viernes, 24 octubre 2025

Peor que el tabaco: el hábito silencioso que envejece tus arterias décadas antes, según un cardiólogo

- Dormir bien, gestionar el estrés y comer con sentido: las claves de los doctores Abellán y Hernández para una vida más larga y plena.

A veces olvidamos que lo esencial no se vende en cápsulas. Los doctores Abellán y Hernández, tras años de experiencia clínica y divulgación, lo resumen sin rodeos: la verdadera prevención empieza en los hábitos cotidianos. Dormir bien, calmar la mente, moverse un poco más y comer con cabeza. Así de simple… y así de difícil de aplicar en una vida moderna donde el estrés parece una prenda que ya no sabemos quitarnos.

I. Dormir bien no es un lujo, es una forma de supervivencia

habito
Dormir bien es el primer paso para sanar cuerpo y mente. Fuente: Canva.

Ambos expertos coinciden en algo que muchos intuimos cuando el insomnio aprieta: dormir no es lo mismo que descansar. Mientras el cuerpo se sumerge en ese silencio reparador, el cerebro trabaja a fondo: libera hormona del crecimiento, repara tejidos, consolida recuerdos. “El sueño”, dicen, “es el taller nocturno donde el cuerpo se reconstruye pieza a pieza”.

Publicidad

Y no vale con cerrar los ojos unas horas. Dormir menos de cinco es, según ellos, como intentar llenar un cubo con un agujero: el rendimiento baja, las hormonas se desajustan y el ánimo se resiente. La dosis ideal ronda las 7 u 8 horas para la mayoría, y hasta 9 o 10 en deportistas o personas que exprimen el cuerpo a diario. Incluso una siesta bien medida puede ser medicina pura.

“El problema”, advierten, “es que vivimos con el sistema nervioso acelerado, como si tuviéramos el pie en el acelerador incluso dormidos”. Por eso tantas personas duermen, pero no reparan.

II. Estrés y soledad: las grietas invisibles del bienestar

Vida plena Merca2.es
El estrés sostenido roba años de vida y calma interior. Fuente: Canva.

El estrés, explican, no nació como enemigo. Es una reacción brillante de la biología: sube la adrenalina, acelera el corazón y prepara al cuerpo para huir del peligro. Pero… ¿qué pasa cuando el “león” ya no es un depredador, sino un jefe, una factura o una discusión constante? Entonces, ese sistema de defensa se vuelve tóxico.

Con el tiempo, el cuerpo se desgasta: aumenta la presión arterial, el colesterol, la inflamación. Y, junto al estrés, aparece su cómplice silencioso: la soledad. La ciencia ya lo confirma: la falta de vínculos reales puede ser tan dañina como fumar. Los doctores lo explican sin dramatismos, pero con un toque de nostalgia: “Las redes sociales no sustituyen una conversación cara a cara, ni un abrazo sincero. El cuerpo también necesita calor humano”.

III. Hormonas y equilibrio: el espejo interior

Sueno reparador Merca2.es
Cuidar las hormonas empieza con hábitos sencillos. Fuente: Canva.

Cuando hablan de hormonas, el foco se dirige a la testosterona, esa molécula que regula energía, ánimo y fuerza. Con la edad —y sobre todo con el estrés y la grasa abdominal—, sus niveles útiles disminuyen. Pero no todo está perdido.

La receta que proponen suena sencilla, aunque requiere disciplina:

  • Controlar el peso y la grasa visceral.
  • Hacer ejercicio de fuerza, ese que tonifica y equilibra.
  • Dormir y relajarse, porque el estrés prolongado es el enemigo número uno de la testosterona.

“El cuerpo es sabio”, comenta uno de ellos, “cuando detecta un entorno hostil, baja la testosterona para protegerte. Pero si lo cuidas, vuelve a confiar en ti”.

IV. Comer con propósito: ni mucho, ni poco, sino a conciencia

Energia vital Merca2.es
La verdadera prevención está en los pequeños gestos diarios. Fuente: Canva.

Aquí desmontan otro mito: comer cada dos horas no es obligatorio. El cuerpo puede descansar de la digestión sin problema, e incluso agradece esos períodos de ayuno intermitente bien planificados.

En cuanto a los carbohidratos, no son villanos: bien usados —por ejemplo, antes de dormir o tras entrenar— pueden favorecer el descanso y la regeneración muscular. Y sobre las dietas cetogénicas, reconocen sus ventajas iniciales (más foco, menos hambre), pero advierten: “Si se lleva al extremo, puede pasar factura. La obsesión también enferma”.

V. Suplementos y hábitos: entre lo útil y lo peligroso

YouTube video

Los suplementos, dicen, no son varitas mágicas, aunque algunos sí merecen un lugar en la rutina. El magnesio calma, mejora el sueño y relaja los músculos; la creatina potencia el rendimiento físico y mental; el omega-3 compensa el exceso de grasas inflamatorias. Y la proteína… solo si la comida no llega a cubrir las necesidades diarias.

En el lado oscuro de los hábitos, el tabaco sigue siendo el más destructivo. Dejarlo —aunque sea tarde— siempre vale la pena: el riesgo de infarto o cáncer cae casi a la mitad en pocos años. Pero hay algo aún más peligroso: el abuso de anabolizantes. “Ver arterias de anciano en cuerpos jóvenes es una tragedia evitable”, lamentan. “La estética no puede costarte la vida”.

Al final, su mensaje resuena como un recordatorio amable, casi una confidencia:
“La medicina del futuro no está en los hospitales, sino en cómo vivimos hoy.”
Dormir, moverse, comer con sentido y cuidar la mente. Porque al fin y al cabo —dicen ellos—, vivir más no tiene sentido si no aprendemos también a vivir mejor.


Publicidad