viernes, 24 octubre 2025

Confiamos mucho en la IA: los españoles somos los menos preocupados de Europa

El informe subraya que la confianza sin conocimiento puede ralentizar la adopción responsable de la inteligencia artificial.

La IA se ha integrado en la vida diaria de los españoles con una naturalidad que sorprende incluso a los expertos.

Mientras en buena parte de Europa el avance de esta tecnología genera inquietud, en España predomina la confianza y el optimismo. Un estudio elaborado por Equinix, empresa global de infraestructura digital, revela que los ciudadanos del país utilizan la inteligencia artificial con más frecuencia que sus vecinos europeos y muestran, al mismo tiempo, menos miedo ante su creciente presencia en la sociedad y en el entorno laboral.

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La investigación, que incluye datos de 6.000 personas de seis países europeos, sitúa a España como el mercado con mayor uso consciente de inteligencia artificial. Dos de cada tres españoles la emplean semanalmente, una cifra que supera en casi diez puntos la media del resto de Europa.

Esta familiaridad con la tecnología se acompaña de una visión positiva: apenas un 12 % reconoce sentirse nervioso o preocupado por su expansión, mientras que en Finlandia o Alemania ese porcentaje roza el 18 %.

España, líder europeo en su adopción

El uso regular de esta tecnología en España alcanza el 67,4 %, frente al 58,2 % de la media de los seis países analizados. Más de un tercio de los encuestados afirma interactuar con inteligencia artificial a diario, y un 25,9 % lo hace varias veces al día. Este nivel de uso no se limita a aplicaciones de ocio o productividad, sino que también incluye herramientas de comunicación, banca digital y plataformas de contenido.

Llama la atención la diferencia entre géneros. Las mujeres españolas se sitúan a la cabeza de Europa en utilización diaria, con un 38,9 %, superando en seis puntos a los hombres.

Sin embargo, son también quienes expresan mayor inquietud ante el impacto de la tecnología, con un 13,2 % que admite cierta preocupación frente a un 10,9 % de los hombres. Esta dualidad refleja una relación de confianza práctica pero también de cautela, en la que las usuarias adoptan la tecnología sin perder de vista los posibles riesgos.

Una brecha generacional marcada

La edad es otro factor determinante en la relación con la IA. Los más jóvenes, especialmente entre 16 y 24 años, son quienes más interactúan con ella y los menos preocupados por sus efectos. En este grupo, un 87 % afirma utilizarla semanalmente y más de la mitad lo hace a diario. La franja de 25 a 34 años presenta los porcentajes más altos de uso intensivo, con un 61,4 % que recurre a ella varias veces al día, aunque también son los que manifiestan mayor nerviosismo.

Entre los mayores de 55 años, la situación se invierte. Solo un 48,6 % dice usar la IA de forma consciente cada semana, y un 26 % asegura no haberla utilizado nunca.

Este contraste generacional evidencia una falta de percepción del uso real: buena parte de los ciudadanos no identifica que tecnologías como los asistentes de voz, los filtros de correo o las plataformas de recomendación funcionan gracias a algoritmos de inteligencia artificial.

Un entendimiento que crece, pero aún limitado

Aunque la confianza general es alta, no todos comprenden cómo funciona esta tecnología. Un 56 % de los españoles considera que entiende su funcionamiento, frente a un 41 % que admite no hacerlo. Los hombres se muestran más seguros en este punto, con un 60,5 % que afirma comprender los principios básicos, mientras que entre las mujeres el porcentaje se reduce al 51,8 %.

El presidente de Equinix en la región EMEA, Bruce Owen, advierte que “la IA ya está en el bolsillo, en la muñeca y en la bandeja de entrada, pero la mayoría de la gente no lo sabe”. Según Owen, el verdadero reto ahora no es solo usar la tecnología, sino entender cómo se integra en la vida cotidiana y qué implicaciones tiene para la privacidad, la seguridad y la ética.

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Educación y transparencia como claves del futuro

El informe subraya que la confianza sin conocimiento puede ralentizar la adopción responsable de la inteligencia artificial. Por ello, Equinix defiende que la educación y la transparencia deben avanzar al mismo ritmo que la innovación. La compañía sostiene que el desarrollo tecnológico debe ir acompañado de programas de divulgación y formación que ayuden a los ciudadanos a identificar cómo y cuándo utilizan esta tecnología, y a comprender sus beneficios y limitaciones.

España muestra una combinación poco habitual: alta adopción y baja preocupación. Esta actitud puede convertirse en una ventaja competitiva si se traduce en una sociedad más abierta a la transformación digital, siempre que vaya acompañada de políticas sólidas de alfabetización tecnológica.

En el resto de Europa, la percepción es más prudente. Los finlandeses, alemanes y británicos encabezan los índices de preocupación, con cifras que superan el 17 %, lo que refleja una relación más tensa entre confianza y vigilancia.

Owen explica que esta red de interconexión de baja latencia es esencial para que la tecnología cumpla su promesa. “Los avances más transformadores dependen de la capacidad de procesar grandes volúmenes de datos con seguridad y velocidad. Sin esa infraestructura, la inteligencia artificial se quedaría en una idea brillante, pero limitada”.

En su visión, el desafío de los próximos años será equilibrar la confianza ciudadana con una comprensión real del alcance y los límites de la tecnología. Para ello, considera prioritario que gobiernos e industria impulsen políticas conjuntas de educación digital, de forma que la innovación se adopte con claridad y no con confusión.


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