Patricia Steisy ha vuelto a convertirse en noticia tras mostrar públicamente un cambio físico que ha sorprendido incluso a sus seguidores más fieles. En apenas cinco meses, la exconcursante de realities ha perdido 50 kilos, una cifra llamativa que ha generado debate, admiración y también dudas. Steisy asegura que este proceso no solo fue estético, sino una necesidad para recuperar su salud, su movilidad y su bienestar emocional.
Tras una etapa marcada por dolores de espalda, poca energía y una profunda bajada de autoestima, la influencer decidió dar un giro radical. Explica que su punto de partida rondaba los 110 kilos y que la maternidad, el estrés y la ruptura sentimental con Pablo Pisa fueron detonantes que la empujaron a replantearse sus hábitos.
El polémico cambio físico de Steisy: claves, métodos y límites
La propia Steisy ha detallado que su cambio físico se basó en tres bloques: alimentación moderada, ejercicio constante y el uso de cápsulas de té verde que ella misma promociona. Según afirma, estas cápsulas equivaldrían al efecto de siete tazas de té, algo que ha generado cierta polémica, pero que ella matiza con prudencia: “sirven, pero solo si eres constante y llevas una dieta cuidada. No hacen milagros”.
Aun así, ha insistido en que su plan “no es un ejemplo para todo el mundo” y que no quiere que nadie copie su alimentación ni su rutina exacta. Ha preferido no publicar su dieta completa porque considera que podría malinterpretarse y generar prácticas poco saludables en personas con otras necesidades. “Cada cuerpo es diferente; lo que me funcionó a mí no tiene por qué funcionar a los demás”, recalca.
En cuanto al ejercicio, Steisy pasó de una vida bastante sedentaria a entrenamientos diarios con mucha disciplina. Empezó con cardio y clases guiadas, y poco a poco aumentó la intensidad. “Hubo días en que sentía que no podía más, pero no aflojé. La constancia ha sido la clave de todo esto”.
Un cambio físico extremo… y también emocional
Aunque el foco mediático ha estado en sus kilos perdidos, Steisy ha remarcado que este cambio físico tuvo un impacto profundo en su salud mental. Los dolores de espalda desaparecieron, su ánimo mejoró notablemente y recuperó una sensación de control sobre su vida. Sin embargo, la influencer insiste en que no se trata de una transformación “mágica”, ni rápida, ni sencilla.
También ha reflexionado sobre la presión social que recae sobre las mujeres, especialmente las influencers, para mantener una imagen idealizada. En su caso, dice que no quiere que su historia se convierta en un “mensaje tóxico” de transformación exprés. “Estoy orgullosa, pero no quiero que nadie crea que esto fue fácil o seguro para cualquiera”, afirma.

Su testimonio, mezcla de sinceridad, esfuerzo y advertencias, ha reabierto el debate sobre la velocidad en las pérdidas de peso extremas y la responsabilidad de quienes tienen una audiencia masiva.
El impacto mediático de su cambio físico también ha generado un aluvión de reacciones entre otros creadores de contenido. Algunos le han mostrado apoyo absoluto, destacando su fuerza de voluntad y la disciplina mantenida durante meses. Otros, en cambio, han criticado la velocidad a la que perdió peso, recordando que estos procesos deberían estar supervisados por profesionales sanitarios. Steisy, lejos de entrar al trapo, ha preferido mantenerse al margen. Dice que se siente orgullosa, pero que no va a alimentar debates que solo buscan polémica.
A todo esto se suma el interés de varias marcas por colaborar con ella tras su cambio físico. Gimnasios, firmas de ropa deportiva y productos de bienestar han contactado con la influencer en las últimas semanas. Sin embargo, Steisy asegura que seleccionará con cuidado las propuestas y que no piensa “vender nada” en lo que no cree de verdad. Su intención ahora es estabilizar su peso, cuidar su salud y compartir únicamente contenido que considere útil para su comunidad. “Quiero disfrutar de esta etapa sin volverme loca con lo comercial”, señala.








