miércoles, 17 diciembre 2025

«Dra. Sofía Montero (56), endocrinóloga: ‘Ese cansancio permanente que achacas al trabajo es resistencia a la insulina. En 3 años tendrás diabetes tipo 2 sin saberlo si no haces esto'»

La grasa abdominal y los antojos constantes de dulce no son cuestiones estéticas o de falta de voluntad, sino señales de un desequilibrio hormonal profundo. Revertir esta condición es posible con cambios sencillos en la alimentación y con la práctica regular de ejercicio, especialmente el entrenamiento de fuerza.

La resistencia a la insulina es ese enemigo silencioso que millones de personas sufren sin saberlo, un problema que a menudo se disfraza de simple agotamiento por el ritmo de vida actual. La endocrinóloga Sofía Montero, con más de 30 años de experiencia clínica, lanza una advertencia contundente, y es que ese cansancio permanente que achacas al trabajo es una señal de alerta metabólica. ¿Y si esa fatiga que sientes al final del día no fuera normal?

Ese agotamiento constante que normalizamos es la primera ficha de un dominó peligroso. La Dra. Montero lo explica sin rodeos, y es que en tres años podrías desarrollar diabetes tipo 2 si ignoras los síntomas. Nos hemos acostumbrado a vivir con una energía mínima, sin sospechar que nuestro cuerpo está librando una batalla interna contra el azúcar. Descubrir este problema con la insulina es el primer paso para cambiar tu futuro.

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¿POR QUÉ ESTOY SIEMPRE CANSADO SI «COMO BIEN»?

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Imagina que tus células tienen una puerta con una cerradura (el receptor) y la insulina es la llave que permite entrar a la glucosa para convertirla en energía. Lo que ocurre con la resistencia a la insulina es que esa cerradura se oxida, y tu cuerpo necesita producir cada vez más insulina para que la glucosa pueda entrar en las células. Este sobreesfuerzo agota a tu páncreas y te deja sin combustible, provocando ese cansancio inexplicable.

Este mecanismo perverso es el que describe la Dra. Sofía Montero en su consulta diaria. Al principio, el cuerpo compensa fabricando más y más insulina, pero este proceso no es infinito, y es que la consecuencia directa es que la glucosa se acumula en la sangre en lugar de alimentar tus músculos y cerebro. Por eso, aunque comas, sigues sintiéndote sin fuerzas y con una extraña niebla mental que dificulta tu concentración en las tareas cotidianas.

LA GRASA ABDOMINAL NO ES SOLO ESTÉTICA, ES UN AVISO

Ese flotador que se instala en la cintura es una de las manifestaciones físicas más claras de la resistencia a la insulina y un indicador de que algo no va bien. Fuente: Freepik
Ese flotador que se instala en la cintura es una de las manifestaciones físicas más claras de la resistencia a la insulina y un indicador de que algo no va bien. Fuente: Freepik

Mucha gente no lo sabe, pero la grasa que se acumula alrededor del abdomen es metabólicamente muy activa y una señal inequívoca de un desequilibrio hormonal. La Dra. Montero insiste en que no es una cuestión de kilos, ya que esa grasa visceral libera sustancias inflamatorias que empeoran la resistencia a la insulina en todo el organismo. Es un círculo vicioso: la insulina alta promueve el almacenamiento de grasa y esa grasa, a su vez, boicotea la función de la insulina.

Por tanto, esa lucha constante por perder barriga a pesar de hacer dieta es, en realidad, una batalla contra un problema de salud metabólica de fondo. Según la experiencia de la endocrinóloga, hasta que no se aborda la resistencia a la insulina de raíz, y es que los esfuerzos por reducir el perímetro de la cintura suelen ser frustrantes y poco efectivos. No se trata de comer menos, sino de comer mejor para que tus hormonas vuelvan a trabajar a tu favor.

LOS ANTOJOS DE DULCE: TU CUERPO PIDE AUXILIO A GRITOS

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¿Te suena familiar? Acabas de comer y, al poco tiempo, sientes un deseo irrefrenable de tomar un postre, un bollo o cualquier cosa azucarada. Esto no es falta de voluntad, tal y como nos recuerda la Dra. Montero, ya que esos picos de glucosa seguidos de caídas bruscas provocan que tu cerebro pida más azúcar para compensar. Tu cuerpo, en realidad, está atrapado en una montaña rusa de glucosa que te genera una falsa sensación de hambre.

Romper con esta dependencia del azúcar es fundamental para mejorar tu salud metabólica. La advertencia de la Dra. Sofía Montero es clara al respecto: mientras sigas alimentando esos antojos, la resistencia a la insulina seguirá empeorando, y es que estás sobrecargando tu páncreas y obligándolo a liberar aún más insulina para gestionar ese exceso de azúcar. Es una trampa que te mantiene con sobrepeso, cansado y cada vez más cerca del diagnóstico de prediabetes.

EL RELOJ AVANZA: DE LA RESISTENCIA A LA DIABETES TIPO 2

El diagnóstico de resistencia a la insulina no es una sentencia, sino una oportunidad de oro para actuar antes de que sea demasiado tarde. Fuente: Freepik
El diagnóstico de resistencia a la insulina no es una sentencia, sino una oportunidad de oro para actuar antes de que sea demasiado tarde. Fuente: Freepik

El plazo de tres años que menciona la Dra. Sofía Montero no es una cifra al azar, sino una ventana de tiempo muy realista basada en la evolución de miles de pacientes. Es el tiempo que el páncreas puede aguantar funcionando a pleno rendimiento antes de empezar a claudicar, y es que la prediabetes es la antesala de la diabetes, una etapa en la que el daño ya es visible en las analíticas. Lo más peligroso es que es una transición completamente silenciosa, sin síntomas evidentes.

Por suerte, esta condición es reversible en la mayoría de los casos si se toman las medidas adecuadas. La frase de la Dra. Montero, «si no haces esto», es un llamamiento a la acción, pues la resistencia a la insulina responde increíblemente bien a los cambios en el estilo de vida, y es que con pequeños ajustes en la dieta y algo de actividad física se puede restaurar la sensibilidad a la insulina. Tienes en tu mano la posibilidad de evitar una enfermedad crónica que cambiará tu vida para siempre.

LA SOLUCIÓN ESTÁ EN TU PLATO Y EN TUS ZAPATILLAS

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La estrategia se basa en dos pilares fundamentales: la alimentación y el ejercicio. No se trata de contar calorías, sino de priorizar comida real: verduras, proteínas de calidad y grasas saludables. Tal y como recomienda la doctora, al hacer estos cambios, y es que reduces drásticamente los picos de glucosa que fuerzan a tu páncreas y le das un respiro necesario. Eliminar los ultraprocesados y las bebidas azucaradas es el primer gran paso hacia la recuperación de tu salud.

El segundo pilar es el movimiento, especialmente el entrenamiento de fuerza. No necesitas convertirte en un atleta de élite; caminar a buen ritmo o levantar algo de peso es suficiente. Los músculos son los mayores consumidores de glucosa del cuerpo, por lo que el ejercicio físico actúa como una inyección de sensibilidad a la insulina, ayudando a tus células a captar azúcar sin esfuerzo. Es tu mejor herramienta para reeducar a tu metabolismo y decirle adiós a ese cansancio que te roba la vida.


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