
La osteoporosis es una de esas patologías que avanzan silenciosamente y que llega hasta que muestra su cara más dura que es la fractura. Una de cada tres mujeres de más de 50 años, tendrá en su vida una fractura relacionada con la osteoporosis que consiste en una afección crónica que deteriora la densidad y calidad del hueso, convirtiéndolo en un tejido mucho más frágil y que se fractura con facilidad. Casi tres millones de personas en España tienen osteoporosis, siendo el colectivo de mujeres el que más la padece, sobre todo después de la menopausia. Sin embargo, a pesar de su gran prevalencia y de todas las grandes complicaciones que pueda origina, una elevada proporción de pacientes no recibe tratamiento o lo abandona antes del tiempo esperado abandonando el tratamiento y con ello, aumentando el riesgo de sufrir nuevas fracturas o de una disminución en su calidad de vida.
LA CARA INVISIBLE DE LA OSTEOPOROSIS

Si bien la osteoporosis es asintomática en sus fases iniciales, las consecuencias son irreparables en el momento en que aparecen las fracturas, y más aún si están implicadas fracturas de cadera o fracturas vertebrales, las cuales condicionan la movilidad y, en consecuencia, la autonomía. Tal y como comenta el doctor José Luis Pérez, médico internista del Hospital Universitario Río Hortega, la fractura de cadera tiene una alta mortalidad, elevando hasta un 30% la mortalidad en el primer año tras la fractura; un 30% de los pacientes afectos de fractura de cadera son dependientes para actividades de la vida diaria.
Por detrás de estos números podemos encontrar una realidad serena anclada en un cuadro de síntomas que va más allá de lo que se puede entender como dolor; es el hecho de perder la condición de autonomía personal o ver cómo se transforma de forma intensa tanto la vida del sujeto con osteoporosis como la de sus familias. La falta de adherencia terapéutica sigue siendo uno de los grandes retos en el manejo de esta enfermedad. Tal y como señala el doctor Pérez Castrillón, el 50% de los pacientes con osteoporosis abandonan el tratamiento al año; eso sí, las razones son muy variadas, desde no tener síntomas hasta la famosa falta de adherencia terapéutica.
EL BINOMIO ESENCIAL PARA FRENAR LA OSTEOPOROSIS

Para el tratamiento de la osteoporosis, de la misma manera que el de otra enfermedad, no basta la medicación y debe empezarse por modificar hábitos de vida. Es aconsejable seguir una dieta equilibrada con suficiente calcio y vitamina D, realizar ejercicio físico de forma habitual y evitar el tabaco y el abuso de las bebidas alcohólicas, así como exponerse de forma adecuada al sol para aumentar la síntesis de vitamina D. Aunque estas recomendaciones son sencillas, pueden influir notablemente en la evolución de la enfermedad, sobre todo si se utilizan desde la infancia.
El tratamiento médico es muy importante para frenar la pérdida de masa ósea y facilitar la formación de tejido óseo nuevo. En este sentido, los fármacos disponibles se agrupan en dos grandes categorías de fármacos de osteoporosis: los antirresortivos, que evitan la destrucción ósea, y los fármacos anabólicos, que la favorecen. Entre estas últimas, el romosozumab, un anticuerpo monoclonal de reciente incorporación, ha demostrado reducir el riesgo de fractura de forma importante. No obstante, la elección del tratamiento más adecuado debe ser siempre individualizada, teniendo en cuenta las características del paciente, la gravedad de la enfermedad y los resultados a los medicamentos.






