La entrevista que Carlota Corredera ha concedido recientemente ha abierto una ventana a un momento personal y profesional marcado por cambios, reajustes y una sinceridad que pocas veces había mostrado en público. La presentadora, que recuperó presencia televisiva tras su salida de Mediaset, ha hablado sin rodeos de su situación económica y laboral, admitiendo que su regreso a la pequeña pantalla no está siendo tan estable como muchos imaginaban. En sus propias palabras, “no es por ego, sino por necesidad económica”, una afirmación que refleja el impacto que ha tenido en su vida el giro que dio su carrera en los últimos años. Reconoce que “presentar un día en Ten, a mí no me da para vivir”, una frase que ha generado un eco significativo entre quienes han seguido su trayectoria y conocían su proyección previa en televisión.
2«Yo no soy una reventada»
En los últimos meses, además de su labor en ‘Tentáculos’, Carlota ha ido encontrando un hueco como colaboradora en otros espacios televisivos de actualidad. Con su estilo directo y su bagaje profesional, ha logrado adaptarse a diferentes formatos, un esfuerzo que ella misma valora como parte de la evolución profesional que ha tenido que afrontar. Sin embargo, los desafíos personales también han influido en su situación. La presentadora se separó del padre de su hija en octubre del año pasado, poniendo fin a una relación de más de una década. Aunque la ruptura se desarrolló en buenos términos, supuso un antes y un después en su vida diaria y en la gestión de su economía, un aspecto que la propia Carlota reconoce sin tapujos. La nueva etapa vital comenzó casi en paralelo a sus reajustes laborales, lo que incrementó el impacto emocional del momento.
Uno de los capítulos más delicados de su carrera reciente tiene que ver con su salida de Telecinco, sobre la que ahora empieza a hablar con cierto detalle aunque sin desvelarlo todo. A Arnau Martínez le confesó que hay cosas que poco a poco le han ido contando y que están relacionadas con los motivos que la apartaron de la cadena. “Yo no soy una reventada”, afirma, insistiendo en que no es su intención atacar a nadie, pero sí reconoce que los hechos que vivió fueron difíciles de procesar. Según explicó, aún no se siente preparada para revelar exactamente qué ocurrió, aunque dejó caer que hay episodios que la marcaron profundamente y que no han sido fáciles de superar.
En ese sentido, no dudó en admitir que la palabra que mejor define lo que vivió no es ‘traición’, sino una palabra aún más dura, aunque no quiso concretar cuál. Se describió como una persona “frágil” y “vulnerable”, especialmente durante la época del documental ‘Rocío, contar la verdad para seguir viva’, donde su defensa pública de Rocío Carrasco la convirtió en uno de los rostros más visibles de aquella etapa televisiva. Aquello le generó una enorme exposición, apoyos y críticas en igual medida, y supuso un cambio drástico en la percepción pública que existía sobre ella. Reconoce que en ese periodo llegó incluso a sentir miedo, una emoción que no había experimentado con esa intensidad en toda su trayectoria profesional.







