
La figura de Jeannie Rice, maratonista de 77 años de edad que desafía todas las expectativas y la atención de los científicos, ejemplifica ese discurso en un mundo obsesionado por las cifras cronológicas. Su rendimiento atlético, su constancia visible, su felicidad al correr, retan la idea convencional de “ser mayor”. Que un estudio científico aproveche para análisis su organismo y las lecciones que se puedan sacar del mismo en temas de envejecimiento convierte su historia en una inspiración y en un conocimiento.
CIENCIA Y FÍSICO DE UNA ATLETA EXTRAORDINARIA

La intención de los investigadores de la Universidad de Loughborough cuando enfrentan a pruebas a Jeannie no era ensalzarla. Más bien, se cuestionan qué es lo que permite que un cuerpo tan avanzado cronológicamente siga rindiendo con tanta audacia. Centran su atención en mediciones tales como el VO₂, ese indicador que ensayan la cantidad de oxígeno que el cuerpo puede absorber, transportar y usar durante una actividad exigente.
No solo llamaron la atención los números tan elevados para su edad, sino que esos números se acercaban a los de mujeres mucho más jóvenes: además de ese parámetro, el estudio midió aspectos de la técnica al correr, arquitectura muscular, porcentaje de grasa corporal, lactato en sangre y umbrales metabólicos. A partir de esta radiografía fisiológica, los científicos concluyeron que Rice exhibe una utilización de oxígeno excepcional, asociado a los umbrales y velocidad de maratón comparables con los de los jóvenes atletas de clase mundial.
Este descubrimiento no solo subraya nuestra singularidad deportiva; abre, también, estrados para entender el envejecimiento infructuoso o inexorable: mantener una buena función aeróbica puede marcar la diferencia entre un cuerpo que sucumbe al paso del tiempo y otro que sigue corriendo.
HÁBITOS Y MENTALIDAD QUE SE MANTIENEN CON LA EDAD

Detrás de cada zancada de Jeannie hay una rutina estructurada: se levanta temprano, toma café y corre; eso lo ha hecho en los últimos 40 años sin interrupciones sustanciales. Hace una dieta sencilla, basada en verduras, frutas, pescado y arroz, evitando frituras y dulces, y se mantiene hidratada en todo momento. No cree en extremos, sino en un estilo de vida sostenible: no es el detalle estricto, sino la coherencia prolongada.
La fuerza de su historia no está solo en el aspecto físico: es su actitud radical hacia el envejecimiento. “No te rindas, la edad es solo un número” es uno de sus lemas. Jeannie no busca convencer, sino, sí contagiar. Para ella, correr no es una obligación: “haz lo que te guste y plantea un objetivo. Es para ti”. Esa filosofía resuena en muchos niveles: en la autodeterminación, el compromiso personal, el disfrute de la naturaleza, la posibilidad de pensar mientras se camina o se trota, usar el tiempo como espacio íntimo más allá del esfuerzo.