viernes, 31 octubre 2025

La matriz de Yelmo sangra en Estados Unidos y España

La situación internacional de Cinépolis, la empresa mexicana matriz de Yelmo, se ha vuelto complicada, en particular en países como Estados Unidos y España, donde no solo han sufrido los problemas de la taquilla global, sino problemas internos de cada una de las franquicias. Sea por la compleja realidad de una Cinemark, su filial en Estados Unidos, que ha sufrido por los datos generalmente negativos de la taquilla del trimestre pasado, o el caso español, donde su filial además acumula una importante lista de sanciones por no permitir a los asistentes entrar con alimentos y bebidas adquiridas fuera de las instalaciones del cine.

Son además dos mercados clave, Estados Unidos, donde está Cinemark, por motivos evidentes: El país es uno de los grandes productores de cine internacionalmente, y por supuesto es la cuna del blockbuster, por lo que si los números allí son malos en el resto del mundo no harán más que empeorar, España, por su lado, no solo se ha vuelto en los últimos años un espacio importante para la producción de cine no solo a nivel local sino en el mapa internacional. Además, la marca Yelmo solo opera en el país, y la matriz considera que es importante cuidarla. 

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Es cierto que no todo es negro, aunque ambas marcas sufren por los datos del tercer trimestre del año, se espera que en general la taquilla tenga un invierno mejor de lo usual, empujada por cintas como la tercera entrega de ‘Avatar’, la secuela de ‘Wicked’, o la nueva adaptación de ‘El Perseguido’ de Stephen King. No es una lista menor, incluso sin grandes estrenos de las franquicias de superhéroes, pero sigue siendo un riesgo dar por hecho el éxito de un estreno, siempre un reto complejo dentro de la industria cinematográfica. 

De momento, Cinemark, la única de las empresas que Cinépolis controla que cotiza en bolsa, sigue en picada en el valor de las acciones. La empresa ha perdido un 12% de su valor desde principios del año, y no hay muchas soluciones inmediatas, incluso si los analistas asumen que el aumento de precios servirá para mejorar un poco sus ingresos en el cierre de 2025 y en el principio de 2026.

YELMO TIENE MOTIVOS PARA PREOCUPARSE

Aunque la primera semana completa de noviembre debería dar oxígeno a la empresa y a sus competidores, con la fiesta del cine atrayendo siempre un alto porcentaje de usuarios a las salas del país, pero tras esto dependerá de cómo funcionan los estrenos que llegan a la gran pantalla estos meses. Con Netflix quedándose con algunas de las películas más esperadas del año, incluyendo la ‘Frankenstein’ de Guillermo del Toro o la ‘Nouvelle Vague’ de Richard Linklater, dos de las favoritas de la temporada de premio que además de tener un estreno reducido en el caso español no pasarán por las salas de Yelmo.

Cinesa Kinepolis Yelmo sala vacía pantalla gigante
Sala de cine vacia. Agencias

En esa situación es complejo dar por sentado que los datos mejorarán en el futuro inmediato. Se suma que este mismo año hay cintas cuyo éxito se daba por sentado, como el caso de ‘Los 4 fantásticos: primeros pasos’ o la reciente ‘Tron: Ares’. En ese panorama, las operaciones de las salas de cine son un riesgo económico permanente, y no hay una fórmula que confirme cómo recuperar los datos previos a la pandemia, con los que sueñan tanto los estudios como las empresas de salas de cine. 

EL SUEÑO DE 2019

Lo cierto es que los cines del mundo siguen soñando con el mismo dato: el del 2019. Las empresas ven ese año como un punto clave, no solo por la pandemia posterior que hizo que las salas de cine cerrarán por meses, y espanto a los usuarios de acercarse a las mismas por varios meses incluso después de su reapertura, lo que además retrasó varios de los estrenos que debían llegar a la gran pantalla, sino por qué el año antes del covid fue además un muy buen momento para las salas.

No necesariamente ha dejado de ser una industria rentable, pero es de esperar que las empresas del sector empiecen a tomar decisiones. No sería raro ver que cierren algunas salas, o bien que empiecen a sumar otras actividades en sus espacios, como en Madrid lo han hecho los espacios de los cines Callao y Capitol en el centro de la ciudad. 


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