Poco a poco se mira con más suspicacia a las empresas del mundo del turismo, como lo deja claro Renta 4. En su reciente publicación, el banco de inversión ha revisado el futuro de AENA, y ha dejado claro que no espera que la empresa aeroportuaria española repita sus datos positivos de este año. Para ellos, el excesivamente ambicioso plan de inversión de la empresa pública, sumado a la moderación en el crecimiento del turismo, empiezan a generar dudas sobre los datos inmediatos de la empresa para el próximo año.
«Actualmente, no consideramos AENA como una oportunidad por la reducción estimada de los flujos de caja como consecuencia de la propuesta de incremento de inversión en 2027 hasta 2021 (12.900 millones de euros) para ampliar capacidad», expresa el texto del banco. Lo cierto es que la advertencia, repetida en varias ocasiones por los analistas, sobre la moderación del turismo ha marcado tanto los análisis como las recomendaciones de quienes operan en este espacio.
Lo cierto es que poco a poco se dan señales de que el rebote en el sector posterior a la pandemia empieza a disiparse, algo que era esperado. Si bien el tráfico aéreo y el turismo seguirán creciendo, su ritmo será menor que el actual, con los analistas de Renta 4 asumiendo que el dato en 2026 será apenas de un 3% y en 2027 de un 2% de crecimiento, con una preocupación real de que se reduzca un poco más allá de ese año.
Ya era un panorama complicado para una empresa como AENA. Pero a esto se suma la reciente propuesta del Senado de congelar, hasta 2031, las tasas aeroportuarias del país. Una decisión que la cámara alta, controlada por el PP, se toma con la idea de evitar que se repitan situaciones como la de Ryanair, pero que pone en jaque el plan de inversión de la empresa aeroportuaria, en un momento en que esta lo ha puesto en el centro de su futuro, y lo ha considerado clave para el futuro del turismo en país.

En el corto plazo sería una nueva caída en el flujo de caja de la empresa, peor de la esperada por Renta 4, y un problema para la expansión esperada en los aeropuertos. Con algunos como el de Barajas al límite será interesante saber cómo se adapta Aena si el congreso finalmente aprueba la nueva enmienda.
De momento hay posibilidades que no se toman en cuenta en el análisis, como un nuevo proceso de adquisición de aeropuertos internacionales, como en Brasil, o incluso otra aerolínea que abandone algunos de sus aeropuertos en España, como ya ha hecho Ryanair. Son motivos suficientes para que haya preocupación entre los analistas, sobre todo si la empresa pierde margen de maniobra por la enmienda del Senado.
AENA Y SUS PEQUEÑAS CRISIS
La realidad es que el informe de Renta 4 es una foto algo contradictoria de la empresa: Se mantiene el crecimiento y se tiene un buen dato este año, pero se espera que empeore, se acumulan las críticas y hay duelos con una línea aérea clave en el mercado como lo es Ryanair. En ese panorama es difícil hacer una predicción exacta, con los analistas acercándose a cada movimiento de la empresa con cautela.
A esta realidad se suma un plan de inversión en los próximos años que queda en el punto exacto para ser considerado demasiado ambicioso por algunos y no lo bastante por otros. Son operaciones millonarias para expandir aeropuertos como el de Barajas y el Prat, pero nada sobre la construcción de nuevos aeropuertos en ciudades que se han vuelto epicentros del turismo y la industria tanto en el país como para el resto de Europa. Particularmente el resto del sector empresarial de la capital insiste en la necesidad de un nuevo aeropuerto para adaptarse a su crecimiento como hub europeo.
Es cierto que lo único más arriesgado que aplicar este plan es que desaparezca por la congelación de las tasas aeroportuarias. Esto complicaría tanto adaptarse al crecimiento del turismo, como una reacción rápida en caso de otro repunte sorpresivo del mismo. Incluso con la situación actual es evidente que los aeropuertos de AENA requerirán una inversión importante en los próximos años, tanto por la mayor cantidad de eventos culturales y económicos en Madrid y Barcelona, como por la apuesta nacional por el mundial de 2030.
Además, se suman los problemas que han tenido en el aeropuerto de Barajas, el más visible del país. Los problemas de mantenimiento de la Terminal 4 del aeropuerto capitalino, la presencia por meses de los sin techo y los largos tiempos de espera por falta de trabajadores para los procesos de migración y aduana han hecho que un espacio clave para el país quede en la mira de las críticas de los usuarios.
EMPIEZAN A CAER LAS ACCIONES DE LA EMPRESA
En cualquier caso, los accionistas empiezan a bajarse del carro de AENA. La empresa aeroportuaria ha visto caer sus acciones cerca de un 4% de su valor en las últimas 24 horas, y la apuesta del banco de inversión es que siga habiendo espacio para estrellarse. No es una situación fácil de ignorar, con las soluciones posibles fuera del control de la empresa.
Será clave seguir de cerca los datos del turismo para saber qué ocurre con los datos de la propia AENA. El reto de una empresa que depende de tantos factores externos es mantener el equilibrio, y para la empresa pública esto es cada día más complicado.








