martes, 28 octubre 2025

Estafas en pagos con móvil: 2.500 españoles denuncian fraude en supermercados en lo que va de año

Hace poco más de una década, la idea de pagar con un móvil en una tienda era casi ciencia ficción. Hoy, después de la rápida adopción del sistema NFC y las billeteras digitales, esta modalidad representa una de las formas más cómodas de realizar transacciones cotidianas. Sin embargo, los delincuentes han encontrado en el móvil una ventana de oportunidad sin precedentes para defraudar a ciudadanos desprevenidos. El INCIBE ha documentado miles de casos de phishing y troyanos que afectan específicamente a los pagos móviles, generando un pánico silencioso en supermercados, restaurantes y comercios de toda España.

La gravedad del problema trasciende los números fríos de denuncias. Muchas víctimas pierden todo su saldo en cuestión de segundos, sin posibilidad de recuperación inmediata. Los expertos reconocen unánimemente que los fraudes se multiplican a ritmo acelerado, mientras que los bancos y los supermercados ofrecen apenas una protección insuficiente, dejando a consumidores y empresas en una posición de vulnerabilidad constante. Esta brecha de seguridad representa un desafío urgente para la industria financiera y el comercio minorista español.

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CÓMO LOS CIBERDELINCUENTES BUSCAN ACCEDER A TUS DATOS BANCARIOS

Los métodos para comprometer un móvil destinado al pago contactless son tan sofisticados como variados. Los delincuentes utilizan técnicas de phishing a través de mensajes SMS falsos que simulan notificaciones de entidades bancarias, plataformas de pago o supermercados conocidos. El usuario recibe un enlace aparentemente legítimo, lo abre desde su dispositivo móvil, y sin saberlo, ha permitido que malware troyano se instale en su teléfono. Una vez dentro del sistema operativo, estos programas espía capturan cada movimiento, cada contraseña y cada número de verificación de dos factores que genera el banco.

Lo más inquietante es que muchos usuarios no perciben síntomas detectables. El móvil sigue funcionando con normalidad, la batería se agota al ritmo habitual, las aplicaciones se abren sin retrasos. Pero en segundo plano, las aplicaciones maliciosas están registrando pantallazos, interceptando SMS y traduciendo datos bancarios a servidores criminales ubicados en jurisdicciones inaccesibles. La mayoría de víctimas solo descubre el fraude cuando reciben un aviso del banco notificando transacciones fraudulentas, momento en el cual los delincuentes ya han vaciado la cuenta o han realizado compras por cantidades significativas que tardarán días o semanas en ser revertidas.

EL FENÓMENO DEL PHISHING MÓVIL EN SUPERMERCADOS ESPAÑOLES

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Los supermercados españoles se han convertido en epicentros de estafas dirigidas específicamente a móviles. Los delincuentes estudian las dinámicas de compra en establecimientos minoristas y crean campañas de phishing ultrapersonalizadas. Envían mensajes al celular simulando ser el supermercado donde el cliente suele comprar, alertando sobre cupones descuento, devoluciones de depósitos de bolsas reutilizables, o promociones exclusivas por tiempo limitado. El móvil recibe una notificación que, superficialmente, parece legítima, reforzada por el logo del supermercado copiado directamente del sitio web oficial.

Cuando la víctima pulsa el enlace desde su móvil, se abre una página clonada del sitio del supermercado. El usuario introduce sus datos bancarios, la contraseña de su billetera digital, o autoriza permisos que parecen inofensivos pero que permiten acceso total al dispositivo. En segundos, la información viaja hacia servidores controlados por la red delictiva. Posteriormente, el móvil del usuario es utilizado para realizar transacciones fraudulentas en otros puntos de venta, en comercios online, o simplemente para extraer fondos mediante transferencias bancarias a cuentas mulas controladas por la organización criminal.

LOS TROYANOS BANCARIOS: ENEMIGOS SILENCIOSOS DEL MÓVIL

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Mientras que el phishing requiere una acción del usuario, los troyanos bancarios funcionan de manera mucho más automatizada y peligrosa. Estos son programas maliciosos diseñados específicamente para suplantarse como aplicaciones legítimas: pueden ser un juego descargado de una tienda tercerista, una app de utilidad, o incluso una versión clonada de WhatsApp o Telegram. Una vez instalados en el móvil, se ejecutan en silencio, recopilando información de sesión bancaria del usuario.

La sofisticación de estos troyanos ha alcanzado niveles preocupantes. Algunos pueden interceptar códigos OTP (contraseñas de un solo uso) que generan los bancos, permitiendo a los criminales autorizar transacciones sin que el propietario del móvil tenga ni la menor idea. Otros son capaces de modificar pantallazos en tiempo real, mostrando al usuario un saldo que no es el verdadero, o notificaciones falsas que generan confianza. El usuario cree que su móvil es seguro porque ve que su app bancaria funciona correctamente, pero mientras tanto, fondos desaparecen de su cuenta. El delincuente actúa de forma independiente, sin necesidad de que la víctima haga clic en enlace alguno.

MILES DE ESPAÑOLES PIERDEN EL ACCESO A TODA SU FORTUNA EN SEGUNDOS

Las estadísticas del INCIBE revelan una realidad escalofriante: decenas de miles de españoles han sido víctimas de fraude en pagos móviles. No se trata solo de pérdidas menores de diez o veinte euros. Hay casos documentados de personas que han perdido varios miles de euros, sus ahorros completos, acumulados durante años de trabajo. El móvil, que debería ser una herramienta de facilidad y comodidad, se convierte en una puerta abierta para que criminales desorganizados o redes mafiosas estructuradas vacíen cuentas bancarias.

Lo más perturbador es la velocidad con que ocurren estos fraudes. Una víctima puede tener miles de euros en su cuenta por la mañana y despertar con la cuenta en rojo por la tarde, después de que transacciones fraudulentas se procesasen sin su consentimiento. Algunos delincuentes son tan descarados que procesan transacciones de compra en la tienda física del supermercado donde la víctima estaba en ese momento, aprovechando que el TPV o datáfono del comercio puede estar comprometido. El trabajador del supermercado no tiene culpa, pero su terminal de pago, posiblemente infectada por malware de terceros, facilita la estafa. La cadena de inseguridad se multiplica y afecta a consumidor, comercio, banco y plataforma de pago simultáneamente.

BANCOS Y SUPERMERCADOS: UNA PROTECCIÓN INADECUADA CONTRA LAS ESTAFAS EN EL MÓVIL

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Cuando víctimas de fraude en pagos con móvil se presentan en sucursales bancarias o llaman a servicios de atención al cliente, muchas descubren que la protección no es suficiente. Los bancos argumentan que si el código OTP fue introducido (incluso si fue interceptado por un troyano), la transacción es responsabilidad del cliente. Esta visión arcaica de la seguridad hace poco para defender al usuario que ha sido víctima de un ataque sofisticado. Algunos bancos sí reembolsan el dinero, pero el proceso puede tardar semanas, dejando al usuario sin fondos en el interim.

Los supermercados, por su parte, ofrecen aún menos protección. Cuando un cliente sufre fraude en un pago móvil realizado en su establecimiento, el supermercado rara vez asume responsabilidad, argumentando que el sistema de pago fue procesado correctamente por su parte. La culpa se desplaza al cliente por no proteger adecuadamente su móvil, o al banco por no implementar sistemas de seguridad más robustos. Expertos en ciberseguridad reconocen que esta fragmentación de responsabilidades es precisamente lo que permite que los fraudes prosperen. Nadie asume verdadera responsabilidad, y el consumidor queda atrapado en un limbo administrativo mientras lucha por recuperar su dinero robado.

SEÑALES DE ALERTA QUE TODO USUARIO DE MÓVIL DEBE RECONOCER

Existen síntomas específicos que pueden indicar que un móvil ha sido comprometido y está siendo utilizado para fraudes. Si el dispositivo presenta un sobrecalentamiento anormal, si la batería se agota con rapidez inexplicable, si recibe mensajes de verifi­cación de apps que no ha abierto recientemente, o si detecta transacciones en su estado de cuenta que no realizó, es probable que haya un problema de seguridad. Algunos usuarios reportan que sus datos móviles se agotan rápidamente sin explicación, lo cual puede indicar que malware está transmitiendo información hacia servidores remotos.

Otro indicador es recibir notificaciones de cambio de contraseña de cuentas que no modificó, o ver que aplicaciones de redes sociales, correo electrónico o banca tienen sesiones activas desde ubicaciones geográficas imposibles. Si el usuario intenta acceder a su app bancaria y recibe un error de autenticación, pero su contraseña es correcta, es posible que un atacante haya comprometido la aplicación en el dispositivo. Los delincuentes, en ocasiones, modifican la propia app para que el usuario legítimo no pueda ingresar, mientras ellos acceden desde otro dispositivo utilizando credenciales robadas. La vigilancia constante del móvil y de movimientos bancarios es la primera línea de defensa del consumidor moderno.


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