lunes, 17 noviembre 2025

Eduardo Riego, policía nacional: «Las oposiciones son difíciles y hay pocas plazas para mucha gente»

Convertirse en Policía Nacional exige constancia, disciplina y una preparación integral. Eduardo Riego revela el verdadero desafío: superar oposiciones, entrenar cuerpo y mente y afrontar una formación que transforma aspirantes en profesionales responsables y comprometidos.

La decisión de convertirse en Policía Nacional suele nacer de una mezcla de vocación, curiosidad y necesidad de estabilidad. Pero entre la idea romántica y la realidad del proceso existe una distancia que solo quienes lo han vivido pueden describir con precisión. Para muchos aspirantes, el camino arranca con entusiasmo, pero pronto se encuentran con una ruta exigente, competitiva y profundamente transformadora.

En medio de esa travesía aparecen voces experimentadas que ayudan a iluminar el camino. Una de ellas es la de Eduardo Riego, miembro de la Policía Nacional, quien conoce desde dentro cómo se forma un agente, qué se exige en las oposiciones y qué mentalidad es necesaria para lograrlo.

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El proceso para ingresar en la Policía Nacional

El proceso para ingresar en la Policía Nacional

El primer paso, explica Riego, es aprobar las oposiciones de acceso a la Policía Nacional, una prueba que requiere meses —a veces años— de estudio disciplinado. El aspirante debe memorizar legislación, resolver test complejos y superar pruebas psicotécnicas diseñadas para medir razonamiento, estabilidad y toma de decisiones. Para Eduardo, la clave está en tratar la oposición como “una maratón, no un sprint”, una filosofía que él mismo transmite a quienes comienzan este recorrido.

Una vez superado el examen, llega la formación inicial en la academia de la Policía Nacional, un entorno de disciplina estricta, jerarquía marcada y rutinas firmes. Allí se combinan clases de derecho penal, tiro, defensa personal y técnicas de intervención. Riego recuerda que la mayoría de los que llegan a la academia la superan, no porque sea sencilla, sino porque quienes han vencido la oposición ya traen consigo la constancia que se necesita.

Después, los futuros agentes realizan prácticas reales en distintas unidades de la Policía Nacional. Es el momento en el que los conocimientos teóricos se transforman en decisiones que afectan a personas de carne y hueso. En este periodo, superiores y formadores observan cada detalle para evaluar si el aspirante está preparado para asumir la responsabilidad del cargo.

Las exigencias y la mentalidad necesaria

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Para Riego, la preparación física es tan importante como la mental. Todas las pruebas de acceso a la Policía Nacional requieren correr, saltar, trepar y demostrar un mínimo de resistencia. Por eso recomienda entrenar con disciplina y, si es posible, complementar con deportes de contacto, útiles para intervenciones reales. También recuerda que mentir en psicotécnicos o entrevistas es un error que puede dejar fuera a un aspirante brillante.

La Policía Nacional, destaca, no busca héroes impulsivos, sino personas equilibradas, responsables y capaces de trabajar en equipo. “No buscan alguien perfecto, buscan alguien fiable”, resume. Ese equilibrio, según él, es lo que termina marcando la diferencia entre quienes se quedan en el camino y quienes finalmente visten el uniforme de la Policía Nacional.


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