Las redes sociales han transformado la manera en que las personas se informan, pero también han abierto la puerta a una peligrosa ola de desinformación. Cada día, miles de usuarios comparten consejos sanitarios sin fundamento científico, generando confusión y, en muchos casos, poniendo en riesgo la salud de quienes los siguen.
El Dr. Fernando Navarro, secretario general de la Sociedad Española de Medicina General, alerta sobre la proliferación de bulos en las redes sociales y su impacto en la población. En un entorno donde la viralidad prima sobre la veracidad, el especialista insiste en un principio básico: la salud no se consulta en internet, se consulta con un médico.
La desinformación sanitaria se multiplica en las redes sociales
En tiempos donde cualquier persona puede opinar sobre temas médicos, las redes sociales se han llenado de teorías absurdas y consejos peligrosos. Desde supuestos remedios caseros para curar el cáncer hasta dietas que demonizan el azúcar o la sal, el médico español lamenta que la viralidad haya desplazado al criterio. “Cuanto más grande es la estupidez, más ‘likes’ tiene”, comenta con ironía.
El problema, explica, no radica solo en la ignorancia, sino en la confianza ciega que muchos depositan en personas sin formación sanitaria. “Algunos ni siquiera se identifican, pero dan consejos como si fueran expertos”, subraya Navarro, quien insiste en que el exceso de información falsa genera miedo y confusión en la población.
El valor de la medicina real frente al ruido digital de las redes sociales

El Dr. Navarro recuerda que la medicina no se basa en supersticiones, sino en evidencia científica. Frente a los mensajes alarmistas de las redes sociales, defiende la importancia de la dieta mediterránea, el ejercicio moderado y los hábitos saludables de toda la vida. “Nuestras abuelas sabían lo que nos daban de comer. Hoy muchos creen más en un ‘influencer’ que en su médico”, lamenta.
El especialista recalca que no existe ningún alimento milagroso ni veneno universal. Todo depende de la cantidad, del estilo de vida y de la genética de cada persona. Sin embargo, el auge de contenidos sobre salud en las redes sociales ha convertido a la nutrición en una moda, plagada de gurús que prometen resultados inmediatos y venden productos milagrosos.
Para Navarro, la clave está en recuperar el sentido común: cocinar en casa, moverse a diario y desconfiar de quienes prometen curaciones instantáneas. Las redes sociales, dice, pueden ser una herramienta útil si se usan con criterio, pero peligrosas cuando sustituyen la consulta médica por un video viral.
En un mundo donde la rapidez prima sobre la verdad, el mensaje del doctor resuena con fuerza: la salud no es un experimento colectivo. “Podemos comer de todo, con moderación y responsabilidad. No hay que dejarse llevar por el miedo ni por las modas digitales.”

                                    



 



