sábado, 1 noviembre 2025

Mario Conde (77 años), abogado y empresario: «Trump lo que está haciendo es romper con la estrategia convencional de los políticos, al pan le llama pan y al vino le llama vino»

A los 77 años, Mario Conde reaparece con una mirada crítica sobre la política y la sociedad. Desde la serenidad del retiro, reivindica la palabra directa y el pensamiento libre frente al ruido y la corrección mediática.

A sus 77 años, Mario Conde vuelve a ser noticia. El exbanquero, abogado y empresario, que durante décadas ocupó un lugar privilegiado —y polémico— en la vida pública española, reaparece con la serenidad de quien ha visto pasar demasiadas tormentas. Desde su casa en el campo, alejado del ruido mediático, sigue reflexionando sobre la política, la sociedad y el papel de Donald Trump.

“Trump lo que está haciendo es romper con la estrategia convencional de los políticos: al pan le llama pan y al vino le llama vino”, sostiene con la contundencia que siempre lo caracterizó. Conde no elige sus frases al azar; las pronuncia con la precisión de quien sabe que cada palabra pesa. Y aunque su figura genera opiniones enfrentadas, su visión sobre la comunicación política conecta con una parte de la ciudadanía que desconfía de los discursos preparados y las sonrisas medidas.

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Trump: Una voz que incomoda y fascina

Una voz que incomoda y fascina
Fuente: agencias

En los últimos años, Mario Conde ha vuelto a ganar presencia en redes sociales y plataformas digitales, donde combina reflexiones sobre actualidad, economía y filosofía personal. Con un tono más pausado y menos combativo que en sus tiempos de esplendor financiero, su mensaje mantiene, sin embargo, una carga crítica hacia lo que llama “la superficialidad del pensamiento moderno”.

“Nos hemos acostumbrado a opinar sin saber, a condenar sin escuchar”, señala. Para él, el debate público se ha transformado en un campo de gritos donde las etiquetas reemplazan al razonamiento. Por eso, dice, admira a figuras como Trump no por ideología, sino por su capacidad de hablar sin miedo al costo mediático. “Puede gustarte o no, pero trump representa un cambio de paradigma: la política sin maquillaje”, insiste.

Esa mirada provoca tanto rechazo como curiosidad. En un mundo polarizado, Conde asume el papel de observador incómodo, alguien que no busca agradar, sino provocar reflexión. En sus intervenciones combina frases contundentes con silencios medidos, como si disfrutara del contraste entre la intensidad del pasado y la calma del presente.

Entre el recuerdo y la reinvención

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A diferencia de otros personajes públicos que se retiran definitivamente, Mario Conde ha optado por reinventarse sin negar su historia. Desde la escritura y las conferencias, intenta recuperar una dimensión más personal, casi filosófica, del éxito y el fracaso. “No hay vida sin caídas, pero tampoco sin aprendizaje”, repite como un mantra.

Conde sabe que su nombre arrastra sombras, pero también una fuerza narrativa que sigue despertando interés. Habla de espiritualidad, de la pérdida de valores y del poder del silencio como forma de resistencia. “La sociedad actual teme quedarse sola, por eso se llena de ruido”, afirma.

Quizás esa frase resume su presente: un hombre que, después de haber tenido todo, busca ahora sentido. Mario Conde ya no parece interesado en el poder, sino en comprenderlo. Y en un tiempo donde las apariencias dominan, su voz —crítica, desafiante y libre— suena como un eco incómodo de una España que aún busca reconciliarse con su pasado.


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