En Glovo ya empiezan a ver a los repartidores como un problema y no como una herramienta. En plena suma de controversias por los problemas que ha generado el proceso de contratación, el fundador y consejero delegado de la plataforma, Oscar Pierre, se ha pasado por el foro «World in Progress» donde ha asegurado que entre 5 y 10 años las entregas de la empresa las harán drones «terrestres o aéreos». Es un aviso de un cambio temido, y esperado, en la industria del delivery y que también preocupa en el mundo del transporte, con los primeros taxis autónomos ya en pruebas en España.
Lo cierto es que no es primera vez que plataformas como Uber Eats o Glovo coquetean con la idea de reemplazar a los repartidores por robots en España. De hecho, ya ha habido algunas ciudades en el país, como Alcobendas, en la Comunidad de Madrid o en Zaragoza, repartiendo puntualmente los pedidos de empresas como Día o Telepizza, pero son programas que no se han generalizado, y de momento ni siquiera se han acercado a reemplazar a los repartidores de las plataformas del sector.
Incluso en este panorama el sueño sigue presente. Sería una forma de dejar atrás tanto los reclamos de la ley rider como los problemas generados por el proceso de contratación. Es cierto que genera otra lista de problemas, desde la posibilidad de tener que asumir despidos masivos en España pasando por el problema reputacional que puede venir de la mano, pero aun así parece que para la empresa sería más fácil lidiar con esta situación que con lo que ha sido la figura del rider desde su irrupción en el panorama español. No es un detalle menor, incluso si la imagen del repartidor con la mochila amarilla está relacionada directamente con la marca.
De cualquier modo se trata de una situación delicada para los riders. A pesar de las críticas internas en cuanto a como se ha llevado a cabo el proceso de contratación, o incluso a los problemas que atravesaban cuando eran «falsos autónomos», el trabajo de repartidor sigue siendo la única opción de trabajo para un alto porcentaje de ellos, lo que obliga a que se busque una solución que no los deje sin una forma de sustento. De momento todavía quedan años antes de esta realidad, pero el comentario de Oscar Pierre y los movimientos recientes de Uber son un recordatorio de que se trata de una cuestión de tiempo.
UN CAMBIO EN UNA EMPRESA QUE BUSCA DIVERSIFICAR SUS INGRESOS
Mientras tanto, Glovo y el resto de sus rivales en el mercado del delivery, que en España encabezan Uber Eats y Just Eat, siguen buscando diversificar sus ingresos ofreciendo nuevas opciones a sus usuarios. Es bueno señalar que incluso hoy en día Glovo no se presenta como una empresa de alimentos, sino de Couriers, al punto de que el contrato que ha diseñado para sus repartidores está construido sobre el convenio de mensajería de 2006, uno de los motivos por los que ha sido tan criticado.

Ya Pierre ha repetido su deseo tanto de sumar otros productos a la aplicación como de acercar otros servicios a los usuarios. Es un paso clave también en su transformación, aunque es evidente que el delivery de restaurantes y supermercados sigue siendo su prioridad, pues representa aún hoy un 80% de sus pedidos.
En esa realidad es de esperar que la plataforma no descuido este aspecto, con o sin robots. Sin embargo, a medida que el mercado sigue evolucionando, es de esperar también que las nuevas aplicaciones busquen nuevos espacios para acercarse a su base de usuarios.
GLOVO SIGUE ESPERANDO POR LA PRESIÓN A UBER EATS
Sigue siendo clave que aún hay una plataforma en el centro del mercado del delivery español que no ha cambiado su modelo de autónomos. A pesar de enfrentar sanciones millonarias, Uber Eats todavía mantiene y defiende su modelo actual, y sigue asegurando que sus repartidores operan como autónomos, incluso si la ministra de trabajo española ha asegurado que caería sobre la empresa «Todo el peso de la ley».
De todos modos, esto no cambia ni la situación de Glovo, ni su conflicto con los riders, ni sus planes para la automatización. Además, se suma que si Uber avanza en la automatización de su servicio de transporte es de esperar que se repita en el de entrega de alimentos.








