miércoles, 5 noviembre 2025

La tajante respuesta de Irene Rosales cuando le preguntan por las adicciones de Kiko Rivera

La tajante respuesta de Irene Rosales cuando le preguntan por las adicciones de Kiko Rivera ha marcado uno de los momentos más comentados de la semana televisiva. En Gossip, la sección más leída de Merca2, recogemos en detalle las palabras de la sevillana, que acudió al plató de ‘Y ahora Sonsoles’, de Antena 3, para hablar sin reservas sobre los años más duros de su vida junto al DJ. Con una serenidad poco habitual en un terreno tan sensible, Irene Rosales afrontó con honestidad los temas más delicados de su relación: las infidelidades, las adicciones y las secuelas emocionales de una convivencia marcada por la exposición pública y los rumores constantes.

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Las adicciones de Kiko Rivera

Kiko Rivera sonriendo. (Foto: Instagram)

El relato de Irene también puso de relieve la presión de vivir bajo la mirada constante de la prensa. Desde que iniciaron su relación, en 2011, su vínculo con el hijo de Isabel Pantoja fue objeto de atención mediática, con titulares que analizaban cada movimiento de la pareja. Ella, que nunca quiso formar parte del espectáculo, acabó por convertirse en un personaje televisivo casi a su pesar, empujada por la exposición de Kiko y por la curiosidad que despertaba su historia. Durante años trató de mantener la calma, evitando declaraciones públicas, pero su participación en programas como ‘Viva la vida’ o ‘Bailando con las estrellas’ la colocó de nuevo en el foco.

En la entrevista, Rosales reconoció que hubo momentos en los que pensó en dejarlo todo, incluso la televisión. “Se me pasó muchas veces decir ‘ahí te quedas’, pero no lo tenía claro y no quería dar pasos en falso”, explicó. Esa sensación de duda constante definió buena parte de su relación con el DJ, que en paralelo intentaba reconducir su carrera musical y alejarse de las malas compañías. El problema de las adicciones, según Irene, fue uno de los factores más determinantes en su ruptura. Con valentía, habló de un asunto que había preferido mantener en privado, pero que marcó profundamente su convivencia: “He aguantado mucho porque quería acabar con el problema. Para mí lo fácil hubiera sido huir, pero sabía que si me iba, él no iba a aguantar”.

Esa frase, pronunciada con firmeza, resume la esencia de su papel durante años: una mujer que decidió quedarse y luchar por el bienestar del otro, incluso en los momentos más difíciles. Irene recordó que su familia fue su gran apoyo, aunque en ocasiones prefirió no contarles toda la verdad para evitar preocuparlos. “Mi mayor apoyo es mi madre y no le he contado ni la mitad. Se lo oculté a todo el mundo”, confesó. La situación llegó a un punto límite cuando, desesperada, decidió pedir ayuda a la madre de Kiko: “Llamar a su madre fue mi última bala. Le di un ultimátum, le dije que hacía las maletas y me iba, y así fue como abrió los ojos”.


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