El lujo europeo avanza a paso firme y se proyecta como uno de los motores económicos más sólidos de la próxima década. Según los expertos reunidos en el Premium Real Estate Summit, celebrado ayer en Madrid, el sector alcanzará los dos billones de euros en 2030, y España se posiciona ya como un polo de inversión premium dentro del continente.
El encuentro, organizado por Borbalán, Grup Serra y Planner Exhibitions, reunió a más de 300 profesionales del sector inmobiliario, financiero y turístico, confirmando el papel de España como destino de referencia para el capital internacional.
La cita sirvió, además, para evidenciar la consolidación de un cambio profundo en la concepción del lujo: ya no se trata tanto de acumular bienes, sino de vivir experiencias.
CAMBIOS EN EL LUJO
El mercado está experimentando una transformación sin precedentes. En España, más del 51 % del sector del lujo se basa actualmente en experiencias —viajes, gastronomía, bienestar o residencias concebidas como espacios integrales de vida— frente al consumo de bienes materiales.
«España ofrece algo que no se puede copiar: autenticidad, estilo de vida y hospitalidad. Esos valores son el nuevo lujo y la base de una inversión sostenible», afirmó durante su intervención Arturo Rueda, Chief Investment Officer de Sotogrande. Su declaración resume el espíritu del nuevo lujo: una búsqueda de identidad, pertenencia y calidad vital.
EPICENTRO
Europa concentra actualmente el 70% del mercado global del lujo, que representa el 5% del PIB continental y genera más de dos millones de empleos directos. Dentro de este mapa, España destaca por su combinación de estabilidad económica, atractivo turístico, gastronomía, clima y calidad de vida, elementos que la convierten en un imán para el comprador internacional.
El mercado inmobiliario premium español ha evolucionado en pocos años hacia un auténtico ecosistema. A los tradicionales focos de Madrid, Baleares y Costa del Sol —donde la demanda de alta gama ya está consolidada— se suman nuevos enclaves como Valencia, Alicante, Costa Brava y Málaga ciudad, que captan el interés de inversores y compradores atraídos por la privacidad y el estilo mediterráneo.
Las cifras son reveladoras: en la Costa del Sol, el 90% de los compradores de residencias de lujo son extranjeros, mientras que en Madrid esa proporción se sitúa entre el 60 y el 70%, con una presencia creciente de norteamericanos, canadienses y ucranianos.
BIENESTAR
El lujo actual, apuntaron varios expertos del foro, se define menos por los metros cuadrados y más por la calidad del entorno y la experiencia vital. «El comprador busca proyectos que generen pertenencia y emoción, más que mera propiedad», señaló César Peña, director comercial de Grandes Proyectos Residenciales de Porcelanosa Grupo.

En este contexto, el bienestar integral se ha convertido en el nuevo símbolo de estatus: espacios con privacidad, seguridad, paisajes cuidados y servicios personalizados. El lujo quiere asociarse ahora a la serenidad, al disfrute del tiempo y a la exclusividad entendida como confort emocional.
MOTOR
El impacto del lujo va más allá de la compraventa de propiedades. Su efecto multiplicador sobre la economía es evidente: desde la hostelería y la restauración hasta la educación y el empleo especializado. «Cada visitante de lujo gasta ocho veces más que el turista medio y, además, se convierte en embajador de nuestra marca país», recordó Xandra Falcó, presidenta de Círculo Fortuny.
La inversión de alto impacto, añadió, contribuye también a reforzar la proyección cultural y de prestigio de España en el exterior. A pesar de la incertidumbre global y los desafíos geopolíticos, los analistas mantienen una visión optimista sobre la evolución del sector.
Los expertos en el sector señalan que España ofrece un equilibrio entre competitividad de precios, seguridad jurídica e integración entre tradición e innovación, factores que garantizan un crecimiento sostenido en el medio plazo.
El evento contó con el apoyo de marcas de primer nivel como Berkshire Hathaway Homeservices, Caixabank y HolaBank, junto a firmas como Miele, Porcelanosa Grupo, Savills o AEDAS Homes, entre otras, consolidando así la conexión entre lujo, inversión y marca país.
CONTRAINDICACIONES SOCIALES
El auge del lujo y la expansión del mercado inmobiliario premium también presentan riesgos sociales y urbanísticos. La presión sobre los precios de la vivienda puede acentuar la gentrificación y la exclusión residencial en zonas de alta demanda.
Además, la creciente dependencia del turismo y la inversión extranjera puede generar desequilibrios económicos y una pérdida progresiva de identidad local, transformando barrios y destinos en espacios orientados principalmente al consumo de élite.







