La cadena germana de distribución ha consolidado su presencia en el territorio nacional con una estrategia de expansión sin precedentes en el sector minorista. Con apenas una década en el mercado español, esta enseña desafía ya los modelos establecidos por los grandes operadores del sector. El crecimiento de Aldi en España representa una transformación significativa en el panorama minorista, especialmente en ciudades donde Mercadona era prácticamente hegemónica. La irrupción de nuevos actores genera tensiones competitivas que favorecen a los consumidores mediante ofertas más atractivas en frescos y productos básicos.
Los consumidores españoles han experimentado un cambio palpable en sus hábitos de compra durante los últimos meses. La búsqueda de mejores precios sin renunciar a la calidad ha impulsado a millones de hogares a probar alternativas a sus supermercados tradicionales. Este cambio responde a factores macroeconómicos y a una percepción de inflación que supera ampliamente los datos reales del sector alimentario. En paralelo, la competencia entre Mercadona y otros operadores se intensifica, redistribuyendo cuotas de mercado en zonas donde antes existía competencia muy limitada.
ALDI Y EL MODELO DE SURTIDO CORTO QUE TRANSFORMA MERCADONA
El modelo de negocios de Aldi se basa en la reducción drástica del surtido respecto a los hipermercados convencionales. Mientras que Mercadona ofrece aproximadamente 1.300 referencias de productos, las tiendas de Aldi cuentan con entre 600 y 700 artículos cuidadosamente seleccionados. Esta filosofía permite optimizar la cadena de suministro, reducir costes operativos y trasladar esos ahorros directamente a los consumidores mediante precios competitivos. La estrategia concentra productos esenciales de alta rotación, generando márgenes inferiores que traducen en rentabilidades sostenibles por volumen.
Los expertos reconocen que el formato de surtido corto revoluciona la manera en que los españoles entienden el comercio de proximidad actual. El crecimiento de Aldi en 50 ciudades confirma la viabilidad de este concepto en mercados donde otros formatos parecían inamovibles e inalterables. Las tiendas germanas ocupan espacios menores a 1.000 metros cuadrados, abaratando significativamente los costes inmobiliarios frente a Mercadona. Esta ventaja se refleja en precios entre 10 y 15 por ciento inferiores en productos frescos. El modelo prueba ser robusto incluso en contextos de presión inflacionista.
FRESCOS Y PRODUCTOS BÁSICOS: LA BATALLA POR LA CESTA SEMANAL
La carne, frutas, verduras y productos lácteos representan los pilares de la competencia entre Mercadona y Aldi en el sector. En estas categorías, el diferencial de precios resulta más evidente y relevante para el presupuesto de las familias españolas. Un kilo de pollo en Aldi cuesta aproximadamente 12 por ciento menos que en tiendas de Mercadona, según datos del informe corporativo de ambas cadenas. Las manzanas, naranjas y verduras de temporada sufren reducciones similares, atrayendo progresivamente nuevos compradores.
La marca propia juega un papel fundamental en este escenario competitivo que define el sector actual. Aldi comercializa productos bajo líneas propias que compiten directamente con Hacendado, la marca insignia de Mercadona en artículos de consumo masivo y de frecuencia. Los analistas observan que la cuota de marca propia alcanza el 53 por ciento del volumen de compra de hogares españoles actualmente. La oferta de lácteos, carnes procesadas y productos de despensa en Aldi permite optimizar gastos sin experimentar renuncias de calidad.
LA EXPANSIÓN DE ALDI EN 50 CIUDADES: ESTRATEGIA DE PENETRACIÓN URBANA
La presencia de Aldi en 50 municipios españoles resulta de una planificación metódica que comenzó hace una década en el territorio nacional. Las primeras tiendas se inauguraron en contextos urbanos densamente poblados, especialmente en Levante, donde la competencia con Mercadona era más virulenta que en otras regiones españolas. Desde esa base inicial, la cadena germana ha expandido su huella hacia capitales provinciales, evitando deliberadamente la saturación que caracteriza a Mercadona. Esta estrategia selectiva minimiza la canibalización entre establecimientos propios.
Los inversores destacan que la estrategia territorial de Aldi respeta una lógica de penetración progresiva basada en análisis rigurosos. Cada nueva apertura se evalúa mediante estudios demográficos exhaustivos que validan la potencial absorción de Mercadona como operador dominante en la zona. Las ciudades donde Aldi ha alcanzado mayor implantación coinciden con núcleos urbanos de poder adquisitivo moderado. Los datos trimestrales demuestran que cada tienda contribuye positivamente a la ganancia de cuota.
IMPACTO EN LA CUOTA DE MERCADO DE LOS OPERADORES ESPAÑOLES
Las cadenas de surtido corto, lideradas por Mercadona, Aldi y Lidl, han ganado 1,5 puntos porcentuales de cuota durante 2025. En términos absolutos, estas enseñas rozan ya el 40 por ciento del volumen total comercializado en España. Mercadona mantiene su liderazgo con cuota cercana al 25,8 por ciento, pero la proximidad de Aldi genera mayor contestabilidad. Los operadores tradicionales han visto erosionarse sus posiciones de manera sostenida.
El impacto financiero se manifiesta en márgenes comerciales comprimidos en el segmento de productos de frecuente compra. La presencia de Aldi como competidor fuerza a todos los operadores a optimizar sus estructuras de costes e invertir en innovación continua. Este dinamismo competitivo favorece al consumidor mediante ofertas más atractivas. La redistribución refleja cambios profundos en el comportamiento del consumidor español moderno.
OPORTUNIDADES Y RETOS PARA CONSUMIDORES Y OPERADORES
La consolidación de Aldi abre oportunidades significativas para millones de consumidores españoles. La disponibilidad de formatos alternativos permite a los hogares diversificar estrategias de abastecimiento, combinando compras en establecimientos de surtido corto para productos básicos con visitas a supermercados especializados. Este patrón ya es observable en mercados como Alemania o Francia, donde múltiples formatos facilitan gasto menor sin sacrificar variedad.
Para los operadores, el desafío radica en mantener la lealtad de clientes donde las barreras de cambio disminuyen progresivamente. Mercadona responde mediante mejoras en marca propia, expansión en Portugal e Italia, y optimización logística avanzada. El supermercado valenciano, pese a la competencia, sigue demostrando capacidad de crecimiento en volumen y rentabilidad operativa. La estrategia defensiva se complementa con inversiones en tecnología, digitalización y adaptación a nuevos hábitos de consumo sostenible.











