martes, 16 diciembre 2025

La Cañada Real sale del ostracismo mediático a través del cine con ‘Ciudad sin sueño’

La Cañada Real, durante décadas reducida a titulares esporádicos sobre marginalidad, pobreza energética o conflictos urbanísticos, ha encontrado en el cine un inesperado altavoz. La película de Guillermo Galoe ‘Ciudad sin sueño’, que llega este viernes 21 de noviembre a los cines, no solo ha devuelto a la Cañada al mapa mediático, sino que lo ha hecho desde un lugar poco habitual: el reconocimiento internacional.

La cinta fue premiada en la Semana de la Crítica del último Festival de Cannes, lo cual es algo muy relevante para una obra rodada íntegramente en el mayor asentamiento irregular de Europa y protagonizada por actores no profesionales que viven allí.

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El filme aterriza en un momento simbólico. Este mes de octubre se cumplieron cinco años desde que el suministro eléctrico fue cortado en los sectores 5 y 6 de la Cañada Real, dejando sin luz a unos 4.500 vecinos, de los cuales más de 1.800 son menores.

Desde entonces, miles de familias sobreviven entre generadores de gasoil, placas solares improvisadas y noches de oscuridad absoluta. En ese contexto de abandono institucional, ‘Ciudad sin sueño’ funciona como una linterna, como una presencia que ilumina aquello que demasiadas veces se prefiere no mirar.

La película continúa la línea del cortometraje ‘Aunque es de noche’, también dirigido por Galoe y ganador del Premio Goya, que ya retrataba la vida en la Cañada a través de rostros locales. Entre ellos, Antonio Fernández Gabarre, Bilal Sedraoui, Jesús Fernández Silva, Felisa Romero Molina o Pura Salazar, vecinos del asentamiento que se convierten ahora en intérpretes de una historia que podría ser la suya o la de cualquiera de sus hijos y nietos.

La autenticidad es el pulso que sostiene el relato, pero también la herramienta que permite al espectador asomarse a una realidad que suele quedar relegada a estadísticas y reportajes de urgencia social.

WESTERN EN EL CORAZÓN DE MADRID

Rodada en los sectores 5 y 6 —los mismos que continúan sin suministro eléctrico— y con la participación de RTVE en la producción, la película mezcla el cine social con códigos propios del wéstern y el cine negro. Esa mezcla, poco habitual, logra capturar algo esencial: la sensación de frontera. La Cañada es un territorio liminal, a pocos minutos del centro de Madrid, pero separado de él por una barrera invisible de prejuicio, burocracia y abandono.

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Cartel de ‘Ciudad sin sueño’.

En el centro del filme está Toni, un adolescente de 15 años orgulloso de su familia de chatarreros y profundamente unido a su abuelo. A través de su mirada, Galoe narra un momento crítico: la inminente demolición de la parcela donde viven, la resistencia del patriarca familiar a abandonar un lugar que es su mundo, la marcha de un amigo magrebí rumbo a Marsella y el posible realojo en una vivienda estatal.

Mientras el entorno de Toni se desmorona, también se diluyen las fronteras entre las leyendas de su infancia y la oscuridad literal que envuelve al barrio cada noche. La falta de luz se convierte así en un motivo narrativo que simboliza un futuro incierto. El joven se encuentra ante una encrucijada: aferrarse a un pasado que se desvanece o aceptar que, pese al desarraigo, debe avanzar.

8.000 ALMAS

La Cañada Real Galiana es una calle de casi 16 kilómetros que atraviesa varios municipios —Madrid, Coslada y Rivas-Vaciamadrid— y donde viven alrededor de 8.000 personas. En marzo de 2017, la Asamblea de Madrid y los ayuntamientos implicados alcanzaron un acuerdo para acabar con la situación irregular del asentamiento, pero ocho años después las soluciones siguen siendo fragmentarias y lentas.

El corte de luz de 2020, lejos de resolverse, se ha convertido en una herida estructural. Cada invierno, miles de familias se preparan para el frío sin la garantía de algo tan básico como la electricidad. En este contexto, el estreno de ‘Ciudad sin sueño’ en la propia Cañada, el mes pasado, tuvo dimensiones casi rituales.

Vecinos que rara vez se ven representados en la gran pantalla celebraron el reconocimiento de Cannes entre lágrimas y aplausos. No se trataba solo de la presentación de una película, sino de la reivindicación colectiva de una identidad, de una comunidad que se resiste a desaparecer o a ser definida únicamente por sus problemas.

La producción, hispano-francesa, es fruto de la colaboración entre Sintagma, Buenapinta Media, Encanta Films, BTeam Prods, Ciudad sin sueño la película AIE, Les Valseurs y Tournellovision, con el apoyo del ICAA, RTVE, Filmin y la Consejería de Cultura de la Comunidad de Madrid. Este respaldo institucional y europeo contrasta con la desatención que los vecinos denuncian desde hace años.


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