sábado, 22 noviembre 2025

Sale a la luz el motivo por el que Susanna Griso tiene relación con el rey Juan Carlos

El verdadero motivo por el que Susanna Griso mantiene una relación directa con el rey Juan Carlos I ha vuelto a colocarse en el centro del debate público en un momento especialmente simbólico para la Casa Real. La inminente llegada del emérito a España, prevista para las próximas horas, ha reactivado el interés por su vida privada, por su círculo más cercano y por las personas que, a lo largo de los últimos años, han cultivado un trato fluido con él. Entre ellas destaca la presentadora de ‘Espejo Público’, cuya conexión con la familia del rey Juan Carlos no solo es conocida dentro del ámbito de la televisión, sino que también ha sido explicada por ella misma en varias ocasiones. Lo que ahora vuelve a recordarse es el origen exacto de ese vínculo, un origen que no nació en los platós ni en las noticias, sino en una relación personal muy concreta que ha perdurado a lo largo del tiempo y que define por qué la periodista ha tenido acceso a información privilegiada en momentos especialmente delicados para la institución.

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Susanna Griso nunca se ha escondido

Susanna Griso llorando. (Foto: Antena3)

A lo largo de este tiempo, Susanan Griso nunca ha disimulado que mantiene conversaciones con el antiguo jefe del Estado. De hecho, en distintas ocasiones ha comentado en directo detalles sobre sus intercambios, lo que la ha llevado incluso a vivir algún que otro momento comprometido frente a las cámaras. Uno de los más recordados ocurrió en abril de 2023, cuando debatían en su programa sobre la presencia del emérito en las regatas de Sanxenxo. En ese instante, un colaborador señaló en voz alta que ella tenía “una amistad especial” con Juan Carlos I, algo que provocó que la presentadora reaccionara de inmediato para frenar cualquier interpretación errónea. “No me hables de amistad especial, que no estamos para estos términos”, respondió tajantemente. A partir de ahí aclaró que, aunque podía haber hablado con él e incluso haber comido a su lado en alguna ocasión, ello no interfería con su capacidad crítica ni con su profesionalidad como periodista.

Ese mismo día, la conversación continuó con otro matiz relevante. El colaborador precisó que se refería simplemente a que el emérito le cogía el teléfono, algo que no sucede con cualquier ciudadano. Griso asumió entonces la explicación, pero quiso dejar claro que esa accesibilidad no condicionaba su criterio ni su análisis de la actualidad. Su firmeza reflejaba tanto la responsabilidad profesional con la que maneja esa cercanía como el deseo de evitar interpretaciones sensacionalistas sobre un vínculo que, aunque real, nunca ha presentado como una amistad íntima en los términos en los que algunos quieren describirla.

Otro episodio que generó titulares se produjo un año antes, durante su visita a ‘El Hormiguero’. Allí volvió a salir a la luz la cuestión de su relación con el emérito, y Griso habló abiertamente sobre la simpatía del rey Juan Carlos en el trato personal. Contó que había compartido alguna comida con él, explicando que las figuras que ya no están en primera línea suelen tener más facilidad para hablar con sinceridad y que, desde ese punto de vista, las conversaciones con expresidentes o con el propio emérito resultan especialmente interesantes. En medio de la entrevista, Pablo Motos dio un paso más y le preguntó directamente si tenía contacto por WhatsApp con Juan Carlos, a lo que ella respondió sin rodeos: “Algún mensaje nos enviamos, sí”.

Ese reconocimiento se produjo pocos días después de que Griso leyera en pleno directo un mensaje enviado por el propio emérito, algo que provocó sorpresa entre sus espectadores y que generó un momento que ella misma describió como “tierra, trágame”. El contexto era complejo: en el programa acababan de comentar el pinchazo telefónico entre Luis Rubiales y Gerard Piqué sobre la Supercopa y la posible intervención del rey para ayudarles. Apenas unos segundos después de emitirse ese contenido, Susanna recibió el mensaje de Juan Carlos I y lo leyó tal cual, de forma espontánea, sin pensar en la repercusión. Después reconoció que quizá no debería haberlo leído literalmente, pero asumió que son “cosas del directo” y explicó con naturalidad lo ocurrido.


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