
El debate sobre la equidad del sistema de cotizaciones de los trabajadores por cuenta propia está adquiriendo un protagonismo cada vez mayor en España. En este sentido, la última en hacerlo ha sido la ministra Elma Saiz, quien ha defendido con determinación el nuevo modelo de cotización en función de los ingresos reales que se ha instaurado en el colectivo de autónomos, sacando como argumento que la pensión media del colectivo ha aumentado un 21 % desde la puesta en marcha del sistema.
UNA REFORMA QUE EMPIEZA A DAR FRUTOS

Desde su aprobación en 2022 del nuevo sistema de cotización por ingresos reales para autónomos, el Gobierno arguye que el cambio era necesario para actualizar un régimen con déficits de justicia y progresividad. La ministra Saiz ha argumentado que gracias a este modelo «más justo y progresivo» la pensión media de jubilación del colectivo ha aumentado un 21 %, 2 puntos más que la subida que se ha dado en el colectivo de asalariados, suponiendo esta cifra un dato positivo, el colectivo históricamente rezagado da muestra al menos de una mejora.
Este aumento no surge de la nada, la reforma ha contemplado tramos de cotizaciones más amplios, que han de acordar con los rendimientos reales del autónomo. Según Saiz «si no se hubiera aprobado esa ley, hoy los autónomos con los ingresos más bajos pagarían cerca de 300 euros al mes, que era la cuota mínima en 2022, la misma cantidad que pagarían los autónomos que tuviesen ingresos más altos en relación con los de menos», esta última oración refleja con su forma el espíritu de la misma: menos arbitrariedad, más conexión entre lo que se aporta y lo que se recibe.
ELMA SAIZ, LA BRECHA COMO OBSTÁCULO

Sin embargo, pese a las mejoras, la realidad es que muchos autónomos siguen teniendo pensiones sensiblemente inferiores a las de los trabajadores con un contrato estándar. La ministra dio la razón al apuntar que existe “una diferencia de 650 euros al mes entre lo que cobra un autónomo y lo que cobra un trabajador”. Esto pone de manifiesto que, pese a que la tendencia es positiva, sigue siendo largo el recorrido hasta alcanzar la equiparación.
Por otro lado, el colectivo de los autónomos se quejaba de que los tramos no fueran igual de progresivos o de que no estuviesen adaptadas a quien tiene menos ingresos. Por ejemplo, el diputado de Esquerra Republicana de Catalunya exigió que “mientras no sean aprobadas [las mejoras sociales]… de momento no se toque ni un euro más por el tema de las cuotas” para los autónomos con rendimientos más bajos. La petición tenía que ver con que, en efecto, la carga sigue siendo pesada o desajustada en el caso de los autónomos con menores ingresos.






