domingo, 23 noviembre 2025

Las valoraciones actuales de las bolsas son difícilmente comparables a las de la burbuja puntocom

- Aunque las valoraciones parecen mucho menos ilógicas, lo cierto es que el peso del sector tecnológico es mucho mayor hoy que en 2000.

Inversores de renombre, como Michael Burry, famoso por haber vaticinado la crisis de las hipotecas de alto riesgo, apuestan a la baja por el sector tecnológico; comentarios sorprendentes, incluso polémicos, de varios ejecutivos del ramo, empezando por los de OpenAI y Nvidia; la palabra «burbuja», acompañada de signos de interrogación, salpicando las portadas de la prensa financiera… 

la situación actual apunta más a una burbuja en los mercados de deuda y no cotizados

No cabe duda de que está haciendo aguas el optimismo que ha acompañado al desarrollo de la inteligencia artificial (IA) en los últimos meses. Y cuando preocupa una posible burbuja en un contexto de grandes innovaciones tecnológicas, es natural que vengan a la memoria los paralelismos con la burbuja puntocom. Esta analogía es rechazada sistemáticamente por algunos actores del mercado, que explican que las dos situaciones son muy diferentes y concluyen que el entorno actual no constituye una burbuja. 

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Uno de los principales argumentos esgrimidos es que las valoraciones actuales son mucho más sostenibles que en 2000, son menos irracionales y corresponden a empresas sólidas y rentables. 

Esta justificación parece pertinente. Con la excepción de Palantir, que cotiza a 130 veces los beneficios previstos a 24 meses, las valoraciones del sector tecnológico, aunque son elevadas, no son tan exuberantes como lo fueron durante la burbuja de Internet o la burbuja japonesa de 1990. A modo de comparación, Microsoft cotiza ahora a 30 veces los beneficios previstos a un año, frente a las más de 60 veces de 1999.

Aunque las valoraciones parecen mucho menos ilógicas, lo cierto es que el peso del sector tecnológico es mucho mayor hoy que en 2000. En aquel momento, la ponderación combinada de las diez mayores empresas del triple sector de «Tecnología, medios de comunicación y telecomunicaciones» (TMT) representaba el 20 % del S&P 500.

cuánto han tardado los mercados en recuperarse ante cada crisis financiera
Fuente: Agencias.

Actualmente, esta cifra es casi el doble (39%). Esta realidad debe considerarse en el contexto de la altísima concentración de los índices bursátiles estadounidenses (los 10 diez mayores valores por capitalización representan el 42% del S&P 500, frente al 27 % en 1999), ya que este top 10 está formado casi en su totalidad por valores tecnológicos. Si es que existe una burbuja en los mercados, sería más una burbuja de concentración que de valoración.

Otro argumento esgrimido habitualmente para descartar la hipótesis de la burbuja es el moderado número de salidas a bolsa, especialmente en comparación con el frenesí de finales de los años 1990. 

En realidad, se trata más bien de un cambio en el método de financiación. Durante la burbuja puntocom, la OPV era la forma preferida de obtener fondos, en este caso de los mercados de valores.


Ahora se recurre más a la deuda

En primer lugar, se hace un mayor uso de las emisiones de bonos. Así, el sector tecnológico representa un tercio del mercado primario de bonos Investment Grade de EE. UU. en 2025, mientras que habitualmente esta cifra ronda el 15 %. 

En segundo lugar, se recurre a los mercados no cotizados, ya sea a través de la captación de fondos o de la deuda privada. La plataforma de capital riesgo Forge Global estima que los fondos captados por 19 empresas de IA representaron tres cuartas partes de todo el capital obtenido en los mercados no cotizados en 2025.

Por último, pero no por ello menos importante, ha habido financiación entre empresas dentro del propio ecosistema de la IA, en particular por parte de Nvidia, que ha invertido directamente en varios de sus clientes, como OpenAI, Nscale y CoreWeave, para permitirles… ¡comprar chips de Nvidia! Esta práctica está alimentando el temor a la «endogamia» de las inversiones en IA. 

También hay que señalar la aparición de técnicas de ingeniería financiera, como la que permitió a Meta eliminar unos 30.000 millones de dólares de deuda de su balance, aparcándolos en un SPV (Special Purpose Vehicle) financiado por Blue Owl Capital y Pimco. 

Bonos credito europeos pexels Merca2.es
Fuente: Agencias.

Para los más pesimistas, estas técnicas recuerdan algunos de los precedentes anteriores a la crisis de las hipotecas de alto riesgo. Así, mientras que en el año 2000 la burbuja se dio sobre todo en los mercados cotizados y de capitales, la situación actual apunta más a una burbuja en los mercados de deuda y no cotizados.

CONCLUSIÓN

Una comparación no es una prueba, pero esta afirmación se puede entender en las dos direcciones. En un contexto de mejora de la rentabilidad empresarial y abundante liquidez en el sistema financiero, es indudable que las valoraciones actuales de las bolsas son difícilmente comparables a las de la burbuja puntocom. 

Sin embargo, a la inversa, la ausencia de una irracionalidad importante o de un aumento desaforado de las OPV no basta para descartar el riesgo de burbuja. Además, esta situación debe contraponerse a un rápido aumento del endeudamiento, incluso entre la población más frágil (en lo que a balance se refiere) del ecosistema de la IA. Por eso, los inversores deben tener presente la frase de Mark Twain: «La historia no se repite, pero a menudo rima».


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