jueves, 13 noviembre 2025

Carlos Cruz, Sales Manager en Checkpoint Systems: «Los hurtos cada vez son más agresivos, ha aumentado la confrontación física y verbal cuando pillas a la persona intentando robar”

Los hurtos en comercios se vuelven cada vez más violentos y frecuentes. Entre tecnología, prevención y empatía, empresarios y expertos buscan frenar una tendencia que no solo afecta a las ventas, sino también a la seguridad y la convivencia diaria.

En España, los hurtos han dejado de ser un simple acto de sigilo para transformarse en un fenómeno social que preocupa cada vez más a comerciantes y autoridades. Lo que antes parecía una travesura menor, hoy se traduce en pérdidas millonarias, episodios de violencia y una sensación de impunidad que crece a la par de la crisis económica.

Según el Barómetro del Hurto elaborado por la Asociación de Fabricantes y Distribuidores (AECOC), los comercios españoles perdieron el año pasado cerca de 2.800 millones de euros por esta causa. Una cifra que, más allá de su impacto económico, refleja un cambio de conducta y una tensión latente dentro de los espacios de compra.

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El aumento de los hurtos y una sociedad en tensión

El aumento de los hurtos y una sociedad en tensión
Fuente: agencias

Carlos Cruz, Sales Manager en Checkpoint Systems, advierte que “los hurtos cada vez son más agresivos, ha aumentado la confrontación física y verbal cuando pillas a la persona intentando robar”. Y no exagera. El 26% de los empresarios consultados confirma haber vivido enfrentamientos directos con ladrones, un dato que marca una tendencia alarmante: el delito ya no se esconde entre las góndolas, sino que se enfrenta cara a cara.

Los hurtos no distinguen tamaño ni rubro. Afectan tanto a los pequeños supermercados de barrio como a las grandes cadenas. Entre los productos más robados aparecen el aceite —convertido en símbolo del encarecimiento de la vida cotidiana—, las conservas, los embutidos, los quesos y los vinos. En moda, lo más sustraído es la ropa interior, mientras que en electrónica destacan los auriculares. Incluso los artículos para mascotas, como los antiparasitarios, se han vuelto objeto frecuente de robo.

Cada hurto registrado en España ronda los 200 euros, una cantidad que puede parecer menor, pero que acumulada representa un grave daño a los comercios. Y aunque el 60% de los robos son externos —clientes o visitantes ocasionales—, el 20% se atribuye a empleados internos. Detrás de esas cifras hay, según los expertos, una mezcla de necesidad, oportunidad y falta de consecuencias legales.

Tecnología, empatía y una delgada línea de esperanza

Frente a esta realidad, los comercios buscan alternativas para protegerse. La tecnología ha tomado protagonismo, ofreciendo nuevas herramientas para detectar y frenar los hurtos. Pablo Blanco, especialista en videovigilancia, explica que existen softwares capaces de analizar los gestos de los clientes en tiempo real, identificar movimientos sospechosos y enviar alertas automáticas al personal.

Estos sistemas no discriminan por género, edad o raza: solo observan los movimientos del cuerpo. Y aunque su implementación avanza con rapidez, todavía no logran eliminar del todo el problema. “Incluso con cajas de autopago, los hurtos siguen siendo altísimos —señala Blanco—. En algunos casos, las pérdidas alcanzan hasta un 5% de la facturación”.

Más allá de las cámaras, las alarmas y las etiquetas inteligentes, muchos expertos coinciden en que el factor humano sigue siendo clave. Un simple saludo al entrar a la tienda puede disuadir a quien intenta robar “por capricho”, afirma Álvarez. La empatía, el trato cercano y la presencia física continúan siendo armas efectivas contra los hurtos, sobre todo en los pequeños comercios.


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