
En un mundo donde la juventud parece servir como índice del valor social, el envejecimiento ha de enfrentarse a viejos estereotipos que, de forma habitual, limitan su participación y su no reconocimiento. Para el psicólogo y gerontólogo Javier Yanguas, la sociedad es edadista. En la reflexión, Yanguas apunta lo necesario de replantear la visión del envejecimiento, donde la vejez conduce a cierto valor del conocimiento y de la capacidad del que tiene quien realiza la vejez.
UNA REFLEXIÓN SOBRE EL ENVEJECIMIENTO

En una sociedad que prima la juventud y la productividad, el envejecimiento se considera un proceso de deterioro. Sin embargo, el psicólogo y gerontólogo Javier Yanguas, director científico del programa de Personas Mayores de la Fundación «la Caixa», rebata esta idea y llega a manifestar que vivimos inmersos en una sociedad «edadista», que discrimina a las personas mayores.
En una charla reciente, Yanguas afirma que este tipo de prejuicio no sólo ocurre de parte del joven hacia el mayor, sino que también existe tipo de discriminación de los propios adultos mayores. Para Yanguas, el edadismo es un fenómeno que se expresa a través de estereotipos y actitudes que limitan las oportunidades y la participación de las personas mayores en la sociedad.
Dicha realidad no sólo tiene connotaciones individuales, sino que también posee efectos sociales y económicos importantes. El especialista detecta la necesidad de transformar la imagen social del envejecimiento y de reconocer el valor y la capacidad de las personas mayores.
RECONOCER EL TALENTO SÉNIOR

Uno de los aspectos que Yanguas ahonda en exceso es la necesidad de incorporar y tener en cuenta la experiencia laboral de las personas mayores. A tambalear la creencia y la construcción social, como, a tenor de la experiencia, las personas mayores suman experiencia y competencias que pueden ser determinantes para el funcionamiento de la sociedad.
Las sociedades que consigan un equilibrio con diferentes formas que se les asigne a esta parte de la población tendrán un plus competitivo con relación a aquellas que tomen decisiones a partir del envejecimiento. «Aquí está en juego el talento de toda la sociedad», sostiene Yanguas.
Por otra parte, Yanguas nos recuerda que el envejecimiento no hay que entenderlo como un proceso de deterioro, sino como una parte del desarrollo de la vida que puede ser muy pleno. El autor, evidentemente, ahonda en que el hecho de comprender que, con el aumento de la salud y del bienestar, las personas mayores pueden llegar a tener una vida activa y significativa a la vez que servir para el bienestar de la sociedad.






