miércoles, 19 noviembre 2025

Marcos Pardo (45), técnico de redes: “Tu WiFi apesta porque tienes el router en el suelo: muévelo ya.”

Las paredes, los muebles grandes y otros aparatos electrónicos como el microondas son los mayores enemigos de tu señal inalámbrica. Optimizar el canal de emisión del router evita la saturación y mejora drásticamente la velocidad de la conexión a internet.

Tener un WiFi que funciona a tirones es una de las frustraciones modernas más universales. Pero, ¿y si la culpa fuera tuya y no de tu compañía de internet? Marcos Pardo, un técnico de redes con más de dos décadas de experiencia, lo tiene claro y es tajante con su diagnóstico, pues el principal culpable de una mala conexión a internet es dejar el router en el suelo, una costumbre muy extendida. «Tu WiFi apesta porque tienes el router en el suelo», sentencia sin rodeos.

Esa afirmación tan directa de Pardo esconde una verdad incómoda que pocos quieren admitir. Moverlo de sitio parece una solución demasiado simple, pero la ubicación del dispositivo es el factor más determinante para la calidad de la señal inalámbrica en toda la casa. La buena noticia es que arreglar tu red doméstica es más fácil de lo que parece y no necesitas gastar ni un euro para empezar, solo seguir unos pocos consejos prácticos para optimizar la conexión.

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EL PECADO ORIGINAL: ¿DÓNDE HAS PUESTO EL ROUTER?

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La mayoría llegamos a casa con el router nuevo y lo dejamos en el primer sitio que encontramos. Muchos lo esconden detrás del mueble de la tele, pero las ondas de radio necesitan espacio para expandirse sin obstáculos y ese es el peor lugar. «Tu WiFi apesta porque tienes el router en el suelo», repite Pardo, señalando el error más común que ve en su día a día, una manía que arruina por completo la cobertura de red.

El consejo de este técnico es claro: busca un lugar central en tu vivienda. Si lo sitúas en una punta, estarás desperdiciando la mitad de la potencia de la señal del router hacia el exterior. Piensa en el router como una bombilla; quieres que ilumine el máximo espacio útil posible, no la pared del vecino o la calle. Una buena conectividad en casa empieza por aquí, por algo tan básico como elegir bien el sitio.

LAS PAREDES TIENEN OÍDOS (Y EL WIFI, ENEMIGOS)

No solo importa la ubicación central, sino también los obstáculos que rodean tu WiFi. Marcos Pardo advierte de los enemigos silenciosos que debilitan tu conexión. Fuente: Freepik
No solo importa la ubicación central, sino también los obstáculos que rodean tu WiFi. Marcos Pardo advierte de los enemigos silenciosos que debilitan tu conexión. Fuente: Freepik

Las ondas de la red inalámbrica no se llevan nada bien con ciertos materiales. Es un hecho que los muros de carga, los azulejos y los grandes espejos son auténticos bloqueadores de la señal, haciendo que la conexión se debilite drásticamente a pocos metros. Según la experiencia de Pardo, una simple pared de ladrillo puede reducir la potencia de la señal a más de la mitad, así que imagina lo que hacen varias paredes juntas.

Tampoco podemos olvidarnos de la altura, un factor clave que casi todo el mundo ignora. «Dejarlo en el suelo es un crimen para tu conexión», insiste Marcos Pardo, y es que un router colocado a una altura de metro o metro y medio distribuye mucho mejor las ondas por toda la planta. Las ondas de radio tienden a expandirse hacia abajo, por lo que colocarlo en alto garantiza una mejor cobertura general en toda la casa.

LA GUERRA SILENCIOSA QUE SE LIBRA EN TU SALÓN

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¿Sabías que tu microondas puede estar saboteando tu maratón de series? Este electrodoméstico, junto a los teléfonos inalámbricos antiguos o los vigilabebés, opera en la misma frecuencia de 2,4 GHz que muchas redes WiFi, generando un «ruido» que provoca cortes y lentitud. Marcos Pardo lo describe como «intentar mantener una conversación en una habitación llena de gente gritando», una analogía perfecta para entender las interferencias.

La solución es tan simple como efectiva: aleja el router de estos aparatos. No hace falta que esté en otra habitación, pero una separación de al menos un par de metros puede marcar una diferencia abismal en la estabilidad de tu acceso a la red. Esta es otra de las razones por las que la cocina suele ser uno de los peores lugares de la casa para colocar el dispositivo que te da conexión sin cables.

¿CANALES? NO, NO HABLAMOS DE LA TELEVISIÓN

Para sacar el máximo partido a tu WiFi, a veces hay que bucear un poco en su configuración. El concepto de "canal" es fundamental y muy desconocido. Fuente: Freepik
Para sacar el máximo partido a tu WiFi, a veces hay que bucear un poco en su configuración. El concepto de «canal» es fundamental y muy desconocido. Fuente: Freepik

Imagina los canales del WiFi como los carriles de una autopista. Si todos tus vecinos y tú estáis usando el mismo carril, se forma un atasco monumental y todo va más lento. Tal y como explica el técnico Marcos Pardo, la mayoría de los routers eligen un canal automáticamente, pero no siempre escogen el menos congestionado, lo que se traduce en una conexión inestable, sobre todo en edificios con muchas viviendas.

Existen aplicaciones gratuitas para el móvil que analizan las redes de tu entorno y te dicen qué canales están más libres. Con esa información, solo tienes que acceder a la configuración de tu router y seleccionar manualmente uno de los canales recomendados para disfrutar de una autopista casi para ti solo. Este pequeño ajuste técnico mejora la velocidad de internet de forma instantánea y es una de las optimizaciones más potentes.

TRUCOS FINALES QUE MARCAN LA DIFERENCIA (Y UN AVISO)

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No subestimes el poder de un buen reinicio. «Antes de llamar al servicio técnico, apaga el router, espera treinta segundos y vuelve a encenderlo», aconseja Pardo. Este simple gesto, que muchos olvidan, limpia la memoria del dispositivo y soluciona pequeños errores de software acumulados que pueden estar lastrando el rendimiento de tu red doméstica. Hazlo al menos una vez al mes para mantener la conexión a internet en plena forma.

Con estos ajustes, tu conexión sin cables debería experimentar una mejora notable. Al final, como bien recuerda Marcos Pardo con su ya familiar franqueza, «tu WiFi apesta» no por un fallo técnico complejo, sino por pequeños descuidos, y es que usar con un poco de lógica la tecnología que ya tenemos en nuestras manos es el primer paso. Un pequeño cambio de altura o de lugar puede ser la diferencia entre la desesperación y disfrutar de la velocidad de internet por la que pagas cada mes.


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