sábado, 22 noviembre 2025

Dra. Isabel Belaustegui (49), médico y divulgadora: «Cuando el estrés es crónico, el cortisol puede bloquear la pérdida de peso aunque te esfuerces muchísimo»

-Una mirada profunda y humana a la flexibilidad metabólica, el estrés crónico y cómo afectan a nuestra salud diaria.

La Dra. Isabel Belaustegui, médica especializada en anatomía patológica y una de las voces más reconocidas en medicina integrativa —quizá la conozcas por Optimiza tu metabolismo o La dieta del metabolismo saludable— habla de algo que, aunque suene técnico, nos afecta a casi todos sin que nos demos cuenta: la pérdida de la flexibilidad metabólica y el peso invisible del estrés crónico. Dos piezas que, cuando fallan a la vez, desajustan el cuerpo como cuando un engranaje se atasca en silencio… pero acaba rompiendo todo el mecanismo.

La flexibilidad metabólica, ese interruptor interno que casi nadie sabe que tiene

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Señales tempranas que indican pérdida de flexibilidad metabólica. Fuente: Canva

La flexibilidad metabólica no es más que la capacidad del cuerpo para cambiar de “combustible” según lo que nos esté pasando: a veces tira de glucosa, otras de grasa. Debería hacerlo casi sin fricciones, como quien cambia de marcha sin pensar. Pero, según la Dra. Belaustegui, esto ya no ocurre en la mayoría. “El 80 % de la población tiene exceso de peso y, salvo excepciones, detrás hay una falta de flexibilidad metabólica”, explica con claridad casi demoledora.

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Y claro, el cuerpo avisa. Lo hace con pequeñas señales del día a día: que necesitas comer cada pocas horas, que si no desayunas no puedes ni entrenar, esa niebla mental que se instala a media mañana… o esa dependencia absurda de los carbohidratos rápidos. Señales, dice ella, de que el mecanismo ya no funciona como debería.

Cuando este engranaje interno se atora, no solo baja la energía: también se resiente la parte más profunda de la biología. Las mitocondrias —esas “baterías” celulares— trabajan peor, la inflamación se dispara y se abren puertas a enfermedades que hoy ya son demasiado comunes: dermatitis, artritis, problemas cardiovasculares, Alzheimer, Parkinson… incluso cáncer. “La pérdida de flexibilidad metabólica sostiene las condiciones que dan lugar a enfermedades crónicas tan importantes y a procesos tan graves como el cáncer”, subraya.

El estrés crónico: ese ladrón silencioso que todos normalizamos

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La fuerza y el movimiento diario impulsan un metabolismo sano. Fuente: Canva

La doctora insiste en algo que a veces pasamos por alto: vivimos sometidos a un estrés constante. “Hablamos del estrés como si no fuera nada, y realmente es un gran ladrón de salud”, dice casi con un suspiro. Y tiene razón. El estrés crónico sabotea incluso los esfuerzos bien intencionados: ayunos, entrenamientos, dietas… Si el cuerpo está desbordado, interpreta todo como un ataque más.

El cortisol —esa hormona que nos mantiene alerta— puede ser un muro casi insalvable. “Puede bloquear la pérdida de peso; la gente se esfuerza muchísimo y aun así no ve resultados”, explica. Ante esto, su recomendación es casi un acto de ternura: bajar la autoexigencia, aflojar un poco. Incluso añadir carbohidratos saludables por la noche para ayudar a bajar ese cortisol rebelde.

Tres palancas para volver a encender el metabolismo

La Dra. Belaustegui señala tres estrategias esenciales:

1. Una dieta cetogénica flexible, que no demoniza carbohidratos sino ultraprocesados. Los protagonistas deberían ser las verduras, las grasas buenas —aceite de oliva, coco, frutos secos— y proteínas de calidad.

2. Ayuno intermitente, sí, pero bien planteado y sin convertirlo en un castigo.

3. Entrenamiento de fuerza, que ella considera el gran motor metabólico a cualquier edad. Y sin olvidar el N.E.A.T., ese “movimiento de fondo” que hacemos sin darnos cuenta. “Es el gimnasio 24/7 de nuestro metabolismo”, dice con humor.

La mirada femenina: hormonas, ciclos y ritmos propios

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El estrés crónico puede bloquear el progreso metabólico. Fuente: Canva

Aquí la doctora es especialmente clara: las mujeres necesitan adaptar estas estrategias al ciclo menstrual. Antes de la menstruación suelen necesitar comer más a menudo y con más carbohidratos. Los ayunos o la cetosis más marcada funcionan mejor en la fase ovulatoria. En hipotiroidismo, los ayunos han de ser suaves, de 12 a 14 horas máximo.

Y un recordatorio clave: ayunar no es comer menos, es comer en otro horario. La proteína y la grasa tienen que estar ahí sí o sí.

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