jueves, 20 noviembre 2025

Onda Cero cumple 35 años como alternativa plural a sus competidores

Onda Cero cumple 35 años en un momento en el que la radio generalista atraviesa una transformación lenta pero profunda: hábitos de escucha fragmentados, polarización creciente y una oferta digital que compite por la atención. En ese contexto, la cadena de Atresmedia se ha asentado sobre una idea sencilla —dar espacio a voces distintas— y la ha convertido en su rasgo más reconocible. No es una fórmula infalible, pero sí una posición clara dentro del mapa radiofónico.

La emisora ha construido su identidad sobre la convivencia de enfoques, sin aspirar a levantar una bandera ideológica concreta. Ese planteamiento, a veces incómodo para quienes buscan trincheras, ha terminado generando un espacio propio en el que la discusión se articula sin sobresaltos escénicos. La pluralidad, más que un valor proclamado, funciona como método de trabajo: diferentes miradas, ritmos menos urgentes y una apuesta por la explicación frente al eslogan.

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El principal rasgo del momento actual de Onda Cero no es una sola voz ni un programa concreto, sino un modelo: la mezcla de enfoques y la resistencia a convertir la antena en una réplica del enfrentamiento político cotidiano. No es una propuesta espectacular ni aspira a ocupar titulares constantes. Su fuerza está en la consistencia: tertulias con perfiles diferentes y una estructura que no depende de sobresaltos para mantenerse.

ALSINA Y JULIA

En esa definición de estilo, Carlos Alsina ocupa un lugar central. ‘Más de uno’ marca el tono de la cadena desde primera hora con una estructura basada en la información, el análisis y las mediáticas entrevistas. Su influencia no reside únicamente en sus cifras de audiencia —elevadas en los últimos años— sino en haber fijado una manera de narrar la actualidad. Alsina ha convertido la franja matinal en el bloque editorial más reconocible de Onda Cero. No se apoya en la espectacularidad ni en el enfrentamiento.

En el fin de semana, el peso recae en Julia Otero. Su programa reúne a un millón de oyentes cada sábado y domingo, no tanto por una fórmula innovadora como por una forma sostenida de trabajar la conversación: entrevistas amplias, cultura sin solemnidad y debates plurales. Otero mantiene una relación con la audiencia basada en la credibilidad de largo recorrido. Su espacio funciona como un paréntesis dentro del ritmo semanal y se ha convertido en uno de los puntos más estables de la parrilla. La cadena ha ido ajustando otros tramos con resultados consistentes.

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Julia Otero.

Jaime Cantizano ha encontrado un tono propio en las tardes, combinando actualidad ligera, entrevistas y secciones de servicio. Sin estruendo, el programa se ha ido asentando en su franja. Por la noche, Rafa Latorre dirige ‘La Brújula’. Junto a ellos, formatos como ‘Noticias mediodía’. con Elena Gijón, mantienen la información en un terreno de claridad y síntesis.

DEPORTES

El deporte fue durante años uno de los tramos menos estables de Onda Cero. Cambios de equipos, estilos y direcciones dificultaron que la cadena desarrollara un proyecto reconocible. En esta etapa, sin embargo, ha logrado ordenar su oferta. ‘Radioestadio’, con Edu García, ha consolidado un formato basado en la narración y el análisis directo, sin recurrir al tono hiperbólico que domina en otros competidores.

La edición nocturna, a cargo de Rocío Martínez y Edu Pidal, completa un bloque deportivo que por fin presenta continuidad, algo que la audiencia ha ido acompañando con cifras crecientes. PIONERA EN EL

CAMPO DIGITAL

Onda Cero fue pionera en emitir por internet cuando la red apenas era un complemento y no un soporte central. Ese impulso se mantiene hoy en la producción de podcast, donde la cadena ha encontrado un espacio propio. Documentales de investigación, series de no ficción y formatos derivados de programas televisivos permiten extender la marca más allá del directo tradicional.


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