jueves, 6 noviembre 2025

Pablo Anzola, redactor de economía de Cadena Ser, analiza el batacazo en bolsa de Telefónica

Telefónica protagonizó una de las caídas más duras de su historia en bolsa tras anunciar pérdidas millonarias, recorte de dividendos y un plan estratégico que anticipa decisiones difíciles en medio de la crisis del sector tecnológico.

Telefónica vivió una jornada negra en los mercados. La histórica compañía española sufrió una de las mayores caídas bursátiles de su historia, con un desplome del 13% que borró de un plumazo las ganancias acumuladas en todo el año. Detrás de ese derrumbe, se esconden las señales de un sector que atraviesa una crisis estructural.

Según explicó Pablo Anzola, redactor de economía de Cadena SER, en el programa Hoy por Hoy junto a Àngels Barceló, el golpe que sufrió Telefónica tiene varias causas entrelazadas: los resultados financieros negativos, el recorte de dividendos para 2026 y un nuevo plan estratégico que anticipa decisiones “difíciles pero necesarias”. Todo ello, sumado a un contexto de debilidad en las telecomunicaciones europeas, terminó hundiendo el valor de la empresa en bolsa.

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Telefónica: Una caída que marca un antes y un después

Telefónica
Marc Murtra (presidente de Telefónica). Fuente: Agencias

Telefónica anunció pérdidas superiores a los 1.080 millones de euros entre enero y septiembre de 2025. El dato, demoledor, representa un punto de inflexión en la trayectoria de una compañía que durante décadas fue sinónimo de solidez y rentabilidad. A ello se sumó la decisión de recortar el dividendo que percibirán los accionistas el próximo año, una medida que no cayó bien entre los inversores y que contribuyó al desplome.

El impacto fue inmediato. Desde las primeras horas de la jornada, las acciones de Telefónica comenzaron a caer hasta cerrar con una pérdida de 3.000 millones de euros en valor de mercado. Fue su tercera peor sesión bursátil desde que cotiza en bolsa y la más dura desde 2020, en plena pandemia. En un solo día, la empresa borró prácticamente todo lo ganado durante el año, dejando un mensaje claro: los tiempos de bonanza quedaron atrás.

Sin embargo, lo ocurrido con Telefónica no es un hecho aislado. Forma parte del deterioro general del sector de las telecomunicaciones, un ámbito que supo vivir su época dorada en los años 2000, cuando las grandes operadoras crecían a ritmos del 20% o 40%. Hoy, esos crecimientos apenas rozan el 1% o el 2%, según datos de la consultora McKinsey, y las perspectivas no invitan al optimismo.

El peso del cambio tecnológico

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El problema de fondo que enfrenta Telefónica tiene raíces profundas. Durante los años de expansión, las operadoras invirtieron miles de millones en infraestructuras —redes, antenas y cableados— que, con el paso del tiempo, se han vuelto cada vez menos rentables. Un informe europeo estima que las compañías del sector han destinado 500.000 millones de euros en la última década solo en el continente. Y, paradójicamente, quienes más se benefician de esas inversiones no son las telecos, sino las grandes tecnológicas.

Empresas como Google, Meta, Amazon o TikTok utilizan la infraestructura que despliega Telefónica para ofrecer sus servicios y multiplicar beneficios, prácticamente sin coste. Es un desequilibrio que pone a las operadoras en una posición frágil: ellas construyen las autopistas digitales, pero son otros quienes circulan por ellas cobrando peaje. Mientras tanto, la competencia feroz entre operadores —Telefónica, Vodafone, Orange y otros— presiona los precios a la baja, reduciendo aún más los márgenes de beneficio.

Esa tensión ha llevado a Telefónica a vender filiales, reducir deuda y replantear su modelo de negocio. El propio presidente de la compañía reconoció que se avecinan “decisiones difíciles, pero necesarias”, sin descartar más despidos ni recortes internos. En un entorno donde el tráfico de datos crece a doble dígito, mantener y actualizar la infraestructura —y prepararse para el 6G— supone un desafío costoso y continuo.


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