Cada mes, millones de personas repiten el mismo ciclo: cobran su nómina, sienten un alivio momentáneo y, en cuestión de días, el dinero desaparece sin saber muy bien cómo. La ansiedad regresa, las facturas se acumulan y el ahorro vuelve a quedar postergado. Para el economista y formador financiero Richard Gracia, el problema no está en el sueldo, sino en la falta de sistema.
“El secreto no es ganar más, sino gestionar mejor lo que ya ganas”, asegura. Gracia, autor de varios programas sobre educación financiera, sostiene que los primeros 30 minutos después de cobrar la nómina son decisivos para todo el mes. “En ese breve lapso —dice— se define si vivirás con estabilidad o con estrés financiero”.
Un sistema simple para dominar tu nómina

Richard Gracia propone un método que cualquiera puede aplicar, sin necesidad de conocimientos técnicos ni grandes ingresos. El primer paso es asignar una función clara a cada parte de la nómina: un porcentaje fijo para gastos esenciales, otro para ahorro y otro para ocio. “Cada euro debe tener una misión antes de salir de tu cuenta”, explica.
El especialista insiste en que pagar las facturas primero no es perder dinero, sino comprar tranquilidad. “Cuando priorizas tus necesidades básicas, dejas de vivir con miedo al descubierto o a la tarjeta bloqueada. La nómina deja de ser un salvavidas temporal y pasa a ser una herramienta de estabilidad”.
Otro de sus consejos es automatizar el proceso. Configurar transferencias automáticas hacia cuentas de ahorro o inversión el mismo día en que entra la nómina. “No esperes a ver si te sobra algo —advierte—, págate a ti mismo primero. Si no lo haces, el dinero se evaporará en pequeños gastos que ni recordarás”.
De sobrevivir a construir libertad financiera
Para Gracia, el gran error es vivir mes a mes sin una estrategia. “La mayoría trabaja por dinero, pero muy pocos hacen que su dinero trabaje por ellos”, resume. Según él, el ahorro sistemático es el punto de partida de cualquier plan financiero sólido. Con una nómina bien distribuida, incluso un ingreso modesto puede convertirse en capital con el paso del tiempo.
También destaca la importancia de un fondo de emergencias: “Invertir sin tener un colchón previo es como construir una casa sin cimientos”. Ese fondo, afirma, debe ser equivalente a entre tres y seis nóminas, guardado en una cuenta de fácil acceso. “Gestionar bien la nómina no es solo una cuestión de números”, concluye. “Es una decisión emocional y estratégica. Cuando aprendes a dominar tu dinero, dejas de vivir a la defensiva y empezás a construir libertad”.









