sábado, 8 noviembre 2025

Teresa Baro (63), experta en comunicación no verbal: «Hay que contestar con mucha calma, sin gritar, sin nerviosismo, con un tono cálido y firme y luego acompañarlo con mirada a los ojos»

La experta en comunicación no verbal Teresa Baró explica cómo responder con serenidad ante preguntas indiscretas. Su método, basado en el autocontrol y en la comunicación consciente, enseña a proteger la privacidad sin perder empatía ni elegancia.

Proteger la intimidad en tiempos de sobreexposición es más difícil que nunca. Las redes sociales, las charlas cotidianas y la curiosidad ajena pueden poner en riesgo aspectos personales que deberían mantenerse al resguardo. Teresa Baró, referente internacional en comunicación no verbal, enseña cómo defender los límites sin perder elegancia ni amabilidad.

A través de su enfoque claro y humano, Baró propone un método práctico para esquivar preguntas indiscretas y blindar la vida privada. Desde la observación de los gestos hasta el tono de voz, cada detalle de la comunicación puede marcar la diferencia entre sentirse invadido o mantener el control de una conversación.

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El poder de la comunicación consciente

El poder de la comunicación consciente
Fuente: agencias

Según Teresa Baró, la clave está en responder con serenidad y firmeza. La comunicación no debe basarse en el miedo o la incomodidad, sino en la calma. “Contestar sin gritar, sin nerviosismo, con un tono cálido y mirando a los ojos”, explica la especialista. Ese gesto, simple pero contundente, proyecta seguridad y transmite un mensaje silencioso: el límite está claro.

La experta recuerda que la educación tradicional enseñó a muchas personas a “contestar y decir la verdad”, pero eso no siempre resulta conveniente. En comunicación, ofrecer más información de la necesaria puede debilitar la posición personal. “La información es poder, y cuando se comparte sin control, se pierde parte de ese poder”, advierte Baró.

Su propuesta del “semáforo de la privacidad” es un método visual y muy útil. En verde, los temas públicos que pueden compartirse; en ámbar, los que conviene dosificar; y en rojo, aquellos que no deben salir del ámbito íntimo. Este esquema ayuda a ordenar comunicación diaria y evita improvisar respuestas que luego puedan lamentarse.

Técnicas para mantener el control

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Baró también enseña cómo aplicar la técnica de las “4 R”: reconocer, regular, redirigir y retirarse. En comunicación interpersonal, esta fórmula permite mantener el control sin caer en enfrentamientos. Primero se reconoce la curiosidad del otro; luego se establece el límite; después se redirige el diálogo hacia otro tema; y, si es necesario, se pone fin a la conversación.

Otra estrategia efectiva es la “pregunta de control”, que obliga al interlocutor a reflexionar sobre su interés. Frases como “¿para qué te será útil saberlo?” desarman la intromisión con elegancia. Si la persona insiste, la especialista sugiere posponer o simplemente guardar silencio, un recurso poderoso en toda comunicación asertiva.

La voz y el lenguaje corporal también desempeñan un papel crucial. Evitar gestos de nerviosismo, mantener una postura erguida y sostener la mirada son señales de autoconfianza. La comunicación no verbal, cuando se domina, transmite respeto sin necesidad de palabras.

Para Teresa Baró, blindar la vida privada no significa ser hermético, sino consciente. En un mundo donde la curiosidad ajena parece no tener límites, la buena comunicación es una forma de libertad. Responder con calma, seguridad y empatía es una habilidad que se entrena y que, según la especialista, puede transformar la manera en que nos relacionamos con los demás.


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