lunes, 24 noviembre 2025

J.P. Morgan Banca Privada presenta sus perspectivas para 2026: invertir en la IA, la fragmentación y la inflación

- La inversión en IA sigue representando menos del 1% del PIB.

J.P. Morgan Banca Privada ha publicado su informe «Perspectivas de inversión global para 2026: promesas y presiones», en el que detalla las claves y oportunidades de inversión en un mundo transformado por la inteligencia artificial, la fragmentación global y los riesgos de inflación.

«En 2025, la incertidumbre ha definido la narrativa del mercado. Actualmente, tres temas principales marcan la agenda, lo que refleja un cambio fundamental en el funcionamiento de las economías y hace necesaria una estrategia de inversión renovada, que combine disciplina y flexibilidad», afirma Grace Peters, codirectora de Estrategia de Inversión Global de J.P. Morgan Banca Privada.

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Fuente: Agencias.

«De cara a 2026, los inversores se enfrentan a la doble fuerza de una productividad impulsada por la inteligencia artificial y de una persistente inflación en un panorama global fragmentado. El objetivo es ayudar a los clientes a encontrar nuevas oportunidades y construir carteras resilientes, alineadas con sus objetivos a largo plazo», señala Stephen Parker, codirector de Estrategia de Inversión Global de J.P. Morgan Banca Privada.

Para ayudar a los inversores a trazar un rumbo en este nuevo paradigma, el informe «Perspectivas de inversión global 2026» de J.P. Morgan Banca Privada destaca tres temas principales a tener en cuenta.

LA ERA DE LA IA: PROMESAS Y PARADOJAS

La inteligencia artificial está transformando las industrias, impulsando la productividad y remodelando los mercados laborales, lo que está alimentando un aumento de la inversión y especulaciones sobre una posible burbuja.

Creen que el auge actual de la IA se sustenta en fundamentos sólidos y no en un exceso especulativo. En última instancia, creen que el mayor riesgo radica en estar poco expuestos al impacto radical de esta transformadora tecnología.

«Las grandes empresas tecnológicas estadounidenses han triplicado su inversión de capital anual, pasando de 150.000 millones de dólares en 2023 a una previsión de 500.000 millones o más en 2026, y las inversiones relacionadas con la IA contribuirán más al crecimiento del PIB estadounidense que el gasto de los consumidores este año», afirma Jacob Manoukian, director de Estrategia de Inversión para EE.UU.

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Fuente: Agencias.

A pesar de este impresionante impulso, la inversión en IA sigue representando menos del 1% del PIB, y una sola empresa tiene previsto construir centros de datos con más de 25 gigavatios de capacidad, lo que supone más de un billón de dólares en gastos de capital en los próximos años.

«La próxima ola de creación de valor de la IA, que abarca los sistemas de IA agéntica las aplicaciones industriales verticales y el software horizontal habilitado por la IA, aún se encuentra en sus etapas formativas y se está desarrollando en gran medida dentro de los mercados privados», añade Sitara Sundar, directora global de Estrategia de Inversión Alternativa.

Para poder aprovechar el potencial de la revolución de la IA y gestionar los riesgos del exceso de entusiasmo, los inversores deben navegar con cuidado por los mercados privados, dando prioridad a la selección de gestores y al acceso en un sector que se está volviendo cada vez más competitivo.

FRAGMENTACIÓN: LA NUEVA FUERZA EN LA INVERSIÓN GLOBAL

A medida que la globalización retrocede, la fragmentación está llevando a Norteamérica, Europa, Asia y Latinoamérica a redefinir sus roles y oportunidades en un mundo moldeado por intereses regionales. 

Con la aparición de nuevos bloques y los cambios en la dinámica de la seguridad, el comercio y las divisas, los inversores deben navegar por un panorama en el que la resiliencia y la diversificación estratégica son más importantes que nunca.

«La respuesta de Europa a esta nueva era es decisiva, marcada por el ambicioso estímulo fiscal alemán y el aumento del gasto europeo en defensa, lo que debería impulsar las perspectivas de crecimiento en la región», indica Erik Wytenus, director de Estrategia de Inversión para Europa, Oriente Medio y África. «los mercados privados europeos ofrecen un amplio abanico de oportunidades que a menudo pasan desapercibidas para los inversores globales».

Nur Cristiani, directora de estrategia de inversión para Latinoamérica, comenta: «Latinoamérica es una fuerza indispensable en las cadenas de suministro globales y en la transición energética, impulsando el futuro de la industria y la inteligencia artificial. Sudamérica controla el 40% de la producción mundial de cobre y posee el 36% de las reservas mundiales de este metal, además de contar con una infraestructura manufacturera y logística bien establecida. Ahora que los bancos centrales se acercan al final de sus ciclos de flexibilización, las perspectivas para las divisas y el crecimiento son alentadoras, tanto a corto como a largo plazo».

«El creciente superávit comercial de China y sus fuertes vínculos con el sudeste asiático ponen de relieve su influencia global», añade Grace Peters, codirectora de Estrategia de Inversión Global de J.P. Morgan Banca Privada. «Aunque el impacto en los mercados emergentes varía, vemos oportunidades destacadas en toda Asia, sobre todo en la India y en los sectores tecnológico y exportador de Taiwán, impulsados por su crecimiento independiente. 

la región ofrece oportunidades en constante evolución definidas por la eficiencia, la innovación y la competitividad

Dentro de China, la innovación tecnológica en inteligencia artificial, plataformas de consumo y vehículos eléctricos está generando rendimientos impresionantes y dando forma a una economía digital dinámica.

MÁS ALLÁ DE LOS BONOS: CÓMO AFRONTAR EL CAMBIO ESTRUCTURAL DE LA INFLACIÓN

El fuerte aumento de la inflación desde 2022, junto con el incremento del déficit público, ha redefinido el panorama de las inversiones, sustituyendo la estabilidad por presiones continuas sobre los precios y una mayor incertidumbre. 

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Fuente: Agencias.

Hoy en día, el impacto gradual pero significativo de la inflación es una consideración fundamental para el rendimiento a largo plazo de las carteras, ya que los inversores deben afrontar un nuevo régimen inflacionista marcado por factores estructurales, como las brechas de capacidad, la solidez de los balances de los consumidores, la resiliencia de las cadenas de suministro y el activismo fiscal.

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«Los bonos siguen siendo esenciales para la construcción de carteras, pero para hacer frente a la inflación persistente y al aumento de la volatilidad de los tipos los inversores deben mirar más allá de la renta fija tradicional», señala Stephen Parker, codirector de Estrategia de Inversión Global de J.P. Morgan Private Bank. «Para navegar por este nuevo régimen, complementar los bonos básicos con materias primas, activos reales y fondos de cobertura no correlacionados proporciona diversificación para la exposición a la renta variable en un contexto de inflación persistente».


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