jueves, 23 octubre 2025

El Tiemblo, castañar maldito: “Crucé la verja y el silencio se volvió pesado; ‘El Abuelo’ me dejó sin aliento y no volveré nunca solo, advierte Adrián Mena (50), forestal

El Tiemblo guarda entre sus bosques una leyenda que hace temblar hasta al visitante más escéptico. Adrián Mena lleva décadas recorriendo montes y no es hombre que se asuste con facilidad. Su experiencia en el castañar le hizo replantear todo lo que creía saber sobre estos parajes que conoce como la palma de su mano. La historia que relata no deja indiferente a nadie y plantea preguntas que muchos prefieren no hacerse.

Cruzar la verja de entrada supone adentrarse en un silencio que no es natural. Este pueblo abulense cuenta con uno de los bosques de castaños más antiguos de toda la península. La atmósfera cambia radicalmente apenas pones un pie en el sendero principal y lo que empezó como una jornada rutinaria de trabajo se convirtió en algo que Adrián jamás olvidará. Nadie que escuche su testimonio sale del todo tranquilo.

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EL ABUELO QUE NADIE QUIERE ENCONTRAR

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Entre los cientos de castaños centenarios existe uno que destaca por encima del resto. El árbol conocido como «El Abuelo» alcanza dimensiones descomunales. Su tronco supera los once metros de perímetro y sus ramas se extienden formando una bóveda natural que apenas deja pasar la luz del sol. Muchos vecinos de la zona evitan acercarse cuando empieza a oscurecer.

Adrián se topó con el coloso vegetal durante una inspección rutinaria en la zona más apartada del castañar. La sensación de ser observado le acompañó desde que divisó la silueta del árbol milenario. El ambiente se volvió opresivo y una presión inexplicable en el pecho le obligó a detenerse a medio camino. Decidió acortar su visita aquel día y regresar con compañía.

HORARIOS QUE NADIE RESPETA DE NOCHE

El acceso al castañar de El Tiemblo está permitido oficialmente desde el amanecer hasta el atardecer. Las autoridades locales recomiendan no adentrarse en los senderos una vez cae la noche. Las condiciones del terreno irregular pueden resultar peligrosas sin luz natural y los rescates en la zona se complican cuando oscurece. Sin embargo no son solo razones de seguridad las que motivan estas advertencias.

Los guardas forestales conocen historias transmitidas de generación en generación sobre este rincón de Ávila. Luces extrañas entre los árboles y sonidos que no corresponden con la fauna local forman parte del folklore del lugar. Varios testimonios coinciden en detalles que resultan inquietantes cuando los escuchas de boca de personas serias y poco dadas a la fantasía. Adrián nunca creyó en esas historias hasta que vivió su propia experiencia.

CÓMO LLEGAR SIN PERDERTE EN EL INTENTO

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Desde Madrid el trayecto hasta esta localidad de la Sierra de Gredos dura aproximadamente una hora por la autovía A-5. La salida 55 te conduce directamente al núcleo urbano del municipio. Señales indicativas bien colocadas guían hasta la zona de los Toros de Guisando primero y luego hacia el área recreativa donde comienza el sendero del castañar. El aparcamiento gratuito facilita dejar el coche sin problemas.

Para quienes vienen desde Ávila capital la distancia se reduce a unos cuarenta minutos por carretera comarcal. El trayecto serpentea entre paisajes de encinas y robles que anuncian la proximidad del paraje natural. Mejor evitar días lluviosos porque algunos tramos del camino se embarran con facilidad y el calzado adecuado se hace imprescindible. Los fines de semana suelen concentrar más visitantes pero entre semana la soledad del lugar resulta casi absoluta.

ADVERTENCIAS QUE DEBERÍAS TOMAR EN SERIO

Adrián insiste en que nunca volverá solo al castañar después de lo vivido. La experiencia le marcó lo suficiente como para replantear sus rutinas de trabajo en solitario. Aquel silencio pesado y antinatural le hizo sentir vulnerable de una forma que nunca antes había experimentado en sus décadas como forestal. Recomienda siempre avisar a alguien del plan de visita y llevar el móvil cargado.

La cobertura telefónica en el interior del bosque resulta irregular según las zonas. Este enclave natural presenta características que lo hacen especial pero también potencialmente peligroso si no se toman precauciones básicas. Respetar los senderos marcados evita encontrarse en situaciones comprometidas y perderse entre la vegetación densa que cubre amplias extensiones. El instinto de Adrián le salvó de adentrarse más allá de lo prudente aquel día.

EL SILENCIO QUE HABLA DEMASIADO

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Lo que más impresionó a Adrián fue la ausencia total de sonidos naturales en las inmediaciones del árbol milenario. Ni pájaros ni insectos ni el roce del viento entre las hojas. Aquel vacío acústico absoluto resultaba perturbador y contrario a todo lo que había observado en décadas de trabajo en diferentes bosques. La naturaleza nunca permanece en silencio de esa manera tan rotunda.

Otros visitantes del paraje serrano han descrito sensaciones similares en redes sociales tras conocer el testimonio del forestal. El fenómeno parece concentrarse en las inmediaciones de «El Tiemblo» durante ciertas horas del día. Nadie tiene una explicación científica convincente sobre por qué ocurre esto en un punto concreto del castañar mientras el resto del bosque mantiene su actividad habitual. El misterio alimenta la fascinación pero también el respeto por el lugar.

LO QUE EL BOSQUE ESCONDE

La historia de Adrián Mena ha reavivado el interés por los castañares de la zona abulense. Miles de curiosos planean visitar el lugar aunque muchos reconocen que la idea les genera cierta inquietud. Turismo de misterio encuentra aquí un destino perfecto que combina naturaleza espectacular con leyendas arraigadas en la tradición local. Los comercios del pueblo han notado un incremento de visitantes preguntando por el árbol legendario.

El municipio castellano valora positivamente esta nueva atención mediática aunque insiste en la importancia de respetar el entorno natural. El castañar forma parte del patrimonio vegetal que requiere cuidados y conservación para futuras generaciones. Equilibrio entre turismo y preservación resulta fundamental para mantener la magia del lugar sin degradarlo ni convertirlo en parque temático. Adrián confía en que su advertencia sirva para que los visitantes tomen conciencia del respeto que merece.


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