El panorama de las búsquedas online atraviesa una transformación sin precedentes. La irrupción de la inteligencia artificial generativa ha alterado los hábitos de los usuarios y los mecanismos que determinan qué contenidos aparecen en los primeros lugares. O lo que es lo mismo: el SEO.
Hasta hace poco, el objetivo de cualquier estrategia digital era lograr clics; sin embargo, la tendencia actual revela que más de la mitad de las consultas ya no generan tráfico hacia los sitios web. Esta realidad está obligando a las empresas a replantear sus estrategias y adaptarse a un entorno dominado por nuevos algoritmos y herramientas impulsadas por IA.
Lo que antes se conocía como optimización para motores de búsqueda o SEO ha dado paso a un nuevo paradigma donde los generadores de contenido basados en inteligencia artificial, como Gemini, Copilot o ChatGPT, ofrecen respuestas directas sin necesidad de que el usuario acceda a las páginas originales.
Este fenómeno está redefiniendo el concepto de visibilidad digital y marcando el comienzo de una era en la que la contextualización y la calidad informativa pesan más que nunca.
De SEO a GEO: una evolución inevitable
Durante más de dos décadas, el posicionamiento web se rigió por las reglas del SEO tradicional. Palabras clave, backlinks y estructuras optimizadas eran los elementos esenciales para destacar en los resultados de búsqueda.
No obstante, con el auge de los sistemas de inteligencia artificial generativa, ha surgido un nuevo modelo: el Generative Engine Optimization (GEO). Este enfoque prioriza la comprensión contextual y la relevancia semántica frente al uso mecánico de términos.
David Blanch, director digital de cdmon, explica que los algoritmos actuales ya no se conforman con textos superficiales o automatizados. “El contenido que prevalecerá será el que demuestre investigación, profundidad y valor añadido”, señala.
Esto significa que la IA busca textos coherentes, claros y útiles, creados con criterio humano y no mediante generación automática. La clave radica en que los sistemas de búsqueda basados en IA interpretan la intención del usuario y seleccionan fragmentos de contenido para ofrecer una respuesta directa, eliminando la necesidad de hacer clic en los enlaces tradicionales.
La importancia del contexto y la credibilidad
El nuevo sistema exige que los creadores de contenido piensen más allá de las palabras clave y el SEO. Los algoritmos priorizan la capacidad de ofrecer respuestas precisas y verificables dentro de un contexto coherente. Por tanto, los sitios web deberán incorporar secciones de preguntas frecuentes, explicaciones detalladas y fuentes verificadas.
Según los datos aportados por cdmon, el 67% de las búsquedas terminan sin que el usuario visite ninguna página. Esto se debe a que las plataformas de IA presentan la información directamente en sus interfaces.

Para las empresas, esto supone un cambio radical en el SEO: los contenidos deben diseñarse para ser citados o referenciados por los modelos de inteligencia artificial, más que para atraer clics. En este nuevo escenario, la autoridad del dominio, la claridad del mensaje y la confiabilidad de la fuente serán los factores determinantes del posicionamiento.
Infraestructuras técnicas al servicio del nuevo modelo
La transición hacia el GEO no solo afecta al contenido, sino también a la infraestructura digital. La velocidad de carga, la seguridad y la estabilidad de los servidores son ahora criterios esenciales. Los buscadores basados en IA priorizan las páginas que ofrecen una experiencia fluida y que cumplen con estándares internacionales de protección de datos.
Desde cdmon destacan que la adaptación técnica será un elemento diferenciador. “Los servidores deberán responder más rápido, y los sitios tendrán que cumplir con certificaciones como la ISO 27001 o el Esquema Nacional de Seguridad”, afirma Blanch.
Estas medidas no solo refuerzan la ciberseguridad, sino que también aumentan la confianza de los algoritmos y de los usuarios. Además, una arquitectura web optimizada permitirá que los motores de inteligencia artificial comprendan mejor el contenido, facilitando su posicionamiento en los primeros resultados generativos.
Contenido más humano para el SEO en la era de la IA
Aunque pueda parecer contradictorio, la inteligencia artificial está impulsando una vuelta al contenido genuinamente humano, o sea el SEO más tradicional. Los sistemas de búsqueda están aprendiendo a distinguir entre textos creados automáticamente y aquellos que aportan análisis o visión crítica. Los artículos extensos, bien documentados y con tono natural son los que obtienen mayor valoración dentro del nuevo esquema de indexación.
Blanch señala que “la IA ya no quiere textos generados por IA”. Esta paradoja define el futuro del posicionamiento SEO: solo sobrevivirán los contenidos con un propósito claro y una estructura que aporte conocimiento real. En otras palabras, la relevancia reemplaza al volumen, y la autenticidad se convierte en el principal activo digital.
Un futuro con búsquedas más útiles y personalizadas
El nuevo sistema SEO no representa una amenaza, sino una evolución hacia una red más útil y centrada en el usuario. Las respuestas generativas permiten ahorrar tiempo y acceder a información más precisa, mientras que los creadores de contenido deberán centrarse en ofrecer calidad sobre cantidad.
Este cambio también abre la puerta a un modelo más transparente, en el que la credibilidad y la trazabilidad de las fuentes ganarán protagonismo.