La tradición navideña da un nuevo salto en el último tramo de este 2025. Y es que desde esta semana y hasta el próximo 15 de diciembre, 17 localidades de toda España se enfrentan en una brillante competición de Ferrero Rocher para lograr la iluminación navideña más espectacular del país. Bajo la mirada del mítico presentador Jesús Vázquez, la marca ha convocado esta edición más ambiciosa que nunca: un pueblo por cada comunidad autónoma lucha por brillar con luz propia.
En el transcurso del concurso, cada municipio mostrará su patrimonio, su ambiente festivo y su capacidad para transformar calles, plazas y rincones en auténticas estampas navideñas: un reflejo del espíritu colectivo que caracteriza a la competición de Ferrero Rocher, que se ha convertido en todo un clásico. La convocatoria apuesta por “poner en valor la diversidad geográfica, nuestras tradiciones y el talento local”, según ha explicado la marca. Y además que, de paso, haya un intercambio de culturas y un ejercicio para conocer las que nos pueden resultar ajenas.
¿Cómo va a ser el proceso de competición de Ferrero Rocher para estas Navidades?
El proceso arrancó con todos los municipios que quisieron presentarse y varias fases de votación ciudadana que irán eliminando competidores hasta dejar sólo dos finalistas. En ese momento, se anunciará el ganador, que se llevará la iluminación especial de la marca para destacar como la “villa más iluminada de España” en la Navidad de 2025. Nada más y nada menos.
Porque más allá del brillo y las fotografías, la competición de Ferrero Rocher se convierte en una plataforma de promoción local muy valiosa. Los pueblos candidatos obtienen visibilidad a nivel nacional, lo que puede impulsar el turismo de invierno, el comercio local y el orgullo colectivo de sus habitantes. En tiempos en que las escapadas de fin de semana se diversifican, una buena iluminación navideña puede marcar, sin lugar a dudas, la diferencia. Solamente hay que recordar el ejemplo de Vigo.
¡Y ahora somos nosotros los que podemos decidir!
Depende de nosotros decidir qué pueblo merece brillar más este año. Porque, sin lugar a dudas, la competición de Ferrero Rocher vuelve con una selección que hace muy difícil poder elegir: una lista de rincones tan bellos que cualquiera podría llevarse el título a casa.
Por ejemplo Albaida (Valencia), pueblo de calles empedradas y palacios con su Museo Internacional de Títeres; Altafulla (Tarragona), joya medieval junto al mar coronada por el castillo de Tamarit; A Guarda (Pontevedra), villa marinera con el castro de Santa Tegra y vistas panorámicas hacia Portugal; Balmaseda (Vizcaya), histórica villa con su puente medieval sobre el Cadagua y un museo industrial; Bullas (Murcia), destino de enoturismo rodeado de viñedos o Cómpeta (Málaga), pueblo blanco de la Axarquía con tradición vinícola y rutas naturales.
Pero también está en la lista Consuegra (Toledo), la localidad manchega de molinos que sueña con brillar en su Plaza Mayor; o Cudillero (Asturias), que es un anfiteatro de casas de colores sobre los acantilados, muy famoso y carismático. También está Fuente del Maestre (Badajoz), con su plaza adoquinada en la comarca de Tierra de Barros; y Graus (Huesca), una villa con plaza porticada y legado medieval bajo la Peña del Morral.

Y además la lista describe Medina de Pomar (Burgos), una villa medieval con alcázar y casco histórico muy bien conservado; o San Vicente de la Barquera (Cantabria), que es una villa marinera de ría, con su puente de piedra y su castillo; así como Sant Llorenç des Cardassar (Mallorca), un municipio isleño con un importante patrimonio.
Eso por no hablar de Santo Domingo de la Calzada (La Rioja), un pueblo monumental con catedral y patrimonio jacobeo; o Tejeda (Gran Canaria), que es un núcleo montañoso canario de casas tradicionales y paisajes de altura; además de Torrelaguna (Madrid), una villa monumental con una muy famosa Plaza Mayor y con patrimonio renacentista. Cierra la lista en la competición de Ferrero Rocher Viana (Navarra), una histórica parada del Camino de Santiago con murallas y con la mítica plaza de los Fueros.
En definitiva, de esta lista saldrá el pueblo que ilumine oficialmente la Navidad de Ferrero Rocher 2025, un reconocimiento que trasciende la decoración y se convierte en símbolo de comunidad, belleza y espíritu festivo. Porque, más allá de las luces, lo que verdaderamente brilla en esta competición es la ilusión compartida de todo un país.









