La reacción de Tamara Falcó al descubrir el secreto mejor guardado de Isabel Preysler ha sorprendido a muchos, pero también ha dejado entrever la profunda unión que existe entre madre e hija. En Merca2, dentro de la sección de Gossip, recogemos las palabras y los gestos que han marcado este inesperado capítulo familiar. Lo que comenzó como una simple presentación literaria terminó convirtiéndose en una de las confesiones más sinceras y reveladoras de la socialité más famosa de España. Isabel Preysler ha decidido contar su verdad, sin intermediarios, sin interpretaciones, y lo ha hecho con la serenidad de quien ya no teme al pasado.
2¿Qué piensa Tamara Falcó de su madre?
Lejos de juzgarla, Tamara Falcó ha respaldado las palabras de su madre, demostrando una vez más que su vínculo familiar trasciende los errores del pasado. Para ella, Miguel Boyer no solo fue el amor de su madre, sino también una figura muy importante en su propia vida. “Fue como un padre para mí”, ha afirmado, recordando los años en los que convivió con él y su hermana pequeña, Ana Boyer. Tamara sabe que aquel amor marcó profundamente a Isabel, y lo entiende sin rencor.
Esa comprensión tiene mucho que ver con la espiritualidad que define a Tamara Falcó, una mujer de profundas convicciones religiosas que suele interpretar los acontecimientos desde una perspectiva de fe. “Sé que nací fruto del amor de mis padres biológicos, pero tengo el convencimiento de que fue Dios quien me envió a esta familia”, ha reflexionado. En sus palabras no hay reproches ni resentimiento, sino una aceptación madura y sosegada del pasado familiar.
Durante la presentación del libro, Tamara se convirtió en el mayor apoyo de su madre. Las cámaras captaron su complicidad, las miradas cómplices y los gestos de cariño que confirman que, pese a los años y las diferencias, la relación entre ambas atraviesa un momento de enorme solidez. “Estoy muy orgullosa de mi madre. Ha sido valiente al contar su versión, porque muchas veces otros lo han hecho por ella”, ha declarado. La marquesa reconoce que el libro le ha permitido conocer facetas desconocidas de Isabel, comprender decisiones que antes no entendía y, sobre todo, verla como una mujer que ha sabido sobrevivir a sus propias emociones.
“Yo no viví las cosas de la misma manera que las cuenta, pero el libro me ha ayudado a entenderla mejor”, añade Tamara, con esa mezcla de ternura y respeto que siempre ha caracterizado su relación con Isabel. La publicación, lejos de provocar tensiones, ha reforzado su vínculo y ha permitido que madre e hija dialoguen sobre temas que antes quedaban en silencio. En este sentido, ambas han mostrado una admirable disposición a la empatía, alejándose del dramatismo y el morbo que tantas veces ha rodeado a la familia Preysler.







