Los cañones de la derecha mediática apuntan con razón a RTVE por la creciente manipulación progubernamental de la parrilla de La 1, pero omiten la utilización que el Partido Popular realiza de canales públicos como Telemadrid, que en el campo de las audiencias es barrida a diario por el canal estatal en su ámbito de actuación.
Los pésimos resultados de ‘La tarde de Telemadrid’ con Christian Gálvez en la sobremesa no logran ser compensados por el aceptable tirón de formatos como el ayusista ‘El análisis diario de la noche’, convertido en azote sanchista por obra de su presentador Antonio Naranjo, o con la sucesión de emisiones de corridas de toros.
Gálvez sufre el mismo naufragio que padeció Miguel Lago, sorprendentemente renovado con el show ‘La noche golfa’. Este formato cómico, que pretende ser el reverso neoliberal de La Revuelta, fracasó en el prime time de los viernes y desde esta noche lo intentará en la noche de los miércoles, a partir de las 22.45 horas.
TELEMADRID NO LEVANTA CABEZA
Los últimos datos del ranking de cadenas autonómicas confirman que Telemadrid continúa con resultados de audiencia modestos. El máximo responsable del canal por orden de Isabel Díaz Ayuso es el bronco José Antonio Sánchez, votante confeso del PP, responsable de RTVE en tiempos de José María Aznar y Mariano Rajoy, y conocido como «el enterrador de Telemadrid» porque, en su anterior etapa en la autonómica, con Esperanza Aguirre como presidenta, aplicó un ERE que fue declarado nulo por los tribunales.
En octubre, la cadena madrileña alcanzó una cuota de pantalla del 5,1%, lo que supone una ligera mejora de +0,2 puntos respecto a septiembre. Sin embargo, este incremento no ha sido suficiente para situarla entre las televisiones autonómicas con mejor rendimiento. A pesar de ser una de las autonómicas históricas, tras más de 35 años en antena, Telemadrid solo se sitúa por delante de cinco proyectos con menos trayectoria.
Aragón TV – 15,1 % (+3,4 respecto a septiembre)
TV3 (Cataluña) – 14,1 % (−0,5)
Canal Sur (Andalucía) – 9,3 % (+0,4)
ETB2 (Euskadi) – 8,1 % (+0,4)
TVG (Galicia) – 7,7 % (−1,3)
CMM (Castilla-La Mancha Media) – 6,2 % (−0,3)
TV Canaria – 6,2 % (−0,2)
Telemadrid – 5,1 % (+0,2)
IB3 (Islas Baleares) – 4,7 % (+0,2)
Canal Extremadura – 4,1 % (−0,4)
TPA (Asturias) – 4,0 % (−0,3)
La 7TV (Murcia) – 3,5 % (+0,3)
À Punt (Comunidad Valenciana) – 3,1 % (−0,1)
En la comparativa nacional, Telemadrid ocupa la octava posición, muy lejos de las autonómicas líderes del mes. Aragón TV se consolida en lo más alto con un 15,1% de cuota, en parte gracias al tirón de la cobertura de las fiestas del Pilar, seguida de TV3 con un 14,1% y Canal Sur con un 9,3%. Estas cifras reflejan una gran distancia entre las cadenas con fuerte implantación regional y aquellas que, como Telemadrid, mantienen una audiencia más limitada.

El bajo nivel de fidelización de la audiencia y la percepción de Telemadrid como un canal secundario frente a la amplia oferta audiovisual disponible en la región explican, en parte, su posición actual.
ATASCO
Telemadrid sigue sin encontrar la fórmula para reconquistar a la audiencia madrileña. Los datos de 2025 muestran un panorama de estancamiento moderado, con leves repuntes que no esconden una tendencia plana. Entre enero y octubre de este año, la cadena autonómica ha oscilado entre el 5,4% y el 5,1% de cuota, con un máximo del 5,9% en el taurino mayo, su mejor dato en más de una década. Sin embargo, la media del ejercicio apenas mejora los registros del pasado reciente, situándose alrededor del 5%.
Entre enero y octubre, Telemadrid promedió un 5,1% de share. Esta cifra mejora en cuatro décimas los datos logrados en el mismo periodo de 2024, pero sigue siendo muy discreta en comparación con los propios datos históricos del canal y con el resto de televisiones autonómicas del Estado.
La comparación histórica es elocuente. En 2010, una muy desgastada Telemadrid superaba holgadamente el 8% de share, una cifra que reflejaba todavía una posición sólida dentro del panorama autonómico.
Pero a partir de 2011 comenzó una caída imparable: 2013 cerró con un raquítico 3,8%, y el canal perdió gran parte de su influencia. Desde entonces, las tentativas de recuperación han sido tímidas, con breves periodos de estabilidad y leves repuntes que nunca han llegado a consolidarse. Ni los cambios de dirección han logrado revertir el rumbo.
El actual presidente de RTVE, José Pablo López, al frente del ente entre enero de 2017 y junio de 2021, apostó por una Telemadrid más plural y centrada en la información de servicio público. Aunque consiguió cierta estabilidad tras los años más duros, sus resultados tampoco fueron brillantes: la audiencia se movió entre el 4% y el 5%, lejos de los niveles históricos que la cadena tuvo antes de la crisis. Y en aquella época, era López el que tenía problemas con las mediciones de Kantar Media.
Su sucesor, José Antonio Sánchez, que retomó el mando en julio de 2021, tampoco ha conseguido que el canal remonte de forma sostenida. Bajo su gestión, se han visto mejoras puntuales, pero el promedio anual sigue prácticamente igual que hace cuatro años.
TAMAYAZO, EL INICIO DEL FIN
El canal fundado bajo un gobierno socialista liderado por Joaquín Leguina prosiguió su notable trayectoria con los gobiernos del ‘popular’ Alberto Ruiz-Gallardón, que durante sus mandatos sufrió más acusaciones de amarillismo, por el abuso de programas rosas, que por manipulación.
Entre 1995 y 2003, Telemadrid fue una cadena competitiva y estable, con cuotas anuales que oscilaban entre el 17% y el 21%. Durante casi una década, se mantuvo como una de las televisiones autonómicas más vistas de España, solo por detrás de TV3 o Canal Sur.
En 2003, año del llamado tamayazo, Telemadrid todavía era una cadena puntera, con una media anual del 17,1% de cuota de pantalla. Pero tras la controvertida toma del poder por parte de Esperanza Aguirre, que convirtió al canal en su alfombra mediática, el proyecto comenzó a hundirse.
2004: 14,9%
2005: 14,4%
2006: 11,6%
2007: 10,7%
2008: 10,4%
2009: 9,7%
2010: 8,0%
En solo siete años, la Telemadrid asaltada por Esperanza Aguirre y convertida en un canal de información estatal antizapaterista, perdió más de la mitad de sus espectadores, lo cual supuso una sangría sin precedentes en la televisión regional.
El tamayazo no solo alteró el panorama político madrileño, sino también el rumbo editorial de Telemadrid, que aparcó el entretenimiento y rebajo el peso de formatos emblemáticos para pasar a alinearse de forma obscena con el Gobierno regional del PP. A partir de entonces, la cadena perdió su pluralidad y credibilidad informativa para buena parte del público.








