Hablar en público es un arte que combina técnica, confianza y autenticidad. Aunque muchos lo asocian con nervios o inseguridad, dominar la oratoria es una habilidad que puede entrenarse con práctica y conocimiento. El campeón de España de oratoria, Fernando Miralles, comparte cinco claves sencillas para comunicar con éxito y conectar con cualquier tipo de audiencia.
A lo largo de su carrera, Miralles ha impartido conferencias, cursos y entrenamientos donde demuestra que la oratoria no es un don reservado a unos pocos, sino una herramienta de crecimiento personal y profesional. “Todo el mundo puede aprender a hablar bien si se atreve a conocerse y a entrenar su cuerpo y su mente”, asegura.
La autenticidad como punto de partida
Para Fernando Miralles, el secreto de una buena oratoria comienza con la autenticidad. “No se trata de imitar a nadie, sino de hablar desde lo que uno realmente es”, explica. Su experiencia le ha mostrado que la audiencia detecta en segundos si un orador finge o si realmente cree en lo que dice.
En ese sentido, aconseja cuidar la coherencia entre lo verbal y lo no verbal. “La parte no verbal tiene que acompañar al mensaje. Si no lo hace, el cerebro del público percibe que algo no encaja”. Por eso, la oratoria debe ser una suma de voz, gesto y mirada.
Entre sus consejos más prácticos, recomienda mantener una postura abierta, no encogerse ni cruzar las piernas en el escenario, y evitar esconder las manos en los bolsillos durante toda la exposición. “El cuerpo debe transmitir seguridad y presencia. Si tú te haces pequeño, tu mensaje también lo hace”, enfatiza.
Oratoria: El lenguaje corporal y el poder del gesto
Otro de los pilares de la oratoria, según el campeón español, es el lenguaje corporal. “Un gesto puede reforzar o destruir lo que decimos”, advierte. Por eso, sugiere gesticular con propósito, no por inercia. “Los gestos no son solo para los demás, también sirven para uno mismo. Ayudan a marcar ritmo, a ordenar ideas y a generar energía positiva durante la exposición.”
El contacto visual también forma parte esencial de la oratoria. Miralles recomienda mirar a todos los sectores del público, generar conexión y acompañar cada idea con una breve pausa. “La pausa es poder. Permite respirar, darle peso a las palabras y captar la atención del oyente.”
Finalmente, aconseja practicar la expansión corporal, lo que él llama “ocupar el espacio con confianza”. Este hábito, además de mejorar la oratoria, aumenta la autoestima y la sensación de control sobre la situación. “Una persona expansiva transmite credibilidad. Si tu cuerpo se contrae, la audiencia percibe miedo; si se expande, proyectas autoridad.”
En sus clases y conferencias, Fernando Miralles demuestra que la oratoria no es solo una técnica de comunicación, sino también una forma de empoderamiento personal. “Hablar en público es un espejo: si creces por dentro, tu discurso crece contigo.”
