Recientemente, Netflix celebró su primera década en España. Un recorrido que puede considerarse exitoso para la compañía y también satisfactorio para los usuarios. Sin embargo, ese idilio parece haberse enfriado en los últimos años. Por un lado, porque los suscriptores disponen de menos facilidades para acceder al contenido —cuando llegó, el plan Premium permitía conectarse a cuatro dispositivos costaba solo 11,99 euros— y, por otro, porque la plataforma ha sucumbido a la tentación de incluir publicidad. En el caso de la compañía, España representa cada vez un porcentaje menor en los ingresos del gigante del streaming.
En 2024, la filial Netflix Servicios de Transmisión España registró unos ingresos de 786 millones de euros, según las últimas cuentas presentadas. La cifra no solo es relevante, sino que supone un fuerte aumento respecto a los años anteriores: un 13,9% más que en 2023, un 19,8% más que en 2022 y hasta un 35,7% superior a 2021. No obstante, estos datos también reflejan una realidad menos favorable: la aportación de los usuarios españoles al conjunto de la región EMEA (Europa, Oriente Medio y África) se está reduciendo progresivamente.
España se diluye dentro de Netflix
Si comparamos los datos reportados por Netflix España con los del grupo a nivel regional, observamos que los 656 millones obtenidos en 2022 representaban el 6,7% de los ingresos totales en EMEA; los 690 millones de 2023 supusieron el 6,5%; y los 786 millones de 2024 apenas alcanzaron el 6,3%. En otras palabras, en los últimos tres años, la relevancia de los usuarios españoles para Netflix se ha reducido en 40 puntos básicos, lo que equivale a un descenso del 6%.

Aunque todavía no hay cifras para 2025, todo apunta a que el porcentaje seguirá bajando. La facturación de la plataforma en la región EMEA fue la segunda que más creció en el tercer trimestre de 2025, con un 17%, solo superada por Asia-Pacífico, que avanzó un 23%. Un ritmo difícil de igualar en España, donde el mercado es ya maduro, incluso teniendo en cuenta el efecto completo de la subida de precios aplicada a finales de 2024.
De hecho, estos incrementos podrían estar jugando en contra de la propia compañía. La subida de 2022 —la última antes de 2024—, que encareció los planes Estándar y Premium en uno y dos euros respectivamente, ralentizó el crecimiento de la facturación en lugar de impulsarlo. Entre 2021 y 2022 los ingresos aumentaron un 13,2%, y entre 2023 y 2024 un 13,9%; sin embargo, entre 2022 y 2023, ya con los nuevos precios, el avance se limitó al 5,1%.
Netflix apuesta por el deporte y los videojuegos
Pese a todo, Netflix podría mejorar notablemente sus resultados en España gracias a dos nuevas líneas de contenido en las que está trabajando: los eventos en vivo —especialmente deportivos— y los videojuegos a gran escala. Dos apuestas que rompen con la estrategia tradicional de la compañía.
En el primer caso, destaca el acuerdo alcanzado con la NFL, la liga profesional de fútbol americano, para retransmitir algunos de los partidos más importantes, incluidos los encuentros navideños. Aunque su impacto inicial en España es limitado, el deporte en streaming está en plena expansión, especialmente tras anunciarse que uno de estos partidos se jugará en el Santiago Bernabéu y que Mediaset lo emitirá en abierto. En el futuro, este tipo de colaboraciones podría ampliarse a competiciones de fútbol europeo. De hecho, Ted Sarandos, director ejecutivo de Netflix, explicó recientemente a los inversores que la compañía quiere centrarse «en los grandes eventos en vivo».
La segunda gran apuesta llega con los videojuegos. Netflix ha anunciado la incorporación de un catálogo de juegos para televisores —hasta ahora solo disponibles en móviles—. «Los suscriptores podrán jugar a ciertos títulos en sus televisores usando sus teléfonos como mandos», explicó Greg Peters, codirector ejecutivo junto a Sarandos. Detrás de esta expansión está Alain Tascan, exresponsable de Epic Games, editora de Fortnite. Además, el grupo ha adelantado que su estrategia se centrará en juegos infantiles, títulos para fiestas, franquicias de éxito como Grand Theft Auto y producciones basadas en universos de Netflix, como Stranger Things.

 
                                    


 
 



