El presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, habló el pasado 24 de noviembre en la asamblea de Socios Representantes de una «reorganización societaria del club». Para explicar este concepto, a los Socios Representantes se les ha enviado el ‘Informe Anual 2024-25’ en el que se informa de la evolución del club.
Sin embargo, en ese informe no se habla del cambio de modelo societario que apunta a una posible conversión en Sociedad Anónima.
El expresidente Ramón Calderón ha manifestado: «Espero que el club no se convierta en sociedad anónima ¿Por qué se quiere cambiar? ¿Hay alguna razón oculta? Es posible que el estadio se haya ido de precio y quizás sea complicado pagarlo. Si se explica a los socios, lo entenderán. Lo que no entenderían es que se diga que se hace esto para que el club siga siendo de sus socios. El club ya es de sus socios. Esa modificación implicaría que podría pasar a no serlo. Y eso es lo que a mí no me gusta».
Sin embargo, la clave del asunto no es la conversión o no del Real Madrid en SA o en SAD, sino los motivos, tal y como deja caer Calderón. Y es que un análisis financiero al que ha tenido acceso Merca2 evidencia la opacidad en las cuentas del Real Madrid y unas prácticas contables cuestionables.
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A grandes rasgos, lo que debería preocupar a los madridistas es la distorsión de la narrativa financiera impulsada por Florentino Pérez y un crecimiento ilusorio de los ingresos, una deuda histórica oculta y compromisos a largo plazo que supone el mayor riesgo de gestión de la historia reciente del Club Blanco.

La reforma del Estadio, una ‘victoria’ poco vistosa
El informe recuerda que la reforma del Santiago Bernabéu, uno de los proyectos más ambiciosos en la historia del Real Madrid, ha sido presentada a socios, aficionados y medios como un hito que garantizaría el crecimiento económico y deportivo del club.
Sin embargo, un análisis exhaustivo de las cuentas del club que circula entre diversas fuentes, ha revelado graves problemas financieros y de transparencia que podrían comprometer el futuro económico del Real Madrid. Estos informes no solo cuestionan la rentabilidad neta del proyecto, sino que también ponen en evidencia la deuda récord que el club ha acumulado y los compromisos a largo plazo que pueden lastrar su capacidad de inversión y sostenibilidad.
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Los números que se presentan inflan el impacto de la reforma al omitir detalles cruciales sobre los acuerdos con fondos de inversión como Sixth Street y Providence, los elevados costes operativos y el aumento desmesurado de la deuda. Lo cierto es que -según las cuentas públicas- la reforma no mejora el resultado neto del ejercicio 2024-25: alcanza el break even como mucho, pero a partir de 2027 podría volverse ligeramente negativo.
Los préstamos suscritos para la financiación de las obras son de 1.170 millones de euros con vencimiento en noviembre de 2053 y a un tipo de interés medio fijo del 3,2%.
Pero el coste final de la remodelación (sumando toda la financiación y costes operativos) supera los 1.347 millones de euros; sumando intereses, se aproxima ya a los 1.700 millones. La deuda viva, repartida en varios préstamos a largo plazo, implica cuotas anuales que oscilan entre los 40 y los 66 millones hasta el año 2053. Y, a fecha de hoy, apenas se han amortizado 38 millones del principal, quedando comprometidos prácticamente todos los flujos futuros de explotación comercial del estadio.
Esa estructura financiera limita enormemente la flexibilidad económica y somete al Real Madrid a la disciplina de cumplimiento de ratios y restricciones impuestas por los fondos, aumentando el riesgo ante cualquier descenso en los ingresos o incremento inesperado de costes.
Una vuelta a las cuentas del Real Madrid
El relato del Real Madrid incide en un supuesto crecimiento de los ingresos del estadio (un 70% respecto a 2019). Eran 173 millones en la temporada 2018/19 y deberían ser 294 millones en la 2024/25. El club se apunta como ingresos de socios y estadio 326 millones, de los que 145 millones serían sin contar la parte del estadio, por lo que quedarían en realidad, 229 millones (sólo 111 millones por el estadio más que en 2018/19).

Pero es que el 30% de ese último importe es de Sixth Street por virtud del acuerdo en el que el Real Madrid vendió el 30% de los ingresos del estadio -ex tickets- por 316 millones, lo que reduce los ingresos en 33 millones.
Así, el club tendría unos ingresos reales de 78 millones. Y de ahí tendría que descontar el pago de intereses y el principal de la deuda que es de 40 millones anuales hasta 2026 (y 66 millones desde 2027).

Pero hay más, porque los gastos (Otros Gastos) que incluyen el coste de los eventos y las reparaciones/mantenimientos han crecido de 90 millones en 2019 a 150 en 2025. Estas cifras proceden tanto al incremento de la actividad como a la complejidad logística del nuevo estadio, además del peso de contratos con operadores externos y del propio modelo de pago a los fondos.
Por lo tanto, si se asume que la mitad del aumento de estos gastos (30 millones) se los come el Estadio, la remodelación deja ocho millones de ingresos nada más y podría entrar en números rojos a partir de 2027 cuando el pago de la deuda sea de 26 millones anuales.

A ello se suman los problemas derivados de sentencias judiciales que han obligado a suspender conciertos y han paralizado el desarrollo de parkings y actividades comerciales anejas. Estas restricciones han impedido alcanzar los objetivos de ingresos planteados para 2024-25, con una diferencia de unos 35 millones respecto al presupuesto (el estadio quedó un 10% por debajo de lo planificado). Cada año con problemas equivaldrá a un deterioro de la rentabilidad del proyecto y eleva el nerviosismo entre los inversores, conscientes de que la clave del éxito dependía precisamente de maximizar este tipo de ingresos alternativos.
Y eso si los ingresos son reales…
Un segundo aspecto que pone de relieve el informe es que parte del incremento de los ingresos registrados procede de ventas anticipadas de palcos VIP y que -por prudencia contable- deberían haberse repartido a lo largo de la vida útil del servicio.
Además, varios capítulos de “servicios exteriores” y “otros gastos” cubren en la práctica pagos a fondos, amortizaciones de deuda o reestructuraciones financieras, que desdibujan la verdadera situación del flujo de caja generado por las operaciones del estadio. Así, el margen neto se presenta de forma artificialmente elevada en los primeros ejercicios, encubrimiento el efecto acumulativo de los compromisos a largo plazo.

…porque si no, el plan de negocio no se cumple
Lo más grave que plasman los análisis es la desviación radical entre el plan de negocio y la ejecución real. El escenario actual está “muy por debajo” del caso base presentado en el momento de captar financiación. Y han saltado las alarmas.
Los inversores, que tras años de crecimiento ven estancado el retorno sobre el capital invertido, advierten que el club puede quedar atrapado en una senda de rentabilidad mínima o nula durante más de una década. Reclaman a la directiva explicaciones realistas y solicitan a los socios que exijan la máxima transparencia antes de validar unas cuentas que no reflejan fielmente el verdadero destino y uso de los ingresos generados.
En conclusión, pese al relato institucional, la explotación total del nuevo Bernabéu apenas supone mejoras respecto a la situación anterior al proyecto, pero sí incrementa en gran medida el riesgo financiero y la dependencia de fondos externos. La falta de transparencia y el enmascaramiento de cifras impiden a día de hoy conocer el verdadero impacto neto de la obra y hasta qué punto el Real Madrid ha hipotecado su futuro a largo plazo en una operación que, en datos reales, dista mucho de representar el salto cualitativo con el que fue presentada.
Lo que parecía una gran inversión con un retorno seguro se ha convertido en una operación financiera altamente apalancada y con una rentabilidad incierta.
Con este contexto, y ante la próxima reunión de la directiva con los socios, éstos deberían exigir que se revele la verdad sobre el impacto real de la reforma del Bernabéu y la situación financiera del club antes de tomar decisiones que puedan comprometer el futuro económico del Real Madrid. Porque la salida obvia ante estas cuentas es la conversión del Real Madrid en Sociedad Anónima… quizás ya.








