domingo, 16 noviembre 2025

El Rey emérito critica la educación de su nieto Froilán y cuestiona la autoridad de sus padres

En sus memorias, el rey emérito se pronuncia sobre la vida de su nieto y cuestiona la influencia del divorcio de sus padres, la infanta Elena y Jaime de Marichalar.

Siguen los titulares con respecto a la publicación de un libro del que no para de hablarse. Y es que el Rey emérito dedica un capítulo de sus memorias a reflexionar sobre su nieto Felipe Juan Froilán de Marichalar y Borbón, situando la educación del joven en el centro de un relato que ha causado polémica.

Froilán, hijo de la infanta Elena y de Jaime de Marichalar, creció bajo la sombra del divorcio de sus padres, un contexto que, según el rey emérito, influyó en la formación del joven y en sus decisiones personales. El exmonarca adopta un tono crítico, mucho más estricto que el que usa consigo mismo, y sitúa gran parte de la responsabilidad en la “falta de autoridad parental” y en el entorno familiar, mientras él se proyecta como una figura de guía y custodia moral.

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Lejos de asumir errores propios, el rey emérito mezcla reproche y nostalgia. Describe cómo el divorcio de la infanta Elena y Jaime de Marichalar y la vida mediática del joven afectaron su comportamiento, resaltando la necesidad de su intervención como abuelo. Sin embargo, su discurso se centra en la crítica hacia otros actores familiares, evitando reconocer que su propia trayectoria también ha estado marcada por polémicas que debilitan la autoridad moral que reclama.

Froilán y la influencia del divorcio de sus padres

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En este capítulo, el rey emérito subraya que la juventud de Froilán se vio condicionada por la separación de la infanta Elena y Jaime de Marichalar. Según sus memorias, la falta de dirección y cohesión parental derivó en decisiones cuestionables del joven, desde su comportamiento social hasta su vida pública, que ha aparecido numerosas veces en la prensa por ser, sin duda, reprochable. El exmonarca justifica su propia intervención y describe cómo trató de ofrecer orientación en medio de la exposición mediática constante que acompañaba a la familia.

El relato incluye críticas hacia la infanta Elena, a quien señala por no haber ejercido una autoridad suficiente, y hacia Jaime de Marichalar, cuya implicación en la educación del joven es calificada de insuficiente. En este pasaje, el Rey emérito se ve a sí mismo como un tutor moral, y su figura queda proyectada como referente frente a lo que considera una deriva familiar que nunca debería haber sucedido. En ese sentido, exculpa a su nieto, y de paso a sí mismo.

Otros capítulos polémicos del rey emérito

Además de este pasaje, las memorias del Rey emérito incluyen otros momentos en los que adopta un rol crítico hacia la familia, los medios y la institución monárquica. El exmonarca lamenta la pérdida de autoridad moral de la Corona y señala que su legado se ve erosionado por decisiones de terceros. Mantiene un discurso crítico, pero sin autocrítica ni disculpas, proyectando la responsabilidad hacia otros y subrayando lo que él percibe como una desviación de los valores familiares e institucionales que, según él, deberían haberse respetado. Es exactamente el mismo tono que cuando habla sobre la relación con su hijo, sus polémicos episodios con ex amantes o su relación con la Hacienda española.

Froilán
Felipe Juan Froilan de Marichalar en Madrid el 21 de septiembre del 2022

En conclusión, el rey emérito utiliza este capítulo para criticar la educación de Froilán y la influencia del divorcio de la infanta Elena y Jaime de Marichalar.

Ahora bien, a pesar de las críticas y los reproches, el rey emérito subraya que mantiene una relación cercana y afectuosa con Froilán. Ambos disfrutan de la convivencia familiar, lo que ha permitido que, más allá de los conflictos y las diferencias, abuelo y nieto conserven un vínculo sólido y de confianza mutua, mostrando que, pese a todo, al menos algunos lazos familiares siguen siendo fuertes dentro de la Casa Real.


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