lunes, 24 noviembre 2025

Irene Rosales y su novio Guillermo confirman la mejor noticia: «Es algo bonito»

En las últimas semanas, Irene Rosales se ha convertido en uno de los nombres más recurrentes en la crónica televisiva y del corazón, no solo por su renovada presencia mediática, sino también por la consolidación de su relación con Guillermo, el empresario sevillano con el que comparte ilusionada esta nueva etapa sentimental. La sevillana, que desde su separación de Kiko Rivera ha recuperado progresivamente su estabilidad emocional, afronta ahora un capítulo distinto en el que asegura sentirse más tranquila, más firme y, sobre todo, más protegida en su faceta personal. Su naturalidad al hablar de este vínculo, sumada a su decisión de no ocultar lo que está viviendo, ha hecho que su historia ocupe titulares bajo un prisma diferente: el de una mujer que, tras años complicados, vuelve a ilusionarse sin temor al juicio ajeno.

1
Irene Rosales y su novio anuncian algo bonito

Irene Rosales con Guillermo. (Foto: Instagram)

La situación de la pareja ha generado también comentarios incómodos, especialmente tras la difusión de ciertas insinuaciones sobre un posible pacto fotográfico con las revistas que han llevado a Rosales a las portadas en compañía de su pareja. Mientras algunos colaboradores televisivos apuntaban a una estrategia organizada para presentar oficialmente la relación, las palabras del paparazzi Sergio Garrido alimentaron el debate, al explicar en el programa Fiesta cómo se produjeron las imágenes que dieron lugar a la expectación mediática. Su versión, según la cual se ofreció a Irene la posibilidad de realizar unas fotografías “más bonitas” a cambio de confirmar el romance, desató una ola de interpretaciones que la sevillana no estaba dispuesta a dejar sin respuesta.

Publicidad

Consciente del impacto que estas declaraciones podían tener sobre su credibilidad y, sobre todo, sobre la de Guillermo, Irene decidió intervenir en pleno directo para zanjar la polémica. Su reacción, rápida y contundente, evidenció que no está dispuesta a permitir que se cuestione la transparencia con la que está viviendo esta nueva etapa, ni que se intente manchar la espontaneidad de un vínculo que ella misma define como “algo bonito”. Su intervención fue, de hecho, un ejercicio de claridad que dejó patente que, pese a su discreción habitual, sigue siendo perfectamente capaz de alzar la voz cuando lo considera necesario.

La llamada de Rosales al programa no solo sorprendió por su inmediatez, sino también por el tono firme y seguro con el que defendió a su pareja. “Para nada hay un pacto en las fotografías de Lecturas”, afirmó rotunda, insistiendo en que las primeras imágenes se captaron en un momento en el que la relación aún no se había hecho pública y en el que ambos actuaban con mayor cautela. En cambio, explicó que las segundas fotografías se produjeron cuando ya era evidente que el romance estaba al descubierto, lo que les llevó a mostrarse más relajados y menos preocupados por la atención mediática. Con estas palabras, Irene dejó claro que no existe una estrategia orquestada, sino simplemente el reflejo de una historia que avanza de manera natural y que ella no quiere vivir desde el escondite.

Atrás

Publicidad