domingo, 9 noviembre 2025

Toni García, mejor profesor de España: “La escuela desprestigia las habilidades que no entran en las materias troncales”

El mejor profesor de España, Toni García, desafía el modelo educativo tradicional. Denuncia una escuela que castiga el talento diferente, premia la memorización y olvida la creatividad.

Convertirse en uno de los profesores más influyentes de España no fue casualidad. Toni García, galardonado como el mejor docente del país, pasó gran parte de su infancia navegando entre colegios, frustraciones y un sistema que no supo comprender su talento. Hoy, su discurso es una revolución pedagógica que invita a repensar la escuela y devolverle su sentido más humano.

Desde su experiencia personal, García plantea una crítica profunda: la escuela española continúa atrapada en un modelo rígido que premia la memorización y penaliza la creatividad. Su historia es, a la vez, un reflejo del fracaso estructural y una esperanza para quienes creen que otra educación es posible.

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Una escuela que castiga el talento diferente

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A lo largo de su etapa escolar, Toni García cambió de centro más de quince veces. Aquella inestabilidad no fue solo geográfica, sino también emocional. En cada escuela se encontró con un sistema que clasificaba a los alumnos según su rendimiento en unas pocas materias, desprestigiando el resto de habilidades. “Jugaba en primera división de fútbol y me ponían un suficiente en educación física; ganaba premios de pintura y también sacaba un bien”, recuerda.

Para él, la escuela no debería ser un molde único donde todos deban encajar, sino un espacio de descubrimiento personal. “Me parecía raro que un alumno tuviera sobresaliente en todo, porque nadie puede destacar en todo”, sostiene. Su visión rompe con la idea de uniformidad y defiende un modelo educativo que detecte y potencie los talentos individuales.

García lo resume con una metáfora brillante: “En la escuela tienen que triunfar Maradona y Shakespeare. Si solo puede triunfar uno, el sistema falla”. Con esa frase, pone en evidencia una estructura que todavía asocia el éxito exclusivamente con las áreas lingüísticas o matemáticas, relegando la creatividad, el arte o el deporte a un segundo plano.

Una escuela que fomente la autoestima y no el miedo al fracaso

Una escuela que fomente la autoestima y no el miedo al fracaso
Fuente: agencias

Su proyecto de dirección se centra en una premisa fundamental: todos los alumnos deben tener alguna posibilidad de éxito dentro de la escuela. Para lograrlo, insiste en que los centros educativos deben ofrecer una gran diversidad de herramientas, materiales y experiencias. “Si un alumno no tiene piano, nos perderemos al próximo Mozart; si no puede jugar al hockey, nos perderemos a un gran deportista”, reflexiona.

Más allá del contenido, García subraya la importancia de la autoestima. Considera que la escuela, tal como está planteada, dedica demasiado tiempo a señalar lo que los alumnos no saben hacer. “En España seguimos diciéndoles a los chavales para qué no valen, en lugar de descubrir para qué sí valen”, advierte.

Su crítica también apunta a un rasgo cultural: el miedo al fracaso. Según el docente, ese temor comienza en la escuela y se arrastra a la vida adulta. “El error sigue viéndose como un fracaso, cuando en realidad es una parte del éxito”, explica. Para él, la educación debería enseñar a caerse, levantarse y volver a intentarlo.

Los datos refuerzan su argumento: uno de cada cuatro jóvenes españoles menores de 24 años quiere opositar para ser funcionario. “Buscamos la seguridad, no los sueños”, lamenta. Esa búsqueda de estabilidad, según García, genera una sociedad conformista y poco innovadora.


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