Ander Aguado, el joven fundador de Revamp Energy, se ha convertido en una de las voces más llamativas de una industria que mueve cifras millonarias y despierta tanta curiosidad como desconfianza. Mientras los gigantes del sector —como Red Bull— dominan los estantes, él busca abrirse paso con una propuesta propia que nació de un sueño personal y terminó chocando de frente con la realidad empresarial.
Aguado, que empezó su camino profesional en el mundo del fitness, hoy intenta demostrar que detrás de cada lata hay mucho más que burbujas, marketing y color. Su historia es un recorrido lleno de tropiezos, aprendizajes y decisiones arriesgadas que revelan cómo se construye una marca desde cero en un mercado donde Red Bull parece no tener rival.
Una idea que nace del deseo y choca con la industria de Red Bull

Para Ander Aguado, crear una bebida energética no fue un gesto impulsivo, sino la necesidad de cumplir un anhelo que arrastraba desde hacía años. Soñaba con entrar a un supermercado y ver a alguien comprar algo suyo sin saber quién era. En ese deseo, genuino y casi ingenuo, convivía la admiración por gigantes como Red Bull, una compañía que él menciona con naturalidad cuando explica la magnitud del reto que decidió asumir.
El proyecto comenzó bajo el nombre de Revival y lucía un logo que, según recuerda, tenía para él un valor emocional tan profundo que llegó a llevarlo colgado del cuello. Sin embargo, Burn, una marca competidora respaldada por el poder financiero que Red Bull domina en su campo, presentó una denuncia. Aquello ocurrió en el peor momento, justo cuando la producción estaba lista para llegar al mercado. Las consecuencias fueron devastadoras: debieron destruir 500.000 latas sin recuperar un solo euro invertido. Fue un golpe que habría paralizado a cualquiera, especialmente en un sector donde Red Bull impone estándares difíciles de alcanzar.
Aguado confiesa que ese instante marcó un antes y un después. “Cuando destruyes todo y te quedas sin nada, la pregunta es ‘¿y ahora qué?’”. Pero lejos de rendirse, decidió convertir el traspié en un impulso para reformular el concepto y crear Revamp Energy. Desde entonces, se ha repetido una idea que lo guía: el marketing más poderoso es un producto excelente, algo que incluso compañías como Red Bull siguen explotando con habilidad.
Cómo competir con Red Bull desde cero: costes, estrategia y obsesión por el detalle
El precio de entrar al mercado no es menor. Aguado asegura que, sin medio millón de euros, es casi imposible intentar competir en un segmento donde Red Bull marca los ritmos. Él lo sabía, pero también estaba convencido de que un buen producto, con identidad y sabor propios, podía encontrar su lugar entre consumidores que ya están habituados al dominio de Red Bull.
La producción, según detalla, cambia dependiendo de la calidad y el volumen. Aunque evita dar cifras exactas, reconoce que grandes jugadores como Red Bull pueden fabricar cada lata por apenas 9 céntimos y venderla en Estados Unidos a 2,5 euros. Un margen que cualquier emprendedor miraría con asombro. Esa diferencia entre lo que cuesta y lo que se paga es lo que convierte a Red Bull en sinónimo de imperio.








