viernes, 24 octubre 2025

Sandra Villalba (46), abogada y conductora, no tiene dudas: “Estáis perdiendo 4 puntos y 600€ por este movimiento tonto al cambiar de carril, y no lo sabéis hasta que os llega la sanción”

El carril es mucho más que una franja en la calzada; es un espacio cargado de normas y vigilancia constante. En las autovías y autopistas españolas, la Dirección General de Tráfico ha convertido el posicionamiento indebido en los carriles en una de las fuentes más automáticas de penalización. La conductora y abogada Sandra Villalba lo sabe de primera mano: “Estáis perdiendo puntos y dinero solo por no elegir bien el carril, y la sorpresa llega, generalmente, mucho después”. La vida cotidiana en la carretera puede volverse un riesgo invisible, donde una maniobra inocente desemboca en una multa inesperada por no cambiar al carril correcto en el momento adecuado.

La vía de circulación suele tener varias alternativas, conocidas como carriles, y cada una de ellas implica una responsabilidad legal. El error más frecuente, según Villalba, no es adelantarse a otros vehículos sino mantener un carril indebido durante demasiado tiempo. “Parece inofensivo”, explica entre gestos de exasperación, “pero cuando llega la notificación de la sanción, la realidad es otra: las consecuencias pueden ser desproporcionadas frente al despiste cometido”. Desde este enfoque, la seguridad vial deja de ser una materia sólo técnica y se convierte en una cuestión profundamente humana y emocional.

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MULTAS AUTOMÁTICAS Y SU IMPACTO

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El endurecimiento reciente de la normativa española ha elevado la tensión en carretera. El nuevo sistema sancionador permite que cámaras y patrullas detecten de forma automática la permanencia inadmisible en un carril central o izquierdo, incluso cuando circulas a la velocidad permitida y sin alterar la fluidez del tráfico. El ciudadano que transita confiado experimenta un vuelco cuando descubre que no basta con circular despacio; hay que posicionarse exactamente donde exige la ley. Esta vigilancia minuciosa ha generado polémica, llegando incluso a confrontar a conductores “perfectos” frente a la realidad de sanciones injustas.

Sandra Villalba percibe “un error de concepto en las campañas”, ya que considera que el enfoque actual no distingue situaciones reales de peligro de simples despistes. “La ley debiera proteger al conductor que actúa con sentido común, no penalizar automáticamente con maquinaria fría y ciega”, dice. Para muchos afectados, la angustia no es solo el castigo económico, sino la sensación de indefensión.

EL CARRIL ADECUADO: MITOS Y REALIDADES

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La costumbre de algunos automovilistas de “anclarse” al carril central ha desatado debates y provoca atascos innecesarios. Los expertos recuerdan que el carril derecho es, siempre que sea posible, el espacio obligatorio para circular y que los demás solo pueden usarse excepcionalmente —para adelantar, acceder a salidas o evitar obstáculos—. Sin embargo, la confusión reina en las autovías españolas: el mito de que un carril central es refugio seguro resulta peligroso y costoso. Las pruebas en carretera demuestran que, por exceso de confianza o miedo a incorporaciones, muchos evitan el carril derecho y acaban pagando la sanción más alta por una infracción inadvertida.

Villalba detalla que parte del problema reside en la falta de pedagogía práctica durante la educación vial. “Nos enseñan a aprobar exámenes, pero no a interpretar los matices de cada maniobra”, lamenta. Así, la normativa parece ajena a la realidad de las ciudades y carreteras españolas.

TECNOLOGÍA Y “FALTA HUMANA” EN EL CONTROL DE CARRILES

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El despliegue de cámaras inteligentes y radares ha convertido el cumplimiento estricto de la normativa en un asunto casi robótico. Villalba advierte que las nuevas herramientas tecnológicas, capaces de detectar posiciones indebidas al segundo, “no contemplan razones de prudencia o contexto”. La percepción de los ciudadanos es que la máquina no distingue entre imprudentes y prudentes, castigando ambos comportamientos con la misma severidad. Muchos usuarios denuncian explícitamente que “ya no es un guardia quien decide, sino un software”.

Ante esta sensación de indefensión creciente, expertos en movilidad urbana insisten en que resulta imprescindible revisar de nuevo el equilibrio entre tecnología y criterio humano antes de que la ciudadanía pierda la confianza en el sistema.

CÓMO EVITAR ERRORES FATALES AL CAMBIAR DE CARRIL

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Cada día, centenares de conductores cometen fallos que parecen intrascendentes al cambiarse de carril, pero que en la práctica pueden convertirse en costosas sanciones. El consejo de Villalba es claro: “Respeta el carril derecho salvo para adelantar, señaliza cada maniobra y no te fíes de la costumbre; la máquina vigila siempre”. Un simple despiste puede llevar al ciudadano a perder dinero y puntos sin comprender exactamente por qué. Quienes han sido sancionados suelen comentar que no percibieron mal alguno, solo una rutina alterada por la notificación oficial.

La abogada también subraya la falta de comunicación real por parte de la DGT: “Nos avisan con campañas públicas, pero las instrucciones concretas llegan tarde o no son explicadas en detalle. El conductor medio queda expuesto a normas que se aplican con mano de hierro, pero explicaciones de papel”.

AUMENTA EL CONTROL Y LA CONTROVERSIA EN LAS CARRETERAS

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El debate sobre el uso de cada carril cobra más fuerza a medida que se implementan controles automáticos y denuncias electrónicas. Villalba, como conductora habitual y profesional del Derecho, defiende la necesidad de sancionar el comportamiento peligroso, pero pide proporcionalidad. “No es lo mismo un despiste que obstruir el tráfico durante kilómetros”, sentencia. El sentimiento compartido es claro: hace falta más empatía y sentido común en la aplicación de la ley.

Incluso hay foros de conductores planteando recursos y denunciando casos en los que la sanción parece desproporcionada. Esta situación ha llegado a medios y redes en los últimos meses, incrementando la presión para que la DGT aclare los criterios finos de su estrategia sancionadora. Mientras tanto, la palabra clave carril se convierte, en la práctica, en un símbolo de batalla por la justicia y la lógica en las carreteras españolas.


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