Diego Moreno, experto en seguros, advierte sobre los errores más comunes al contratar pólizas y denuncia las prácticas engañosas de algunas aseguradoras. Su misión: enseñar a los usuarios a protegerse con información clara y decisiones conscientes.
En un mercado saturado de promesas, publicidad confusa y letra pequeña, el corredor de seguros Diego Moreno se ha convertido en una voz que intenta traer luz a un sector históricamente opaco. Desde sus redes sociales y su plataforma Sepa Seguros, Moreno educa y alerta sobre los peligros de confiar ciegamente en una aseguradora o en un comercial demasiado entusiasta.
Educación y prevención: las claves para no caer en las trampas de los seguros

Según explica, uno de los errores más frecuentes que cometen los usuarios es no revisar los datos del contrato. “Algo tan simple como una matrícula mal escrita puede significar que circules sin seguro”, advierte. Lo mismo ocurre con los metros cuadrados de una vivienda o los objetos declarados en el hogar: cualquier discrepancia puede complicar una reclamación. Moreno aconseja revisar cada detalle y, si es necesario, utilizar herramientas de inteligencia artificial para entender mejor las cláusulas.
Entre los seguros más contratados, el de decesos se lleva el primer puesto en lo innecesario. “Muchísima gente lo paga por tradición, pero no todo el mundo lo necesita”, explica. En cambio, defiende con firmeza la importancia de un seguro de vida para quienes tienen hijos o hipotecas, y destaca la responsabilidad civil como esencial para autónomos y emprendedores: “Un simple error laboral puede costarte tu patrimonio”.
Aseguradoras: errores frecuentes y la importancia de leer la letra pequeña
El experto también pone el foco en el auge de los seguros de salud, impulsados por el deterioro de la sanidad pública. “Si una persona ya paga impuestos que incluyen la sanidad, ¿por qué tiene que pagar un seguro privado? Eso demuestra que algo no está funcionando”, reflexiona. Aun así, reconoce que su contratación ha crecido exponencialmente: “Cada vez más gente los compra porque las demoras en la atención pública son insostenibles”.
Moreno se muestra crítico con las campañas comerciales que prometen rebajas milagrosas: “Te bajan el precio el primer año, pero después te suben el doble. Pan para hoy, hambre para mañana”. Por eso, insiste en comparar, leer la letra pequeña y guardar toda la documentación posible: facturas, fotos y pólizas actualizadas. “Si la aseguradora duda, no paga. Así de simple”, sentencia.
A pesar de las trampas del sector, el corredor confía en que la educación y la transparencia pueden marcar la diferencia. “Hoy con la tecnología tenemos acceso a todo: podemos entender lo que firmamos y evitar que nos engañen”, dice. Para él, el seguro ideal no es el más caro ni el más famoso, sino el que realmente protege lo que importa. “Un coche puede reemplazarse. Una casa, también. Pero la salud y la tranquilidad de tu familia no tienen precio.”









