Kiko Rivera ha vuelto a situarse en el centro del foco mediático tras una entrevista en la que se ha mostrado más vulnerable y contundente que nunca, especialmente al hablar de la ruptura con Irene Rosales, un tema que él mismo había prometido no abordar públicamente. En ¡De Viernes! el DJ ha dejado claro que, después de once años juntos y dos hijas en común, la decisión de separarse no solo fue dolorosa, sino también el desenlace inevitable de un proceso interno que llevaba tiempo gestándose. Sus palabras han revelado un entramado emocional complejo, marcado por dudas, convivencias forzadas y la necesidad de proteger a sus hijas en medio del derrumbe de su vida familiar, todo ello mientras trataba de reconstruirse personalmente tras años de conflictos personales y adicciones que él mismo ha reconocido en numerosas ocasiones.
3El testimonio de Kiko Rivera
A medida que avanzaba la conversación, el artista fue desgranando cómo la separación se convirtió en un proceso de aceptación mutua. Admitió que, en el fondo, dar ese primer paso supuso también quitar un peso de encima a Irene, que llevaba tiempo lidiando con una situación que afectaba a ambos por igual. Aunque no ofreció detalles sobre posibles terceras personas ni señaló motivos concretos más allá del desgaste, sí dejó claro que cada uno estaba recorriendo su propio camino emocional y que, pese al dolor inicial, sentían que era lo mejor. También reconoció que la relación había llegado a un punto en el que ninguno de los dos estaba siendo plenamente feliz, y que prolongar la convivencia habría significado estirar una historia que ya no tenía sentido.
El testimonio de Kiko, cargado de sinceridad, contradicciones emocionales y una evidente necesidad de cerrar heridas, ha dibujado una historia de ruptura más compleja de lo que muchos imaginaban. Con sus palabras ha mostrado que, detrás de la imagen pública, existía una lucha silenciosa hecha de dudas, rutinas que pesaban como piedras y decisiones difíciles tomadas desde el cariño, pero también desde la necesidad de empezar de cero. Y aunque la separación marque un antes y un después en su vida, la claridad que ha adquirido en estos meses parece haberle dado una brújula emocional con la que, según afirma, está aprendiendo por fin a sostenerse por sí mismo.







