Rosalía ha dado un paso decisivo en su expansión internacional con su actuación en The Tonight Show de Jimmy Fallon. La cantante española cruzó el charco para presentar su nuevo álbum Lux y lo hizo con una interpretación de “La Perla” tan visualmente impactante como simbólicamente potente.
La escenografía estuvo inspirada en el cuento de “La princesa y el guisante”: Rosalía se elevó sobre una pila de colchones y, al final, extrajo una perla, como si despertara de un sueño, en una puesta en escena cuidadosamente coreografiada y teatral.
No se trató solo de un concierto, sino de un momento de reflexión personal. En su charla con Fallon explicó que el proceso creativo de Lux le llevó tres años y que ha sido una evolución hacia sonidos más clásicos y experimentales. La artista reveló que en el álbum canta en 13 idiomas y que quiso incorporar historias femeninas y elementos sagrados, lo que da a su música un carácter casi ritual, muy alejado del pop convencional.
Un “juego emocional” y una lengua universal
Durante la entrevista con Jimmy Fallon, Rosalía demostró su faceta divertida y su dominio del idioma. Propuso un juego de frases en español —seductoras, insultantes o absurdas— para que Fallon tratara de identificarlas, lo que se convirtió en uno de los momentos más divertidos de la noche.
La espontaneidad fluyó, pero también dejó entrever algo profundo: para Rosalía, la lengua es un instrumento tan potente como la voz, y jugar con ella en televisión estadounidense es también una forma de llevar su cultura a otro público.
Además, compartió que la parte más estresante no fue la grabación del disco, sino el momento de llevarlo al mundo. Confesó que enviar su música al público le genera una mezcla de nervios y emoción, porque cada canción de Rosalía lleva detrás una carga personal, una historia elaborada y un compromiso emocional hacia su propia voz.
Censura, controvertida perla y simbolismo pop-religioso
La actuación de “La Perla” no estuvo exenta de polémica: uno de los versos más contundentes de la canción fue censurado en la emisión televisiva.
Concretamente, la palabra “cabrón” fue sustituida por silbidos, lo que generó críticas en redes y discusiones sobre los límites entre la expresión artística y las reglas del programa. Esta decisión no parece accidental: refuerza la tensión entre su auténtico mensaje y lo que el gran público puede oír.

No menos simbólica fue la estética de Rosalía durante la actuación. Vestida de blanco, con textura nácar, su presencia recordó tanto a una figura de cuento como a una versión pop de lo espiritual. El escenario, la coreografía y su interacción con Fallon crearon una atmósfera casi litúrgica, como si cada nota fuera parte de una ceremonia íntima y pública al mismo tiempo.
Esta aparición en The Tonight Show representa más que una promoción de Lux: es la consolidación de Rosalía como artista global. No solo como cantante, sino como cultura, como símbolo que mezcla tradición y vanguardia, que entiende la música como una experiencia multidimensional. Actuar en un programa tan relevante es una señal clara de que su ambición va más allá de España; quiere dejar huella también en el mercado estadounidense.
Al mismo tiempo, Rosalía demuestra que puede usar la plataforma para reafirmar su identidad: su español, su herencia musical, su sensibilidad para lo sacro. No es solo vender discos, es proponer una visión artística coherente y profunda. Esta Rosalía no es la estrella pop fugaz: es la artista que entiende que su voz importa, su mensaje importa y su estética importa.









