un hermano”.
3El testimonio de Lucas
El relato de Lucas permitió ver la profunda frustración que siente por lo que considera un abandono emocional por parte de su entorno profesional y personal. Según explicó, lo que más le pesa no es tanto tener que aclarar rumores sino verse solo, sin que nadie salga públicamente a respaldar su versión de los hechos pese a que, según él, “mucha gente sabe la verdad”. La presentadora Anne Igartiburu recogió esta idea en el plató, afirmando que Lucas se siente “muy desprotegido” y sorprendido por el silencio de quienes podrían desmentir fácilmente las falsas acusaciones. La revelación deja entrever que, detrás de las polémicas mediáticas, se esconde un desgaste emocional profundo, marcado por la sensación de pérdida, decepción y un aislamiento que él no esperaba vivir en una etapa vital en la que pensaba que solo se trataría de cerrar una etapa profesional con dignidad.
Con estas declaraciones, Lucas ha abierto un capítulo nuevo en la crisis que rodea el final de Andy y Lucas, intentando recuperar el control de un relato que, según él, se estaba distorsionando peligrosamente. Ha mostrado dolor, ha mostrado cansancio, pero también una voluntad inequívoca de que la historia no termine en una batalla legal ni en una enemistad sin retorno. Ha querido decirlo con firmeza pero también con cariño, repitiendo que sigue valorando a Andy y que no desea que el recuerdo del dúo que tantas alegrías les dio quede reducido a un tablero de acusaciones. Y mientras el público asimila estas palabras, la sensación que queda es la de un cantante que intenta, con voz temblorosa pero decidida, reconducir una relación que para él sigue siendo importante, incluso cuando los focos y los titulares invitan a pensar lo contrario.
